Entradas

Internet y el violento deseo de compartir

¿Qué pasó entre el año 2000 y el 2018 para que la percepción mayoritaria sobre internet se trasladara de ideas que prometían libertad, a las que señalan control social? En algún momento del proceso de expansión y asimilación de la nueva tecnología la confianza tecno-optimista en el progreso interconectado dio paso a la sensación de amenaza.

* * * *

De eso trata este artículo, que ensaya un acercamiento conectando tres miradas: la de las intenciones, es decir, de las fuerzas sociales y económicas que se propusieron modelar el nuevo medio; la de las palabras, es decir, de las ideologías y prácticas culturales que sustentan los nuevos modos de uso que necesariamente debían crearse; y la del tiempo, es decir, de las comparaciones y paralelismos. No son más que una serie de puntas desde donde conectar al hecho, fragmentos en una nota digital que hace imposible un tratamiento exhaustivo.

En la historia de los medios de comunicación modernos, la idea de interactividad estuvo siempre presente. El sueño de conectarse, fusionando el cine, la imagen electrónica que estaba en laboratorio y la radio en expansión, todo en un único sistema, puede rastrearse con fuerza ya en los años 20 del siglo pasado.

Ese violento deseo de compartir entre iguales se apoyó sobre revoluciones reales, e iba desde Walter Benjamin que lo esperaba para la radio, a Dziga Vertov que lo auguraba como un avance tecnológico para unir a los trabajadores de todo el mundo, pasando por científicos e inventores no tan politizados. Pero aunque no vieron esa fusión, sí vieron cómo las antenas y las pantallas se extendían no con fines culturales sino bélicos, y cómo las nuevas tecnologías se usaban como medio privilegiado de propaganda por el nazismo, el estalinismo y el pujante Estados Unidos.

Esa ambición de compartir recorrió la segunda posguerra por la negativa, en las agudas críticas a la industria cultural, la unidireccionalidad de la televisión, la radio y la prensa, que daba al pueblo solo el lugar del reality show degradante, el llamado telefónico opinador o las cartas de lectores filtradas, mientras mantenía para los empresarios de los medios y los Estados el poder de decisión sobre la información masiva y la circulación de opiniones.

Por eso cuando en 1991 Tim Berners-Lee logró vincular la tecnología de hipertexto a la internet, con la creación de la World Wide Web, se dio la posibilidad de que el dispositivo saliera de los estrechos círculos científicos, académicos y militares para los que había sido prevista allá por 1969. Y abrió el camino para una enorme explosión de energía comunicacional incontrolada con profundas consecuencias culturales, cuyo epicentro puede ubicarse cercano al año 2000.

La intención de las palabras

La investigadora sobre medios José van Dijck, en su libro La cultura de la conectividad, hace una propuesta potente al analizar el origen de las principales redes sociales: Facebook, Twitter, YouTube, Wikipedia y la malograda Flickr. Sugiere que uno de los principales cambios culturales del impacto de internet debe buscarse en la mutación social de la idea de ‘compartir’. Quiere decir que en algún punto a mitad de la década pasada se logró quebrar el umbral de resistencia a compartir todos los aspectos de la vida privada de forma pública.

Más aún, esto no se refiere solo al hecho cultural de ‘mostrarse’ en las redes, en lo que otros autores como J. Hoberman [1] (con una mirada desde el cine), considera una especie de Cine total al estilo del deseo de Bazin, o un equivalente en vivo infinito de las películas familiares en súper 8 de la década del 70. Sino que se refiere a la más inquietante idea de aceptar que tus datos, gustos de todo tipo, secretos, relaciones familiares, de amistad, amorosas, sexuales, comerciales, de seguridad, fotos, audios, ubicación en tiempo real (mientras lee este artículo) sean almacenados, filtrados y utilizados por megaempresas de tecnología que intentarán monetizarlos.

‘Compartir’ debería entenderse entonces de esas dos maneras. Los propietarios de Facebook, por ejemplo, tienen todos los motivos para que los usuarios se manejen dentro de ese medio con total apertura, porque cuanto más sepan acerca de ellos, más información podrán ‘compartir’… pero con terceros.

El planteo es interesante, porque ubica el problema en lo que ocurre de manera imperceptible por transformaciones graduales en los hábitos y la modificación de los niveles de aceptación. Lo cual no era normal en los inicios de la red; de hecho, la plataforma de Mark Zuckerberg que había surgido en 2005, ya en 2007 se vio obligada a ir atrás en un sistema de uso comercial demasiado explícito: Beacon, que se aplicaba por default y que literalmente mostraba a ‘tus amigos’ qué habías comprado. El malestar se hizo sentir de inmediato porque dejaba en evidencia que los intereses comerciales de la compañía se ponían por encima de ellos. Facebook retrocedió, pero para readaptar su estrategia en una decisión clave: “en vez de conformarse con la norma dominante, comenzó a trabajar para cambiar la norma, y reemplazar el sentido estrecho de ‘compartir’ por uno más amplio”. A favor del cual debería actuar también el tiempo, con el paso a nuevas generaciones “nativas digitales”.

Según van Dijck, el mismo método de análisis se podría ajustar a las demás plataformas con sus palabras y estrategias: ‘seguir’ en Twitter o ‘buscar/googlear’ en Google/ Alphabet. Pero no conforme con eso, quizás habría que repensar en el mismo sentido las palabras más usuales: ‘hacer amigos’, ‘colaborar’, ‘me gusta’, en una redefinición de las acepciones que debería culminar incluso en un replanteo de lo que significa hoy ‘social’. Pero mientras afirma esto en 2012, dice que hay que considerarlo un planteo provisional, ya que la lucha por definir la socialidad de la red y por atribuir nuevas normas y sentidos a este espacio había surgido tan solo en 2001, aunque en una década todo parecía estar de cabeza.

La intención de las acciones

Se podría decir que las intenciones de las palabras no son las únicas en juego cuando surge una nueva tecnología. En 1973 Raymond Williams [2] escribía sobre la lógica de este tipo de procesos planteando que, lejos de todo determinismo, su descubrimiento podía ser azaroso. Pero señalaba al mismo tiempo que todas las tecnologías siempre fueron desarrolladas y mejoradas para facilitar prácticas humanas conocidas o deseadas. La intención original siempre corresponde con la ambición de un grupo social particular. No obstante, en muchos estadíos sucesivos otros grupos sociales, a veces con otras intenciones o al menos con diferentes escalas de prioridades, la pueden adoptar y desarrollar a menudo con propósitos y efectos diferentes. Surgiendo, en muchos casos, usos y efectos imprevistos, incontrolados, alteraciones de la intención original. De esta manera la forma cultural desarrollada nunca podía estar del todo prevista y sería resultado de fuerzas sociales en pugna.

¿Cuáles fueron los primeros efectos incontrolados con la aparición de la nueva tecnología interactiva? Si volvemos a principios del siglo XXI se pueden detectar dos claves: uno ligado al potencial del dispositivo, que derivó en el surgimiento de un sentido común de masas que atacó sin piedad la idea de propiedad intelectual, defendiendo el derecho de compartir todo sin regulaciones ni leyes, con énfasis en la libertad de expresión. Otro que surge del azar de la época, ya que coincide con el agotamiento de la confianza en el “triunfo capitalista” tras la caída del muro de Berlín en 1989: ya para el año 2000 se había comenzado a señalar y atacar las consecuencias del neoliberalismo, lo que hace surgir nuevas intenciones de uso en quienes salen a la protesta.

Ambos imprevistos explican una buena parte del pasmo original en el cual se vieron envueltas las grandes empresas de medios de comunicaciones (cine, radio y televisión) y los Estados, y el espacio en el cual se desarrollaron experiencias que dieron surgimiento a nuevos sectores capitalistas que nacieron innovando en el nuevo contexto, como también a procesos internacionales de protesta impensados sin el nuevo medio. Procesos que marcaron la fluidez de la red durante su primera época.

Viaje por la línea de tiempo

En el libro de Esteban Magnani Tensión en la red, libertad y control en la era digital (2012), el autor pone énfasis en la importancia del software libre (SL) como “un sueño eterno” de los desarrolladores. Señala cómo desde los tempranos años 60 existe en la informática dos tendencias, las colectivas y las cerradas, unas asociadas a ideas de “lo público” y otras a “comerciales/privadas”. En realidad, para ser más precisos, señala que solo el desarrollo colectivo, colaborativo y compartido de distintos códigos bases que fueron mutando de manera viral, a prueba y error, a la solución/adaptación, ramificándose con aportes de miles de programadores, fue lo que permitió en última instancia el surgimiento de la actual internet y todos sus derivados. Los sistemas cerrados, que buscan experiencias controladas, se nutrieron de estos desarrollos colectivos, apropiándose del trabajo ajeno para ‘patentarlos’ al estilo de Cargill con el ADN de las semillas: sin ningún derecho.

Este planteo es interesante porque señala el punto de contacto en la explosión de internet entre trabajadores con saberes técnicos específicos sobre el nuevo medio y trabajadores de toda índole, llamados ‘usuarios’ en general que se apropiaron de la red con un irrefrenable deseo de compartir. Es por eso que la disputa sobre ‘derechos de autor’ fue (y aún es en alguna medida) uno de los territorios digitales en disputa. Aunque las empresas avanzaron de manera enorme, en un proceso que excede los límites de este artículo contar, la posibilidad de copiar, clonar y distribuir una obra musical o audiovisual sin costo fue la gran crisis de principios de siglo para la Industria Cultural tradicional. El hecho fue que los viejos monopolios que ensayaban esencialmente estrategias punitivas solo lograron dos consecuencias: no frenar todo tipo de sistemas y estrategias populares de ‘compartir’ (sistemas e2k, descargas directas y todo tipo de variantes); y descuidar su capacidad de entender las nuevas tendencias dejando el espacio suficiente para el surgimiento de las grandes plataformas actuales con las cuales debieron ‘negociar’.

Para seguir el hilo de la historia, sirve traer como metáforas tres tapas de la revista Time. En el año 2006 la revista eligió a ‘Usted’ como personaje del año, celebrando la supuesta capacidad de cambiar el mundo de que gozaban los usuarios conectados a internet. Pero en 2010 elegía a Mark Zuckerberg como personaje del año, quien arrebataba así el podio a los usuarios pero prometiendo que haría del mundo “un lugar más abierto y transparente”, dialogando con el espíritu utópico que los movilizaba.

La tercera tapa que nos interesa vendría en 2011: como una muestra de la volatilidad de los tiempos, Time eligió como personaje del año a ‘The protester’ en honor a los jóvenes que habían salido a la lucha en la llamada Primavera árabe, ganándose el respeto de todo el mundo al tirar abajo regímenes como el de Mubarak en Egipto, y donde todos señalaban el uso de las plataformas Twitter y Facebook como catalizadores y hasta ordenadores del descontento social.

Las intenciones de uso en la protesta fueron el otro gran problema del nuevo medio, no resuelto aún. Sus primeros pasos se pueden rastrear hasta el año 1999, donde miles de personas convocadas por sindicatos, organizaciones de izquierda, ecologistas, profesionales, anarquistas y demás, se movilizaron en las calles de Seattle contra la Organización Mundial de Comercio (OMC) hasta hacer fracasar la llamada Ronda del Milenio. Fue el inicio de lo que se llamó luego el movimiento antiglobalización o altermundista. El hecho es sintomático por su ubicación temporal, por azar objetivo confluyendo en el vértice de la explosión de la red, al que más tarde se sumaría otro hecho: el atentado a las Torres Gemelas en Nueva York (2001) y la consecuente invasión, guerra y ocupación de Irak en 2003.

Las manifestaciones contra la guerra de Irak convocaron a millones en todo el mundo. Fueron las primeras manifestaciones convocadas por internet y SMS, y se mostró la efectividad de los nuevos medios, ya que la protesta mundial se comenzó a organizar solo un mes antes de su realización.

Pueden sumarse la revuelta de Grecia en 2008, 2010 y 2011; la nombrada Primavera árabe de Túnez a Egipto de 2010 a 2013; los “indignados” en España y Occupy Wall Street en EE. UU., ambos en 2011, todos procesos donde el uso de la red tuvo el objetivo de compartir la protesta.

A estos procesos los acompañaron planteos como los del sociólogo y economista Manuel Castells, uno de los más impactados por las utopías de la Sociedad Red, afirmando que en un mundo presa de la crisis económica, el cinismo político, la vaciedad cultural y la desesperanza había ocurrido lo impensable.

Esta adopción de un instrumento técnico como principal referencia para interpretar un fenómeno social es el principal rasgo y defecto del determinismo tecnológico. Ninguna herramienta puede ser motor de cambio por sí misma; trabaja sobre un escenario de tensiones sociales reales y a lo sumo puede catalizar procesos de una manera distinta a los equivalentes conocidos, con más velocidad y otras escalas, pero no determinarlos. Desde nuestro 2018 muchos de estos planteos parecen muy lejanos en el tiempo, y hacen resaltar el hecho de que hoy la red se percibe más como una telaraña.

Conexiones finales

Natalia Zuazo publicó en 2018 un libro que es una muestra tanto del espíritu de época como de la situación. Los dueños de internet, cómo nos dominan los gigantes de la tecnología y qué hacer para cambiarlo. Señala un hecho:

Solo en cinco años, desde 2012 hasta 2017, las veinte empresas con mayor capitalización del mercado del mundo duplicaron su presencia de compañías tecnológicas y se concentraron en la cima. En 2012, Apple, Microsoft, IBM y Google ocupaban –respectivamente– los puestos 1, 4, 7 y 14 de la lista. En 2017, Apple, Google/Alphabet, Microsoft, Amazon y Facebook, trepaban a los puestos 1 y 5, una debajo de la otra, con un dominio absoluto de la cima.

De la utopía al monopolio, desarrolla su mirada de cómo el “Club de los Cinco” llegó a dominar el mundo. Al igual que otros autores concentra su atención en el Big Data o la minería de datos, que pasó de ser un subproducto de las plataformas a ser el principal objetivo de extracción para compartir con objetivos opacos, donde solo el uso comercial es claro, pero también sus intentos de manipulación política. Como el escándalo desatado con Facebook y la campaña de Donald Trump.

Algunos elementos de acercamiento metodológico de cómo se llegó a estas consecuencias fueron esbozados a lo largo de este breve artículo. El proceso de asentamiento de los nuevos gigantes combinó hacia los usuarios un diálogo con sus expectativas, expresados en el uso de palabras y conceptos de la jerga comunalista que supo caracterizar a las primeras visiones utópicas de la red como un espacio que de manera inherente favorecía la actividad social. Mientras los sentidos reales de estas palabras se vieron gradualmente modificados por las tecnologías automatizadas que direccionan la socialidad humana: el algoritmo (PageRank en Google, EdgeRank en Facebook). Este proceso combinó una constante prueba y error que aún no termina.

Con la minería de datos, que fue señalado por The economist, en mayo de 2017 como “el recurso más valioso del mundo”, que establece nuevas reglas de competencia, los nacientes gigantes tecnológicos fueron negociando con los representantes de los medios tradicionales a lo largo de los años. Logrando así alianzas comerciales lucrativas para ambos, aunque a costa de ir reconvirtiendo la red a la lógica particular pero concentrada, y con el creciente rasgo unidireccional de los viejos medios, ya que bajo el dominio de los algoritmos no existe ninguna verdadera democracia en la difusión de la información salvo que medie el dinero o los grandes acuerdos comerciales. Y aunque no medie, el algoritmo tiene el objetivo de concentrar a los usuarios en “burbujas de eco” que permiten familiarizarse y conocer mejor sus gustos.

La derrota de la Primavera árabe (con dictaduras sangrientas) fue otro determinante al menos para colaborar en el desplazamiento de las redes hacia usos de control. Mientras que fenómenos políticos como Obama primero, Podemos, Corbyn o Trump después, independientemente del signo político, demuestran el uso de internet pero ya desde las lógicas industriales instrumentales para llegar al votante.

A niveles institucionales lleva incluso a discutir reformas que tomen en cuenta “el hecho irreversible” de compartir los datos discutiendo opciones como “bancos de datos nacionales”…

Esta parece ser la fotografía oscura de la situación actual. ¿Pero entonces el futuro es negro? Quien escribe opina que no. El uso de la tecnología es básicamente un efecto de otras causas; ni las instituciones que las regulan, ni los usos y prácticas culturales que la sustentan son determinadas de manera aislada. Toda reactivación de la lucha de clases, todo proceso de rebelión o revolución trastocara inevitablemente el uso de las redes. Movimientos de movilización internacional como el de las mujeres muestra la vitalidad actual de las conexiones que también se potencian por la red. La izquierda puede usar la red para difundir masivamente sus ideas, con relaciones y apuestas internacionales, como la revista y el diario digitales donde sale esta nota. Lo que ha cambiado es que la lucha anticapitalista ahora enfrenta el asentamiento de nuevos enemigos para lograr imponer ese violento deseo de compartir.

NOTAS AL PIE
[1El cine después del cine o ¿qué fue del cine del siglo XXI?, Bs. As., Paidós, 2012.
[2Televisión tecnología y forma cultural, Bs. As., Paidós, 2011.

La imagen movil del siglo XXI

Convocatoria al Taller sobre medios audiovisuales «La imagen móvil, entre el poder, el dinero, la protesta y la revolución», que dimos en la UBA (Universidad de Buenos Aires) a fines de 2012.

* * * *

En la actualidad los medios audiovisuales adquirieron un desarrollo y una influencia tan grande en la vida cotidiana, pública y privada; en la política, en la guerra, en la vida social, en las relaciones personales, que es difícil imaginar los momentos donde “no estuvieron”. También es difícil imaginar que pudieran tener otras vías de desarrollo distintas a las que conocemos y estamos acostumbrados. Es algo que sucede siempre con la historia, desde el presente siempre parece que “todo apuntaba” a “ser lo que es”, como si hubiera habido un destino trazado, y así se enmascaran opciones posibles, caminos de desarrollo alternativos como los que imaginaron los cineastas, comunicadores y activistas que intervinieron junto a los revolucionarios, con prácticas y preocupaciones distintas sobre el medio audiovisual, en las grandes revoluciones del siglo XX.

Hoy tenemos que hablar del desarrollo capitalista del Cine [1] , la TV e internet, dominado por la gran industria cultural imperialista; pero también estamos en momentos donde la crisis mundial trae (sobre todo en el norte de África, Europa y EEUU, como epicentros de la crisis) nuevamente “preocupaciones y prácticas” que tienen lazos con otras del siglo XX que queremos rescatar. Esto último es importante, puesto que apuntamos que el taller abra un debate en los participantes, mostrando cómo las preocupaciones del “nuevo campo cultural” que se está gestando con este nuevo activismo juvenil, se choca con las preocupaciones de “nuestro campo cultural” nacional, donde la “politización de las prácticas culturales” existe, pero está moldeada por años de kirchnerismo y “cooptación” institucional.

Quienes damos el taller lo hacemos este taller desde una perspectiva militante revolucionaria, como militantes del PTS, y al mismo tiempo desde una práctica particular ya que somos “realizadores audiovisuales” (para nosotros no es solo un problema teórico, sino también practico), tenemos una preocupación específica, queremos analizar la situación actual, y también volver sobre las experiencias más interesantes del cine y los medios audiovisuales ligados a la militancia revolucionaria, a la lucha de clases, a las revoluciones triunfantes y derrotadas, al debate marxista [2] . Porque incluso las practicas ligadas a los nuevos movimientos juveniles de lucha que tocaremos, parten a veces desde un grado tendiente a “cero” de referencia con los procesos más avanzados de la historia revolucionaria, que se enfrentaron a situaciones similares.

Hablar de “medios audiovisuales” es muy amplio, es un campo enorme de análisis y de práctica. Para ser precisos existen tres formas culturales diferenciadas en los medios audiovisuales masivos: Cine, TV e internet, cada uno con su propio “lenguaje”, instituciones, etc(a internet se la define como “multimedia”, pero que es una variante del lenguaje audiovisual). Sería un error hablar en bloque de los tres, por eso en cada momentos vamos a especificar a qué nos referimos, pero elegimos el desafío de hablar de “medios audiovisuales” porque vamos a intentar abordar lo que creemos que son problemas comunes a todos. Esto no es del todo arbitrario en tanto da cuenta también de un momento donde tienden a mezclarse. Por ejemplo Román Gubern (historiador del Cine) afirma que “antes hablábamos de cine y ahora hay que hablar genéricamente, ante la mescolanza de productos y canales de difusión, de audiovisual, como la provincia central y hegemónica de la cultura de masas contemporánea (…) en la que figuran la televisión, el vídeo y la imagen sintética producida por ordenador. ¿Tienen mucho en común? Todas ellas son imágenes móviles que vemos en una pantalla, que es su soporte espectacular. Constituyen, por tanto, un mismo lenguaje, pero hablan diferentes dialectos.[3]” Sin caer en el otro extremo, en la ideología de que habría una “fusión” novísima de los medios audiovisuales, creemos que esta afirmación da cuenta de una tendencia real que es parte de lo que queremos debatir.[4]

Aún así partimos de señalar una distinción entre los dos medios audiovisuales por excelencia: el Cine y la TV. El Cine siempre estuvo considerado como un “Arte”, es decir como vehículo de expresión sensible, característica que se “aceptó” al menos luego de superar el estigma de su nacimiento “popular” como “divertimento de feria” (y este “status” lo conserva aun convertido en industria, aunque como veremos se pone en duda). La TV siempre se la analizó partiendo de que es una tecnología de transmisión y recepción, un “medio de comunicación”, punto de partida también ligado a su nacimiento, donde la posibilidad técnica de la transmisión se extendió antes de que estuviera claro “qué difundir”, y aunque con el tiempo adquirió un “lenguaje característico” inicialmente se la consideró “parasitaria” del cine y la prensa. En este sentido a la TV hubo quienes le negaron en sus inicios, y erróneamente para nosotros, la posibilidad de tener alguna relevancia en el plano estético. Tomando en cuenta hoy a Internet en esta línea de razonamiento, creemos que sería un error pensarla solo como “nuevo medio de comunicación”. Justamente ambos medios, al ser fenómenos de masas, se demuestran capaces de instituir gustos y tendencias, de crear necesidades, esquemas de reacción y modalidades de apreciación, que resultan inevitablemente en cambios culturales, incluso en el campo estético[5] . En el desarrollo del taller entonces, ahí cuando hablemos de “medios audiovisuales” estaremos incluyendo los tres, señalando aquello que consideramos características comunes o que puede englobarlos; caso contrario hablaremos del Cine, la TV, o Internet, especificando. 

Por otra parte Internet ocupa un lugar particular en la actualidad, y por lo tanto en el debate de nuestro taller. Aún es una “nueva tecnología” donde sus instituciones están aun en formación (a diferencia del cine y la tv que se encuentran altamente regimentadas), lo que lleva a pujas entre grandes empresas y estados por su control y regimentación. Nos separamos completamente de las ideologías celebratorias que plantean que es un medio democrático, horizontal y plural, puesto que es un medio en manos de nuevos gigantes de la comunicación y “la cultura”; pero demostraremos cómo dos problemas son fundamentales en este momento de institucionalización: el surgimiento de un sentido común de masas que ataca la idea de propiedad intelectual; y la crisis capitalista que hace surgir nuevas intensiones [6] del uso de esta nueva tecnología en el activismo del Norte de África, Europa y EEUU, teñido de los limites estratégicos del movimiento general, pero que recupera en gran medida muchas preocupaciones del activismo audiovisual del siglo XX.

* * * *

El abordaje no va a ser “enciclopedista” sino que vamos a tomar casos puntuales, que permitan sugerir caminos de investigación y desarrollos posteriores, en cuanto a los ejemplos históricos tomaremos aquellos que nos parecen interesantes para nuestro análisis. Presentamos aquí un resumen esquemático y breve de cada encuentro:

>ENCUENTRO 1 / Jueves 22 de Noviembre. 20:30hs. / “EL MONSTRUO DE IMÁGENES”

  • Una introducción al abismal poder del dinero y la imagen en la industria cultural del Cine y la TV norteamericana y su influencia en el mundo.
  • Un ensayo para el debate sobre el lugar actual de internet, como tecnología y forma cultural.
  • ¿Se puede enfrentar este monstruo de imágenes? Ejemplos de expropiación, cooperativización, control obrero de la industria del cine, y la comunicación durante el siglo XX. Problemas y debates.

>ENCUENTRO 2 / Martes 27 de Noviembre. 20:30hs. / “LA IMAGEN CONVULSIVA”

  • Los cineastas de los años ´70 pensaban en “tomar por asalto” la industria del cine y los medios ¿Cuáles son los planteos ahora?.
  • Una introducción al Cine y los medios audiovisuales en la crisis capitalista actual. Experiencias de la “Primavera Árabe” (Egipto), Europa (Grecia, España); y EEUU. Rebeldes, indignados, ocuppis.
  • Nuevas prácticas audiovisuales y multimedia. ¿Qué hay de nuevo, en que se emparentan al pasado?.
  • ¿Qué estrategia para una revolución real, y una revolución formal en el medio audiovisual?

* * * *

>ENCUENTRO 1 / Jueves 22 de Noviembre. 20:30hs. / “EL MONSTRUO DE IMÁGENES”

En este encuentro partimos de nuestra “experiencia cotidiana audiovisual”, para constatar cómo la hegemonía del “lenguaje de imágenes” es decisiva en la cultura de masas contemporánea a niveles que sorprenderían incluso a aquellos que analizaron el fenómeno de manera lúcida desde la mitad del siglo XX. La TV con su flujo continuo en cada hogar (con contenido nacional e internacional), la expansión de internet (video online streaming y on-demand, descargas, redes sociales), la publicidad callejera, las nuevas comunicaciones celulares, sumado al entretenimiento del Cine o la utilización audiovisuales en los espectáculos, etc. // Tomando como base las definiciones sobre la cultura de masas y la industria cultural que desarrolló Ariane Diaz en su texto “cultura y capitalismo, un mal caldo de cultivo” nos adentramos en un análisis del lugar que Adorno y Horkheimer le dieron a lo “específicamente audiovisual” en “Dialéctica del iluminismo” (Cine específicamente y TV como naciente) cuando definen la lógica de “la industria cultural” // De igual modo tomamos las definiciones de Umberto Eco en sus “apuntes sobre la TV”, y sus definiciones acerca del surgimiento de una “civilización de imágenes” como hecho ineludible, rasgo que para él es característico de las sociedades totalitarias o paternalistas; y su preocupación acerca del impacto que esto tiene sobre la “reflexión crítica” y el desplazamiento de la letra escrita. // Sobre esa base le daremos contenido concreto al análisis conceptual de la industria cultural y la cultura de masas, analizando la industria del Cine y la TV norteamericanas para ver el nivel de conciencia que el departamento de estado, los banqueros y productores de Hollywood tienen desde el inicio del siglo XX hasta nuestros días de la importancia, no solo económica, sino cultural, ideológica de los medios audiovisuales, inicialmente el Cine, pero luego la TV y ahora internet. Con citas y ejemplos, datos específicos, y tomando análisis de libros y estudios concretos. // La expansión del americanismo, el problema de la hegemonía norteamericana y la difusión del “American way of life” por medio del Cine y la TV, como avanzada de la expansión imperialista. // (AOL/Time Warner Inc. / General Electric y Vivendi / News Corporation / Viacom / Walt Disney) // Veremos como el nivel del poder y el dinero de la industria cultural lleva a un crítico norteamericano a plantearse que solo una acción “al nivel de la Revolución Rusa” podría frenar su capacidad de imponerse a nivel mundial //

En el análisis de internet, expondremos un ensayo para el debate: tomaremos puntualmente algunos conceptos de Raymond Williams quien estudió de manera profunda las relaciones entre “tecnología y cultura”, para ensayar “el lugar que tiene internet” en este momento. ¿Cuál es la relación entre la democracia y el control de este nuevo medio? ¿Qué tensiones recorren el uso de esta nueva tecnología en el activismo del Norte de Africa, Europa y EEUU?

Por último, expondremos algunas de las alternativas que se plantearon al desarrollo de la industria cultural actual, cuando a lo largo del Siglo XX y al calor de los procesos revolucionarios más profundos la relación entre cine y capitalismo fue puesta en cuestión. // Una introducción a la experiencia en dos procesos revolucionarios profundos: La Revolución Rusa, y la Revolución Española. Y dos planteos teóricos y programáticos: El de los estados generales del Cine en el Mayo Francés, y el programa radical para la Nacionalización de la industria del cine desarrollado por la Asociación de trabajadores de Cine, TV y técnicos en Inglaterra durante 1971.

Tras más de 100 años de desarrollo primordialmente capitalista del Cine (y luego la TV), no hay que olvidar que en “el primer Cine” del período entreguerras mundiales tuvo dos grandes polos concentrados: el norteamericano y el soviético, que queda trunco como posible experiencia innovadora sofocado por la burocratización de la URSS (abortando así posibles desarrollos alternativos de la nueva tecnología, que habían sido imaginados por sus primeros referentes, y que aun así marca históricamente el lenguaje audiovisual) // ¿Cómo fueron los decretos de nacionalización de la industria del cine y la fotografía, y la creación de la primer escuela de Cine en el mundo en la URSS? Desde la toma del poder en octubre de 1917 hasta el decreto pasaron casi dos años de pujas entre los intereses privados y públicos sobre el Cine // La organización de los barcos de agitación, los cine-tren y las películas de alcance internacional //

Otro proceso revolucionario que conmocionó la industria del cine fue la Guerra Civil Española. Fue colectivizada la industria, la producción y la exhibición. Pero eso llevó a discusiones muy interesantes sobre “qué proyectar”, qué hacer con films norteamericanos, qué tipo de películas producir y subvencionar, qué tipo de organización debían tener los realizadores, actores y productores, quién y cómo controlaba los Cines. El documental Celuloide Colectivo cuenta esta historia a través de sus protagonistas. //

En los años ´60 y ´70 nuevos procesos de la lucha de clases recorrieron el mundo. En Francia, mayo de 1968, la profesión cinematográfica se sumó al Mayo Francés. Surgieron así los “Estados Generales del Cine Francés”, sus convocatorias proclamaban: “ya sea Ud. técnico, intérprete, crítico o espectador, si quiere la REVOLUCIÓN, por, para y en el CINE, venga a militar a los ESTADOS GENERALES DEL CINEMA”. El “proyecto 4″, es considerado el más radical y tildado como “utópico”, impulsado por Claude Chabrol y Marín Karmitz, presentaba un plan de reorganización total de “la industria”, la realización y el aprendizaje del medio auiovisual //

La Asociación de trabajadores de Cine, TV y técnicos afines analiza la situación de la industria del cine en Inglaterra en 1971. Ellos plantean que se encuentra en crisis producto del dominio capitalista del sector. Monopolios, tanto nacionales como extranjeros, desinvierten en el sector, cierran estudios, precarizan el trabajo, generan desempleo, todo esto porque para ellos la producción cinematográfica es un simple negocio. La Asociación cuestiona esta situación y elabora un programa para darle una salida. Este programa luego es votado en un congreso de varios gremios que lo apoyan. // ¿Cuál era su caracterización? ¿Qué entienden por “propiedad pública”? ¿Por qué se plantean el “control obrero”? ¿Por qué plantean expropiación sin pago? //

* * * *

 >ENCUENTRO 2 / Martes 27 de Noviembre. 20:30hs. / “LA IMAGEN CONVULSIVA”

En este encuentro abordaremos en concreto la “divulgación” de qué está pasando en concreto en los practicas audiovisuales en los procesos de: Egipto y la “primavera árabe”. Grecia y las imágenes de la crisis. Ocuppy Wall Street, Ocuppy Cinema. Indignados en España. Estudiantes de México y Chile // Con fragmentos audiovisuales proyectados. // Con la “divulgación” de estos ejemplos planteamos abrir el debate en la charla //

Los nuevos tiempos para el cine y los medios audiovisuales se están configurando en el marco de una crisis capitalista mundial que ya lleva cinco años, provocando nuevos realineamientos geopolíticos, nuevos fenómenos de la lucha de clases, movimientos juveniles, que han puesto fin al triunfalismo burgués que acompañó la ofensiva neoliberal. // Esta situación convulsiva se dá en un momento en que el desarrollo de las nuevas tecnologías ha transformado las formas de producción y difusión audiovisual. Teléfonos celulares, cámaras digitales de distintos formatos, páginas web, blogs, redes sociales, tablets, laptops, proyectores portátiles, etc. son herramientas que tienen un uso extendido y se combinan para promover distintas experiencias audiovisuales. // Internet es el canal nuevo ante la enorme institucionalización y regimentación de los dos grandes medios audiovisuales de masas: el Cine y la TV

¿Los distintos procesos de la lucha de clases, protagonizados por un nuevo movimiento juvenil y nuevos sectores de las clases trabajadoras, vienen influenciando y quizás transformado los medios audiovisuales? Las experiencias son variadas y particulares en cada país, pero a su vez mantienen muchos puntos en común. // No solo las transmisiones en vivo o las redes sociales se utilizan como “medio”, sino que las producciones de ficción y documental dan cuenta de la nueva realidad y resurgen formas de producción colectiva que cuestionan las estructuras dominantes. // Podremos ver que los medios de comunicación audiovisual son cuestionados por su accionar,//En Festivales importantes se dedican secciones a la “primavera árabe” y a la crisis griega. Además de estas características generales se dan fenómenos particulares en cada lugar que veremos con ejemplos.

Por último un ensayo para el debate: ¿Existe alguna relación entre las preocupaciones actuales de los nuevos “activistas audiovisuales” y las que tenían los realizadores audiovisuales que intervinieron en las Revoluciones del Siglo XX? ¿Qué puntos comunes y cuáles diferencias? Los cineastas de los años ´70 pensaban en “tomar por asalto” la industria del cine. ¿Cuál es la perspectiva que se plantea hoy? ¿Los medios alternativos son un fin en sí? Los debates actuales en el ámbito del cine y los medios están cruzados por los mismos debates y limites del movimiento en general // En la historia del cine encontramos muchas definiciones en diferentes épocas “cineastas revolucionarios”, “cineastas militantes”, “videoactivistas”, “cineastas de intervención”, “cineastas políticos”. ¿A qué se refiere cada una? ¿Cuál nos identifica? Sobre estos temas debatiremos en el taller.

* * * *

>NOTAS AL PIE:

(1) Raymond Williams, toma esta idea en su libro “La política del modernismo, contra los nuevos conformistas”. Mientras intenta volver sobre las afirmaciones y posiciones de la izquierda a principios del siglo XX respecto del audiovisual, lo hace tras la afirmación de que, guste o no, lo que hubo es décadas y décadas de un “desarrollo primordialmente capitalista del Cine” y entonces hay que discutir primero sobre eso, pero recordando que aunque “en cierto sentido, entonces, el camino a Hollywood estaba escrito”, “aún es importante recordar que la única otra forma organizativa capaz de hacer uso semejante de las oportunidades del primer cine fue la corporación estatal comparablemente concentrada del ‘socialismo realmente existente’” / Nota nuestra: Para nosotros el camino de Hollywood no estaba escrito, y fue la estalinización (o sea la reacción y contrarrevolución) la que imposibilitó el desarrollo alternativo de la “forma cultural” del Cine.

(2) Perry Anderson postuló su famosa tesis, respecto de las características de lo que le llamó “el marxismo occidental”: un marxismo que se desplazó en el eje de sus debates hacia los problemas culturales, artísticos, del lenguaje; diferenciándose del marxismo clásico de principios de siglo XX, de Lenin, Trotsky, Rosa Luxemburgo e incluso Gramsci que se posicionaban desde lo que (nosotros) hoy llamamos “marxismo estratégico”, preocupado por los problemas teóricos y prácticos de la revolución, la economía, la lucha de clases, el partido revolucionario. Nos preguntamos también si ¿Es posible el ejercicio de volver sobre problemas culturales, del cine, la comunicación, pero desde el punto de vista de un “marxismo revolucionario” que es lo que nosotros vemos necesario desarrollar hoy? Opinamos que como mínimo el ejercicio es un gran desafío puesto que los debates sobre las nuevas tecnologías de la comunicación, donde el audiovisual es hegemónico, la cultura multimedia, etc. están en boga entre las nuevas generaciones de jóvenes activistas.

(3) La cita completa de Román Gubern dice: “Por consiguiente, antes hablábamos de cine y ahora hay que hablar genéricamente, ante la mescolanza de productos y canales de difusión, de audiovisual, como la provincia central y hegemónica de la cultura de masas contemporánea. En rigor, habría que hablar de audiovisual incluso cuando se evoca al viejo cine mudo, porque se exhibía habitualmente con acompañamiento musical de un pianista o de una orquesta en la sala. De modo que la Galaxia Lumiere, que nació a finales del siglo XIX como derivación del invento de la instantánea fotográfica puesta al servicio del principio de la Linterna Mágica, se ha convertido cien años después en una densa constelación electrónica, fecundada por la Galaxia Marconi, en la que figuran la televisión, el vídeo y la imagen sintética producida por ordenador. ¿Tienen mucho en común? Todas ellas son imágenes móviles que vemos en una pantalla, que es su soporte espectacular. Constituyen, por tanto, un mismo lenguaje, pero hablan diferentes dialectos.” (El eros electrónico)

(4) En realidad hay que pensar que si existe un freno a “la mezcla” de todos los medios pensada en sentido positivo (expansión de las posibilidades de producción y difusión, formas realmente democráticas de la comunicación, renovación del lenguaje audiovisual, etc.) es la propia industria cultural y sus intereses capitalistas lo que la frena, buscando todos los pasos (y retrasos) para que tal fenómeno, en caso de darse, se haga en favor de sus intereses económicos y políticos. Es la industria cultural la que mas osifica las instituciones especificas actuales de cada medio.

(5) Esta idea de la fuerza de cambio cultural y estético de un nuevo medio de comunicación y tecnología como la TV está muy bien desarrollada en el influyente libro “Apocalípticos e integrados” de Humberto Eco, capitulo de “apuntes sobre la TV”, en debate sobre las diferentes concepciones de análisis del fenómeno televisivo en expansión, tras un simposio donde el autor había participado y según él “todos hablaban de cosas distintas”.

(6) Raymond Williams, fue quien investigó de manera profunda la relación entre “tecnología y cultura”. En su libro “Televisión, tecnología y forma cultural” desarrolla el concepto de “intensión” como el propósito para el cual puede haber sido creada una tecnología por las clases dominantes (o apropiarse de un nuevo invento para un determinado propósito económico y político), pero desarrolla la idea del surgimiento de “nuevas intensiones de uso” por otras clases o capas sociales, que en un proceso de lucha moldean la “forma cultural” del nuevo medio. Si bien su análisis es más bien relacionado a una idea de “grupos de presión” en una sociedad realmente democrática. Su perspectiva inicial con cierta base “marxista académica” es inspiradora para pensar esto relacionado a la lucha de clases y la revolución social. Sus conceptos serán tomados de manera crítica en el primer encuentro.

Un virtual campo de batalla

SOPA, PIPA, Megaupload y la pelea por la regulación de internet.

En las últimas semanas dos leyes de EEUU desataron un debate global sobre sus alcances y objetivos, las leyes SOPA (sigla en ingles de “Ley de Detención de Piratería Online”) y PIPA (Ley de Protección de IPs.) que tienen el objetivo de regular el uso de internet a partir de la “defensa de la propiedad intelectual” contra “la piratería”. Entre otras cosas su aplicación permitiría bloquear desde EEUU el acceso a dominios enteros en cualquier parte del mundo, sin poder de apelación. Su tratamiento por el parlamento y senado norteamericano finalmente “quedó en suspenso” en medio de la oposición popular y el debate desatado entre grandes corporaciones (las discográficas y cinematográficas apoyaban, mientras empresas como facebook, google, twitter o pay pal se oponían o proponían “reformas”). Pero al mismo tiempo que se posponían estas leyes el FBI dió un golpe argumentando las mismas razones (defensa de la propiedad intelectual) con el cierre de la muy rentable “megaupload” (propietaria del sitio de carga y descarga directa de archivos más popular del mundo). Esta “retirada a los tiros” generó un efecto dominó inmediato, y muchas empresas cancelaron sistemas de suscripción y eliminaron archivos de forma masiva. Esta resolución llevó a muchos analistas a hacer una pregunta ¿Si EEUU puede hacer lo que hizo con megaupload, para que hacen falta votar la SOPA y la PIPA? la respuesta es simple: en realidad no se está discutiendo solamente el problema (verdadero) de la “propiedad intelectual” y la rentabilidad empresarial, sino la necesidad de los gobiernos imperialistas de regular, controlar y censurar la red, movimientos preparatorios para un futuro cercano donde el imperialismo no ve precisamente una “ampliación de la democracia mundial”.

La “ley SINDE” en el Estado Español, ley “HADOPI” en Francia, la “Digital Economy Act” en Inglaterra, “IPRED” en Suecia, leyes similares en Irlanda, son la previa de “SOPA y PIPA”, incluyendo un tratado internacional en curso conocido como “ACTA”. Todas se basan en la defensa de la propiedad intelectual, pero plantean un ataque a las libertades individuales, de expresión y de asociación colectiva, que nada tienen para envidiarle al conocido libro “1984” de George Orwell. Todas prevén la desconexión de usuarios que compartan y descarguen material con copyright, la desconexión de sitios y penas de cárcel a los usuarios, y en todas se propone incrementar el monitoreo por parte de las compañías de internet del uso, los gustos y las tendencias de los cibernautas e incluso la denuncia obligada de “actitudes ilegales”. En muchos de estos países las leyes ya están vigentes, pero no pueden aplicarse en toda su magnitud porque no se trata de una relación de fuerzas ya establecida, sino de instrumentos legales que les permitan a los Estados actuar para intentar cambiar lo que podríamos llamar “un cambio cultural de masas” que (con todos sus límites) “tomó internet” tendiendo a desarrollar sus potenciales mas progresivos, tanto a nivel social como incluso en la lucha de clases.

Desde el punto de vista social dos tendencias se contradicen, por un lado “millones de piratas” de todas las edades consideran un derecho adquirido “compartir”, “subir”, “descargar”, y “socializar” contenidos, creyendo honestamente en sus fines democráticos, de cooperación, intentando superar barreras culturales. Enfrentado a esto las grandes empresas (como las Discográficas y del Cine) se muestran frenando esta tendencia tan solo por defender sus ganancias, incluso las empresas que explotan las redes sociales como facebook o twitter (y que apelan a estos “valores”) en realidad están tomando todo tipo de medidas para restringirlos o “dirigirlos” para fines comerciales. Un medio que potencialmente puede interrelacionar, busca ser llevado hacia la unidireccionalidad y la regulación. Como con ningún otro medio de comunicación nuevo antes de internet, aquí el capitalismo se demuestra reacción en toda la línea.

Desde el punto de vista de la lucha de clases (aunque las leyes son anteriores) la “primavera árabe” que comenzó en Tunez, con su centro de revolución en Egipto; el surgimiento de “los indignados” y el movimiento “ocuppi” en EEUU mostraron el uso de las redes sociales e internet para la movilización, en las primeras respuestas de masas a la crisis capitalista internacional y en medio de la decadencia del imperialismo norteamericano. Tienen razón los gobiernos en alarmarse e impulsar leyes como SOPA y PIPA para fortalecer la censura y el control, ya que en estos movimientos hay tendencias al desarrollo de ideologías potencialmente anticapitalistas (y porque no un terreno para el resurgir del marxismo) que toman la web como medio de expresión.

Algunas cosas pueden afirmarse. Estas acciones de regulación, restricción y censura socaban más la credibilidad de EEUU a los ojos del mundo (y de su propia juventud) y puede promover que surjan vías alternativas para el intercambio. Por otro lado son un golpe a las ideologías apologéticas de internet como una “nube” descentralizada y democrática. También hay que estar seguros que Egipto es una muestra de lo que los Estados decidirán hacer si se ven atacados, recordemos “el apagón” de internet en medio de la revolución ante la amenaza del pueblo. Asistimos a los comienzos, internet es un virtual campo de batalla, pero como decía Marx, entre “dos derechos” lo que termina decidiendo siempre es “la fuerza”.

* * * *

Las revoluciones reales, Twitter, Facebook y un mensaje para todos los muros

La rebelión en Túnez está en curso, la caída de Ben Alí repercute en todo el Norte de África y le mete miedo a la misma burguesía de Francia, de la cual son “patio trasero” (como nosotros de EEUU). Pegadas a las noticias de la revolución que difunden todos los medios, vuelven nuevamente las alusiones al “rol de Internet”, en especial “las redes sociales” como Facebook y Twitter, también youtube, en la “preparación” “el desarrollo” del levantamiento.

* * * *

La mayoría de los artículos sobre la caída de Ben Alí hacen mención a esto, pero sobre todo en Europa la idea despertó el entusiasmo y el debate en diversos blogs y sitios, y el tema es recurrente en el nuevo activismo en todo el mundo… algunos títulos respecto de Túnez son ilustrativos: “La revolución estalló en los ordenadores”, “El poder de las redes sociales en una revolución”, “Podría ser Túnez la revolución Twitter?”“Túnez, La Primera Revolución Wikileaks”, “revolución en las redes sociales” y así siguen (estan elegidos al azar entre muchos). Aún así uno de los artículos mas interesantes tiene un muy buen titulo que apunta en otro sentido: “Not Twitter, Not WikiLeaks: A Human Revolution” (“Ni Twitter, ni WikiLeaks: una Revolución Humana”), que contiene varios links del debate mas interesante (en inglés, pero pueden usar el traductor de google que safa).

Las ultimas noticias (17-01) anuncian la formación de un “gobierno de coalición” entre una mayoría de los partidarios de Ben Ali y los partidos de la oposición (que estuvieron a la rastra de los acontecimientos). En los últimos dos días bandas armadas, escuadrones de la muerte recorrieron las calles sembrando terror y asesinando manifestantes, según informan varios medios de prensa. Se indica también que en los barrios la población legítimamente empezó a organizarse en “comités de defensa populares” para controlar el paso de vehículos y establecer algún tipo de autodefensa territorial. Las noticias dicen que “las bandas” serian partidarios de Ben Alí, su “guardia” que “quiere provocar el caos”, una pelea interna en “el poder” tunecino enclenque… lo que si está claro es que esa continuidad de la represión le sirve al conjunto del régimen tunecino que quedó colgado del aire, y tiene que disciplinar. En las calles está la juventud, los trabajadores, el pueblo de Túnez enfurecido y victorioso, contagiando Argelia?, Egipto?, Francia…? Mientras todos los mecanismos de desvíos y engaños comienzan a ponerse en marcha.

Con esos desafíos por delante abocarse a la discusión sobre Internet y “las redes sociales” en Túnez puede parecer secundario; de solo pensar lo que están enfrentando se cae de maduro que deberían estar armados con mucho mas que telefonía celular y redes para estar online. Pero al mismo tiempo creo que es un buen punto para intervenir con algunas reflexiones en una discusión que será recurrente y habra que seguir. “Las redes” vinieron para quedarse y son un mecanismo incomparable a los medios de comunicación con que se contaba en los 70s, a la salida de la segunda guerra mundial, en 1917 y ni hablar de 1871; pero el problema es poner las cosas en su justa medida, incluso para “honrarlas”.

Para quien no estuvo directamente interiorizado en el tema, los hechos de la “batalla comunicacional” que se libró y se traen a colación para destacar el rol de Internet son más o menos los siguientes (sacado de diversos sitios, pero aquí hay un resumen base):

  • En las famosas revelaciones de Wikileaks, se filtraron detalles de la vida fastuosa y extravagante del Presidente tunecino Ben Alì y su familia, y el alto nivel de corrupción en el país. El sitio Wikileaks fue censurado por el gobierno. Un dato: su yerno, Sajer el Materi, tenía un tigre en una jaula que come cuatro pollos al día, más de lo que muchas familias pueden permitirse en un mes…
  • Luego de esto la red de ‘ciberactivistas’ Anonymous lanzó un “ataque” en diciembre, #OpTunisia, contra sitios del gobierno de Túnez hasta dejarlos fuera de funcionamiento. El gobierno alegó que en muchos casos ellos mismos los habían bajado para frenar el ataque (¿?)… Un dato: hoy 17/01 salio la noticia de que un grupo de hackers hizo “renunciar” al canciller de Túnez. En realidad subieron una falsa renuncia a la web del ministro de Relaciones Exteriores y el gobierno tuvo que salir a desmentirla.
  • Cuando la revuelta comenzó, el gobierno tunecino comenzó a bloquear páginas de activistas y con el avance de las protestas profundizó la censura. Se denunció por parte del Comité de protección de los periodistas, que habían detectado la inyección de un script cuando se accedía a paginas populares para conocer los nombres de usuarios y contraseñas de bloggers, periodistas, políticos activistas, etc. Todos estos datos robados fueron utilizados para eliminar grupos en Facebook, imágenes y comentarios contrarios al régimen. La cosa no paro ahí, el siguiente paso fue detener y encarcelar a bloggers y activistas. Un dato: en Túnez, Facebook tiene un papel preponderante, con cerca de 3 millones y medios de internautas, 1,4 millones tiene cuenta en Facebook.
  • Por ultimo y quizás principal: los bloggers de los países árabes, los periodistas y activistas relataron y apoyaron en todo momento la revuelta, dando información e intentando organizarla desde Twitter y Facebook. Un dato: ese es un hecho contundente.
  • En lo que respecta a los medios masivos de comunicación internacionales estos cumplieron el rol esperado, ocultaron la situación en Túnez antes y durante, fueron cómplices del apoyo imperialista al régimen y se hicieron eco de “las noticias” cuando la revolución ya estaba twiteada. Ahora en Tunez había “dictadura”. Fueron mas rápidos para levantar el “periodismo ciudadano” en Iran, cuando las agencias de noticias tenían el interés político de hacerse eco de las revueltas.

Los hechos antes enumerados son citados para pensar el potencial y el rol real que Internet tuvo en el levantamiento, pero hasta ahí llega la cosa ya que hubo “mensajes” más contundentes que alimentaron la caldera popular y demuestran que “la red” es sólo un vehículo sobre el cual se expanden las experiencias concretas en la lucha de clases, las valentías personales y hasta las acciones políticas desesperadas.

Ninguna denuncia Wikileaks hacía falta para que los tunecinos llamaran despectivamente “la familia” al clan de Ben Alí, a quienes venían “documentando” desde hace 23 años. Si “los cables” trajeron nuevas noticias no eran más duras que las que sufrían en carne propia. “Según un estudio oficial realizado por el ministerio del empleo tunecino en colaboración con el Banco Mundial, si la tasa de desempleo global era de 14% en 2008, la de los jóvenes de 18 a 29 años era casi 3 veces superior a la de los adultos” (Le Monde, 7/1/11). En ese sentido no hay que sorprenderse de que el desempleo entre los jóvenes sea “la chispa que ha provocado esta revuelta” (citado aquì).

Mohamed Bouazizi, el joven de 26 años, informático, a quien la policía ni siquiera dejaba vender verduras en la calle para sobrevivir y que se inmolo frente al municipio de la ciudad de Sidi Bouzid, dando inicio a la revuelta escribió en el muro de su página Facebook:

“Me voy, mamá, te pido perdón y sin ningún reproche, estoy perdido en un camino que no controlo, perdóname si te desobedecí, échale la culpa a estos tiempos, no a mí…”

Bouazizi llevó adelante una acción desesperada, terrible, su mensaje fue político, pero con un aplastante pesar marcando que ya “no hay futuro” ni “presente”. Su accionar hace recordar un lema impactante de las movilizaciones en Argelia del 2001 cuando los jóvenes bereberes se levantaron y una de las consignas más difundidas eran “no podéis matarnos porque ya estamos muertos”.

La furia desatada por la inmolación de Bouazizi, a quien el mismo verdugo Ben Ali fue a ver al hospital en un acto repugnante, desató las manifestaciones y el gobierno desató la muerte. Días después otro joven se suicidó lanzándose contra unos cables de alta tensión al tiempo que gritaba contra el paro y la carestía de la vida.

¿Cual es el mensaje que las redes e Internet en todo caso expandieron de manera cifrada?: “tenemos la voluntad de entregar todo, hasta la vida”, “no le tememos a la muerte”, por eso Ben Ali tuvo que huir y ninguna de sus maniobras pudo salvarlo, ni tampoco la represión que se cobro al menos 77 asesinados. Esa voluntad en la juventud marca con todas sus contradicciones un giro revolucionario.

En una situación así, cuando el proceso es tan profundo, el movimiento se apropia de los medios de comunicación que tenga a la mano y si no existe los crea, nunca es al revés. En Oaxaca, Mexico, en el ámbito de una ciudad la clave fueron las radios tomadas y hasta la toma y puesta en funcionamiento bajo control de los manifestantes del canal de TV. Facebook, Twitter y youtube fueron apropiados por los tunecinos para los fines inmediatos de la lucha. El sitio http://www.nawaat.org/ se convirtiò en un puntal de información porque su estructura esta armada a partir de la confluencia de distintas redes sociales. Y se demostró que el monopolio informativo y comunicacional en manos del poder más férreo puede resultar inútil ante la lucha de clases. El gobierno fracasó ante la censura, por el simple hecho de que no puede controlar la irrupción violenta de millones en el gobierno de sus propios destinos.

Un último planteo al final, quizás el que me parece mas importante, el problema no son los medios (de interconexión y comunicación) en la lucha de clases sino los objetivos, y esos objetivos determinan también medios de lucha para nada virtuales. Una rebelión puede ser revolución si en el proceso de lucha la juventud, los trabajadores, las masas construyen sus propios organismos democráticos de tomas de decisiones y se arman para repeler las agresiones del poder burgués, propinándoles alguna derrota a las fuerzas represivas. Entonces todas las nuevas herramientas comunicacionales y de ciber militancia pueden trabajar para ese nuevo poder que nace. Eso no está pasando en Túnez, pero creo que es el mensaje a twittear y escribir en todos “los muros”.

Varios links mas:

* * * *

Artículo publicado en:

Documental social y nuevas tecnologias

A lo largo de la historia del cine documental, los cambios tecnológicos produjeron transformaciones importantes tanto en la realización, como en la distribución y en la recepción del público. Especialmente el documental social y político, y aquel particularmente ligado a las luchas populares, necesitaron apropiarse de las innovaciones tecnológicas que permitieron ampliar su producción y difusión.

* * * *

En los años `50, la aparición de cámaras livianas con un sonido sincrónico portátil, brindaron la posibilidad de profundizar el registro directo. Con el nombre de cinema verité o cine directo, se buscó seguir la acción allí en donde se sucedía. La cámara se convirtió en observador activo y aportó a una investigación y búsqueda libre para la construcción del relato documental. Esta tecnología liviana despertó nuevas búsquedas formales tanto en el cine de ficción como en el cine documental, y fue también la que permitió una enorme producción de documental social y político a nivel mundial, en las décadas del `60 y `70.

Las décadas que siguen encuentran nuevos cambios tecnológicos, con la masificación de la televisión y luego la aparición de las cámaras de video más accesibles. La producción de documental en video multiplicó la cantidad de realizadores, se sumaron nuevas temáticas, y a su vez, comenzó un nuevo camino de distribución por medio de las videocaseteras, que permitieron tanto la organización de proyecciones independientes con pocos recursos, como también la difusión para proyecciones hogareñas.

A comienzos del 2000 las nuevas cámaras digitales de video y fotografía, junto a  la posibilidad de armar islas de edición digital, ampliaron la producción documental. Un ejemplo en nuestro país, fue el surgimiento de nuevos grupos y documentalistas, que al calor de las movilizaciones que se sucedieron a partir de diciembre del 2001, se propusieron plasmar en imágenes esa nueva realidad.

Pasada menos de una década, actualmente, se está desarrollando una importante “explosión” tecnológica para el registro directo en video digital, desde nuevos modelos de cámaras, celulares que pueden registrar imagen y sonido con una calidad antes impensada, cámaras de fotografía digital que filman en alta definición, y nuevas posibilidades de edición en computadoras de uso corriente. Este rápido desarrollo promueve el trabajo de más documentalistas, y a su vez, impulsa a un registro directo masivo de uso particular como no había pasado con los anteriores cambios tecnológicos. Nuevos actores sociales se disponen a contar sus vidas y sus historias, aun de manera fragmentada y breve, aprendiendo y transformando el lenguaje audiovisual.

Sumado a esto, la última renovación en el campo de los recursos y la difusión audiovisual es el uso del video por Internet. Esta modalidad ya alcanza a millones de usuarios a nivel mundial en constante expansión. Canales gratuitos de alojamiento de videos como youtube, dailymotion, megavideo, entre otros, junto a la posibilidad de transmisión en vivo (livestream, ustream, etc.) están transformando los “usos y costumbres” de la producción y difusión audiovisual digital. Como en otros momentos, el conjunto del cine asumirá los cambios tecnológicos, recreando el lenguaje audiovisual, generando grandes cambios culturales, en las costumbres de hacer y ver films. Pensemos en esto: “Cuando se inventaron las películas a fines del siglo XIX, la mayoría de los films duraban menos de un minuto, debido a las limitaciones de la tecnología. Poco más de cien años después, cuando se introdujeron los videos de la red, también se hacían cortos, pero por motivos sociales tanto como técnicos.” Una afirmación interesante de un artículo de The New York Times, que luego desarrolla cómo se rompe la barrera de “ver videos cortos en la web” y cada vez se ven más largos, hasta films enteros; al mismo tiempo que las descargas de video y música decaen para ser remplazadas por la transmisión de video y música online (streaming).

Esta renovación tecnológica está influyendo en toda la producción cinematográfica, y en forma particular en la producción de cine documental social y político. La búsqueda de material de archivo “bajado” de la web es cada vez más común. Ejemplos como el film “Iraqui Short Films”, un documental sobre la guerra de Irak realizado íntegramente con material bajado de Internet, premiado y reconocido a nivel mundial, muestran la extensión del uso de este recurso. En este caso, se utilizaron registros propios de soldados en Irak tomados con celulares o pequeñas cámaras, este “registro directo particular”, difundido por Internet, fue la base del “archivo” para este documental.

En otro aspecto, la difusión por medio de páginas web, blogs, o páginas de descarga directa viene ampliando la posibilidad de difusión de material documental. Un ejemplo propio fue la difusión del documental “Ellos se atrevieron, la Revolución Rusa de 1917”, que contó en funciones de estreno más de 3000 espectadores y una venta de 2000 dvd´s, pero la mayor cantidad de público son las 40.000 vistas vía youtube, las descargas directas y links en blogs y páginas, con espectadores de todo el mundo (en una distribución motorizada por los espectadores).

La posibilidad de “interactividad”, de saber la repercusión que tienen las imágenes documentales, de construir un ida y vuelta con los protagonistas, la relativamente libre difusión de la producción audiovisual en un medio poco legislado aún, ofrece muchas posibilidades a explorar por el conjunto de los realizadores audiovisuales y especialmente para los documentales “de intervención”, para las realizaciones que apuestan a contribuir con la transformación social.

En los últimos tiempos, la crisis del capitalismo mundial comienza a repercutir de diferentes maneras. El golpe de estado en Honduras y la emergencia de la resistencia popular, importantes ejemplos de lucha como la de los trabajadores de la multinacional Kraft en Argentina contra los despidos y en defensa de su organización sindical, nuevos métodos de lucha como las tomas de fábrica en Francia o revueltas juveniles como en Grecia, todos estos nuevos emergentes sociales se apropian de las nuevas tecnologías de registro audiovisual, y utilizan Internet para su difusión; a su vez los documentalistas registramos estos sucesos con nuevas herramientas y nuevas formas.

Sumado a las proyecciones en salas, y en espacios alternativos, a las ediciones independientes de dvd´s, y a la búsqueda de acceso a los medios masivos; la utilización de Internet como medio de difusión audiovisual aporta a reforzar el rol y el sentido de un tipo de documental que se propone intervenir en la realidad social.

Hace más de treinta años los integrantes del colectivo Cine de la Base explotaban al máximo la tecnología que tenían a su alcance con el fin de llegar cada vez más a difundir sus ideas entre los trabajadores. Filmaban y montaban celuloide con carácter “urgente” y bajo condiciones de clandestinidad, ponían un pesado proyector en el auto y salían a los barrios para proyectar rápidamente sus imágenes. Con la aparición del video, Nerio Barberis, uno de sus miembros reflexionaba: “En un momento estábamos trabajando en un noticiero sindical. Decí que no existía la tecnología del video en ese momento, porque lo que hubiéramos podido hacer con el video…“.  Imaginemos entonces lo que podemos hacer con la tecnología a nuestro alcance, los que reivindicamos la historia del Cine de la Base y todos los documentalistas comprometidos con las luchas populares no podemos dejar de renovar permanentemente nuestros medios.

Si bien esta renovación tecnológica amplía las posibilidades de los realizadores independientes, la difusión masiva de la imagen audiovisual está en manos de grandes monopolios capitalistas que inundan día a día todas las pantallas (cine, TV, Internet, etc.) en función de defender los intereses de su clase. Mientras no descansamos en producir y difundir nuestras imágenes, no podemos dejar de apuntar al principal objetivo: lograr la verdadera democratización de la producción y difusión de la imagen audiovisual. Como hace tres años demostró la lucha del pueblo de Oaxaca, en México, con la toma de las radios y el canal de televisión, es necesario continuar ese camino hasta expropiar a estos monopolios de la comunicación y ponerlos a funcionar bajo el control de los realizadores, los trabajadores audiovisuales y el público trabajador y popular. 

Una nueva experiencia: www.tvpts.tv 

A partir del 24 de marzo de 2009 comenzó a transmitir tvpts.tv, un canal de TV por internet impulsado por el PTS (Partido de Trabajadores Socialistas) y miembros del grupo Contraimagen; que reúne documentalistas, realizadores y periodistas para producir diferentes programas y contenidos. La idea surge a finales del 2008, en los comienzos de una crisis económica mundial que anuncia tiempos convulsivos por venir. Con este panorama, el objetivo es utilizar lo ultimo de la tecnología para difundir ideas revolucionarias, mostrando lo que los grandes medios ocultan y transmitiendo una posición desde la izquierda.

Desde el mes de marzo se están produciendo contenidos para ocho programas, coberturas diarias e informes especiales. La producción abarca programas de actualidad, debates en vivo, programas especiales sobre la mujer, históricos, sobre cine documental, política internacional, y un amplio seguimiento de las luchas de los trabajadores. Al calor de los hechos más destacados de la realidad se impulsaron dos Blogs temáticos especiales concentrados en la producción y difusión audiovisual, estos fueron: “En Honduras no pasaran” y “Dígale no a Kraft-Terrabusi”, que atrajeron la atención de los protagonistas que se sumaron a participar en ellos enviando videos, imágenes y miles de mensajes.

Para quienes impulsamos esta iniciativa el trabajo consiste en un continuo aprendizaje y experimentación en un terreno donde no existen experiencias previas, pues el cambio tecnológico y cultural se está operando. En las diferentes producciones encontramos la diversidad que expresan los realizadores: mirada documental con registro directo, animaciones, informes especiales apoyados en el montaje, historias de personajes, informes periodísticos, programas televisivos.

Las nuevas tecnologías traen consigo nuevos códigos y es necesario incorporarlos y hasta inventarlos, y a su vez presentan a cada paso nuevos problemas a resolver. La “interacción” permite también una relación con el público, con el chat online, comentarios sobre los videos y la posibilidad de reenviarlos, se construye también un medio colectivo, en donde está permitido “apropiarse” de la producción si el objetivo es difundirla y ampliarla.

Los integrantes del grupo Contraimagen venimos realizando trabajos documentales desde 1997, a través de distintos formatos y estilos intentamos aportar a la crítica revolucionaria de este sistema. Mientras seguimos produciendo películas que puedan recorrer salas, muestras y circuitos alternativos, sumamos también esta nueva pantalla para multiplicar por miles los ojos que puedan abrirse a la realidad. Trabajar con nuevos medios, aportar a las luchas, difundir las ideas revolucionarias, es también una forma de fortalecer la pelea para que los medios de producción y difusión audiovisual estén en manos de los trabajadores.

Los tiempos cambian, los formatos se transforman, pero una vez más es la lucha de clases la que despertará la imaginación y convocará a más y más documentalistas a apropiarse de nuevas tecnologías para aportar con creatividad no sólo a mostrar las infinitas historias que merecen ser contadas, sino también a buscar transformar el mundo.

* * * *