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Un violín propio

NANNERL, LA HERMANA DE MOZART / La película de René Ferét cuenta la historia de Nannerl, la desconocida hermana de Wolfang Amadeus Mozart, quien también se dedicó a la música pero no tuvo las mismas posibilidades que su hermano menor.

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La película de René Ferét cuenta la historia de Nannerl, la desconocida hermana de Wolfang Amadeus Mozart, quien también se dedicó a la música pero no tuvo las mismas posibilidades que su hermano menor. ¿Cuántas compositoras de música clásica conocemos? La lista de nombres más reconocidos está compuesta por hombres, pero esta situación lejos de ser natural es la consecuencia, en el terreno particular de la música, de siglos y siglos de opresión de la mujer.

La historia de la hermana de Mozart está desarrollada en al menos cinco libros durante los últimos diez años y la reciente película de Ferét amplía la difusión.
La película está ambientada en la gira por Europa que emprende la familia Mozart en 1762 para dar conciertos interpretados por el padre y sus dos hijos presentados como prodigios. Las cartas que el padre Leopold Mozart escribió a Lorenz Hagenauer, el financista de este viaje, sirvieron como argumento para el guión.
Estos documentos aportaron parte de la historia, y otros elementos y personajes, como la relación con las hijas de Luis XV, son parte de una elaboración imaginaria basada en un estudio de la época.
Se trata de una producción histórica, sin los gastos de las superproducciones del género, pero con buena ambientación y clima de época.

En los primeros minutos de la película, Nannerl comienza a tocar el violín y esto desata una discusión familiar.

«Padre: Nannerl, te prohíbo tocar el violín

Nannerl: Cuando yo tenía su edad (refiriéndose a su hermano) me destacaba con el violín, ¿por qué me lo prohibió de repente?

Madre: Sabes bien que ese no es un instrumento para niñas, tu padre te lo repite sin cesar…»

El tono de este diálogo se repite en otras situaciones. Mientras el padre da clases de composición a Wolfang, prohíbe a Nannerl presenciarlas.

«Nannerl: Papá, ¿Me permitirías asistir a las clases de composición que impartes a Wolfang?

Padre: Mi pobre niña, se deben conocer los secretos de la armonía y del contrapunto, resulta incomprensible a mucha gente, sobre todo a las mujeres…»

Las ideas familiares eran la expresión de las ideas de la época en donde las mujeres tenían prohibido asistir a las Academias de Música. Su lugar en la sociedad estaba destinado al trabajo doméstico y el cuidado de su familia.
La película refleja esta problemática a través de distintos personajes.

La situación de opresión de la mujer y la discriminación ante la producción artística es un tema abordado en diversas obras, una de ellas es Un cuarto propio (1929) de Virginia Woolf, un ensayo que relata muchos aspectos similares a la historia de Nannerl. En este texto la autora hace el ejercicio de imaginar ¿Qué hubiera pasado si Shakespeare hubiera tenido una hermana?. La respuesta, al igual que en la película, relata que a esta hermana imaginaria-Judith- nadie le hubiera permitido escribir, estudiar o realizar cualquier actividad creativa como la desarrollada por su hermano. «Entretanto, su dotadísima hermana, supongamos, se quedó en casa. Tenía el mismo espíritu de aventura, la misma imaginación, la misma ansia de ver el mundo que él. Pero no la mandaron a la escuela. No tuvo oportunidad de aprender la gramática ni la lógica…». En fin , al igual que la hermana de Mozart, hoy nadie la conocería. Además de la opresión de género, el texto remarca la opresión de clase como un elemento central que impide el desarrollo artístico. «El poeta pobre no tiene hoy día, ni ha tenido durante los últimos doscientos años, la menor oportunidad… Y las mujeres siempre han sido pobres, no sólo durante doscientos años, sino desde el principio de los tiempos…Las mujeres no han tenido, pues, la menor oportunidad de escribir poesía…»
Woolf plantea la necesidad de la emancipación económica de las mujeres y la importancia de tener «un cuarto propio», un espacio fuera del impuesto lugar familiar, en donde poder desarrollar su propia creatividad.

Ni la real hermana de Mozart, ni la imaginaria hermana de Shakespeare pudieron desarrollar su producción artística.
El patriarcado se ha sucedido a lo largo de distintos sistemas de explotación en la historia, obstaculizando la producción artística de las mujeres y las clases explotadas.
Una lectura de la película Nannerl, la hermana de Mozart de René Ferét puede también dejarnos el interrogante: ¿Cuántos artistas anónimos han quedado en el camino? ¿Cuántos hombres y mujeres hoy siguen excluidos de la posibilidad de producir arte?

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La violencia televisiva sobre la imagen de Melina Romero

Según graficó una amiga, para que la idea quede brutalmente clara: «Cada vez que la imagen de Melina Romero aparecía en televisión, estaba siendo violada». La violencia se completará en los próximos días, cuando desaparezcan completamente de los medios masivos las fotos que fueron repetidas hasta el cansancio, como si hubieran sido descartadas en algún basural. Sabemos que los noticieros dramatizan la información con el objetivo de sostener el interés del público al igual que un show. Inventan historias, tramas, investigaciones, acusaciones; pero no lo hacen cada treinta horas, que es la sistemática cifra del femicidio en Argentina. Cada tanto «levantan un caso».

Lo hicieron en el caso de Melina Romero por la denuncia de sus amigos y familiares, que es como entran al mundo de los medios masivos los trabajadores. Pero desde el estreno de este último film masivo, la protagonista Melina fue acusada de su propio asesinato, entre otras cosas porque era muy joven, y la mayor «prueba» que los medios presentaron «al público» no fueron más que sus propias autofotos. Más que ningún otro, esas imágenes fueron el material «concluyente» de su condena, las selfies que se permiten para el Oscar y las modelos, pero nunca para las pibas de los barrios.

«Desconfíen de las imágenes», decía el fallecido cineasta Harun Farocki. En su último libro sobre cine, el crítico J. Hoberman plantea que el ciberespacio sería hoy el «equivalente de las películas hogareñas filmadas en Super 8 o videocámara que le dan a cada uno la oportunidad de ser estrella de su propio documental en proceso online«. Mientras que el atractivo de la propia red Facebook (una internet paralela personalizada) tiene éxito en la medida en que compensa de alguna manera lo que a la gente le falta en la vida real: «La pérdida del sentido de vecindad, de familia extendida, de fraternidad del lugar de trabajo o de solidaridad de clase y hasta de la importancia individual». En la película paraguaya Siete cajas, el deseo del joven protagonista es un celular que filma, porque quiere «sentir que sale en tele», lo cual logra solo luego de un episodio violento que casi le cuesta la vida, donde el femicidio está en el centro.

Así, el robo literal de las imágenes de Melina de su propio Facebook, y su resignificación perversa en los medios masivos, puede compararse a la entrada por asalto a una casa para llevarse los recuerdos de una película en proceso que fue brutalmente cortada. El tratamiento formal posterior de las imágenes robadas puede considerarse un equivalente a la pornografía infantil.

Es imposible contestar con imágenes de igual poder a un aparato industrial de producción. Solo vale agregar que el uso de la imagen en este último film de los medios y la estigmatización de Melina no fueron más que la remake de un guión que se repite todos los días en cuanto a la imagen de las mujeres, sean asesinadas, desaparecidas o convertidas en objetos. El internauta podrá acceder a un intento de respuesta recorriendo la foto de abajo y haciendo clic con el mouse para acercarse a descifrar por qué la imagen de Melina fue separada de su cuerpo y violentada una y otra vez en los medios masivos.

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>>VER FOTOGRAFIA ANIMADA: http://laizquierdadiario.com/La-violencia-televisiva-sobre-la-imagen-de-Melina-Romero<<

El mundo del cine discrimina a las mujeres

Dos informes publicados recientemente revelan que en el mundo del cine la discriminación de la mujer es tan amplia como en muchos otros ámbitos.

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Un estudio de la ONU que se publicó en Nueva York analiza que sóloun tercio de todos los papeles en las películas los protagonizan mujeres. Para este trabajo impulsado, por investigadores de la Universidad de California, se analizaron películas de diferentes países del mundo, entre ellos, Estados Unidos, Reino Unido, Australia, China, India, Japón y Alemania. No sólo certificaron que las mujeres tienen muchos menos papeles que los hombres, sino que además se cumplen todo tipo de estereotipos. Así, los papeles de profesiones de prestigio suelen recaer frecuentemente en hombres: cuando se trata de abogados 13 veces más, profesores, 16 veces más, médicos, cinco veces más. Sin embargo, cuando se trata de desnudos, las mujeres y las niñas salen sin nada o vestidas con escasa ropa el doble de veces que los hombres.

Otro informe publicado por el Observatorio Audiovisual Europeoreveló que sólo un 16,3% de las películas europeas producidas entre 2003 y 2012 fueron realizadas por directoras. El estudio analizó las 9.072 películas europeas lanzadas durante este período y también reveló que los films dirigidos por directores consiguieron como media vender el doble de entradas de las que alcanzaron las directoras.
Holanda es el país más abierto a las directoras, en donde las películas representan algo más del 25% del número total de las producciones locales. Finlandia, Suecia, Austria, Noruega y Francia les siguen con porcentajes de más de 20%. Dinamarca, Bélgica y la República Checa también tienen porcentajes más altos que la media europea de 16,3%.

A comienzos de este año, el tema sobre el lugar de la mujer en el cine estuvo presente entre los debates del Festival de Cannes. Allí se desarrolló el seminario “Girls just Wanna Have Films”, en donde se analizaron estas mismas cifras y otras aportadas por el Centro Nacional del Cine de Francia (CNC), que mostraron como el salario medio por hora de una directora de largometrajes es inferior en un 31,5% al de un varón. En Francia, todas las mujeres del mundo del cine, salvo guionistas y dobles, reciben menos dinero que un hombre que desarrolle el mismo trabajo.

Los datos que aporta el Instituto de la Cinematografía y las Artes Audiovisuales (ICAA), de España, marcan la misma desigualdad. Los presupuestos para películas dirigidas por mujeres son de poco más de un tercio de los que disponen los hombres.

En nuestro país, un informe de S.I.C.A (Sindicato de la Industria Cinematográfica Argentina), que analiza las cifras del 2013, da cuenta que de todos los puestos técnicos y de dirección, las mujeres ocuparon un 30%, tanto en las producciones cinematográficas, como en publicidad y televisión. Por otro lado si miramos la última semana de estrenos en las pantallas nacionales, de ocho películas, sólo una fue dirigida por una mujer.

Más allá de esta situación al interior de la industria, son muchas las mujeres que participan de la producción audiovisual y buscan cambiar esta realidad. Con producciones industriales o independientes, en circuitos comerciales o alternativos, las voces de las mujeres avanzan para hacerse ver y escuchar.

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Fuentes: Escribiendocine – Observatorio Europeo del Audiovisual- Deisica –

“He abortado en los cuerpos de otras mujeres”

Liliana 1980-1986 / 17 y 24 años /  Desde el 09 de agosto está en el Palais de Glace la muestra “11 semanas, 23 horas, 59 minutos – Aborto clandestino en Argentina”. Por medio de fotos y la palabra escrita, se cuenta la historia de un momento de la vida de mujeres que abortaron, hombres que acompañaron, profesionales que están a favor del derecho al aborto.

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Guadalupe Gomez Verdi, Lisa Franz y Lea Meurice autoras de este trabajo se plantean la búsqueda de comprender porque en Argentina, en el siglo XXI, el aborto sigue siendo ilegal. Se mezclan tres miradas distintas, con diferentes realidades: Argentina, Alemania y Francia.

Lo primero que se ve es la violencia. La violencia del silencio, de la obligación, de la imposición. La violencia de la clandestinidad. La mayoría son retratos de las mujeres, de sus espacios, de su sonrisa, de sus miradas.

Las autoras dicen: “Nos es difícil entender que en países como Argentina, la mujer no haya conquistado libertades que la coloque en el terreno de la igualdad y autonomía, cuando en Francia y Alemania la emancipación de la mujer se inicio hace cuatro décadas y el aborto es legal”. Si bien, las diferencias entre la situación de las mujeres son notables en los países donde el derecho al aborto existe, la emancipación de las mujeres, está lejos aún en los países del primer mundo, más en tiempo de crisis.

Las fotos y las historias son muy diversas, y capaz sin quererlo demuestra que cada historia es única, pero a la vez, son una sola, el relato de la clandestinidad, el relato de la violencia hacia todas las mujeres por no poder decidir libremente sobre nuestro cuerpos.

Hay mujeres que tomaron la decisión acompañadas, haciéndose un aborto en sus casas pese a que son conscientes de que lo hacen en clandestinidad. Otras, como Camila que lo vivieron con miedo y preocupación «Mi preocupación siempre con eso pasaba por el lado de que yo era consciente de que no había lugar que te cuidara a vos. Todo era ilegal que no quería exponerme a una situación en la que pudiera hasta morirme». Otras como Sonia, que el aborto, por más clandestino que sea, fue una liberación: «Yo tenía que sacarme esa violencia que me estaba metiendo dentro. El haberme quedado preñada era más violento todavía, era una violencia más fuerte».

El recorrerla fue una confirmación más de que, si el derecho al aborto se conquista en Argentina va a ser por esos cientos de mujeres que sufren día a día las consecuencias del aborto, que tienen hermanas, novias, amigas,parientes, conocidas, que se realizaron un aborto y están cansadas de la clandestinidad. Que va a ser posible en las calles. Estas fotos que hacen visible estas historias, denunciando el pasar de estas mujeres.

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