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Soviet, electricidad y cine

La revolución del lenguaje cinematográfico en la Rusia de los años 20. Por Violeta Bruck y Javier Gabino

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Lenin caracterizó un día al socialismo como “el poder de los soviets más la electrificación”; tomando en cuenta la importancia que él y toda la dirigencia soviética le dieron a esa novedosa máquina de discurso llamada cine, bien podría haberla sumado a su definición propagandística. Cuando Trotsky la comenta en su libro La revolución traicionada de 1936, plantea que Lenin se refería a la necesidad de alcanzar como punto de partida mínimo para el desarrollo del país “al menos el nivel capitalista de electrificación”. Denuncia que aún en esos años, cercanos a la II Guerra Mundial, la URSS estaba muy lejos de ese objetivo. Mientras el otro componente de la fórmula: los soviets, habían sido tomados por una burocracia que hablaba de socialismo solo para mantener sus privilegios.

El cine, que es esencialmente luz, luz y sombras, necesita de la electricidad para existir. Si la URSS de los años ‘20 encaraba los primeros grandes emprendimientos modernizadores pero estaba lejos de alcanzar el nivel de electrificación y técnica capitalista, paradójicamente fue en el uso de ese artefacto eléctrico donde elevó la innovación por arriba de sus competidores. Con bastante libertad y una audaz apuesta de recursos basada en la nacionalización de la industria de cine y foto, el poder de las ideas escapó de la limitación técnica. La “nueva tecnología” en desarrollo, el “dispositivo cinematográfico” que provocaba una alteración cultural mundial, recibió en el país de los soviets su propia revolución. El descubrimiento y la invención de principios fundamentales del lenguaje particular que el nuevo medio exigía. La irrupción del concepto de “montaje” como mecanismo vertebrador de investigaciones artísticas diversas cuya profundidad llega hasta la actualidad.

Fragmentos de un guión inabarcable

Para 1920 una veintena de trenes y barcos de agitación partían periódicamente hacia el amplio territorio ruso en medio de la guerra civil. Las primeras experiencias habían sido en 1918. Iban preparados con sala de proyección, teatro, biblioteca y una tripulación de artistas y propagandistas revolucionarios.

En el plan general trabajaban quienes serían los grandes nombres del cine soviético: Vertov, Tisse, Kuleshov, Pudovkin, Eisenstein. También montajistas, camarógrafos y destacadas cineastas mujeres menos reconocidas, como Esfir Schub, pionera del cine de archivos y Elizabeta Svilova, una de las mejores montajistas de la URSS. El coordinador general de las tareas de agitación era el dirigente bolchevique Anatoli Lunacharski, quien incluso escribió guiones de los Agitprop.

Una estadística da cuenta de casi 3.000 conferencias y mítines realizados, 5.000 reuniones con organizaciones de trabajadores y el partido, y el dato de 1.962 sesiones de cine con 2.216.000 espectadores. Sin embargo la actividad de agitación y propaganda cinematográfica organizada a escala masiva contrastaba con lo que pasaba solo unos años antes. En 1917 se habían rodado en Rusia 400 películas, pero en el año de la revolución los bolcheviques más bien se habían tenido que defender del cine.

Caído el Zar en febrero los productores privados acordaron con el gobierno provisional continuar produciendo películas a favor de la guerra. A títulos como Por la patria Guerra hasta la victoria final sumaron otros contra Lenin y su partido, como El revolucionario, donde un abuelo logra convencer a su nieto bolchevique de ir a la guerra a la que se oponía. Para agosto circulaba Lenin y Cía., una película antiblochevique, por lo que los comités del partido exigían al soviet tomar medidas urgentes “ya que podían surgir excesos no deseados por parte de trabajadores indignados”. O Lenin, el espía y sus aventuras, frente a la que logran una resolución del Soviet de Moscú para frenar su exhibición por “calumniosa”.

Para octubre toda la industria cinematográfica se unió a la reacción o fue parte de la emigración antibolchevique. En su huida desmantelaron estudios y destruyeron bases para la producción, mientras los productores y exhibidores que se quedaron respondían con el boicot o la especulación del material virgen. En esa situación dramática una escena tragicómica muestra la importancia que los bolcheviques daban al cine.

Según cuenta Leyda en su libro Kino, durante 1918 una figura de la relevancia política de Yevgueni Preobrazhenski presidía el Comité Cinematográfico de Moscú (que actuaba como doble poder ante el sector privado). Un importador se presentó y ofreció sus servicios para viajar a Estados Unidos y traer materiales, Jacques Roberto Cibrario, un italiano que trabajaba alquilando y vendiendo películas e insumos. La propuesta sedujo al comité y a Preobrazhenski. Entusiasmados, armaron una lista que incluía 20 cámaras, 1.500 proyectores escolares, copiadoras, tituladoras, materiales eléctricos, un millón de metros de película negativa y siete millones de película positiva, entre otras cosas. Para esta gran adquisición las autoridades soviéticas depositaron 1 millón de dólares en Nueva York. El problema fue que el estafador Cibrario apenas compró materiales viejos y película vencida a bajo costo, luego tomó el botín y se esfumó. Ningún embarque llegó a Moscú y por el escándalo Preobrazhenski tuvo que dejar el comité. Pero el tamaño de la estafa era equivalente al tamaño de la apuesta.

El dato histórico es que pasaron dos años entre la toma del poder y 1919 cuando Lenin firma el decreto de expropiación de la industria de cine y foto. La medida de nacionalización, requisa y control que permitió eliminar todas las trabas del sector. Con ella, los futuros cineastas soviéticos que se encontraban cumpliendo diversas funciones en el campo de batalla, al fin podían tener la industria en sus manos para desarrollar como nunca un nuevo lenguaje de masas. De todos ellos, dos se elevaron por encima de su generación: Dziga Vertov en el documental y Sergei Eisenstein en la ficción.

La vida de repente

Para mediados de los ‘30, perseguido y censurado por el estalinismo, el documentalista Dziga Vertov escribía recordando a Maiakovsky (quien se había suicidado unos años antes),

… el problema es el de la unidad de la forma y el contenido. El problema consiste en prohibirse a sí mismo desorientar al espectadorofreciéndole un truco o un procedimiento que no está engendrado por el contenido ni exigido por la necesidad.

Para 1944 en su diario personal seguía reafirmando sus principios: “No hay evolución sin violación de las reglas. Si lo olvidamos, nos metemos en un callejón sin salida”.

Sin embargo, en 1918 Vertov gozaba de libertad creativa e ingresaba al mundo cinematográfico como líder de los noticieros de la guerra civil. Primero Kino-Nedelya (cine semana) y luego Kino-Pravda (formato cine del periódico Pravda). Con múltiples viajes al frente, en 1921 realiza Historia de la guerra civil. Ver por la lente una revolución en tiempo real lo llevó a reflexionar que, “el campo visual es la vida; el material de construcción para el montaje es la vida; los decorados son la vida; los artistas son la vida”.

Con pocos insumos a disposición, su tarea de reunir, seleccionar y montar material que provenía de diversos autores y geografías le exigía pensar el problema de cómo dar sentido a los fragmentos documentados. La vida de repente se aparecía sin guion. En esa práctica trabaja junto a Elizabeta Svilova, excelente montajista y su futura pareja. Sumando a su hermano, el camarógrafo Mijail Kaufman, fundan en 1922 el “Consejo de los Tres”, que será el autor de manifiestos para la formación del movimiento Cine Ojo. Comprendiendo las nuevas tecnologías cinematográficas como una extensión de sentidos humanos limitados, declaran que si “no podemos hacer que nuestros ojos sean mejores, en cambio, podemos perfeccionar ilimitadamente la cámara”. Proyectan construir un laboratorio de creación colectiva. Contemplando un espacio para almacenar el archivo registrado en forma permanente por “los kinoks”, camarógrafos que desde todos los puntos del territorio enviarían sus registros y los montajistas podrían disponer del material para distintas películas.

Ante una realidad que se les presentaba más rica que cualquier guion de ficción elaborado por un realizador, desechan radicalmente la “cinematografía artística” para dar al “montaje” una significación diferente, entendiéndolo como “la organización del mundo visible”. Pero la complejidad de “la vida” también incluía a los realizadores y al propio artefacto de realización que ampliaba sus sentidos. Ese remolino es lo que se plasmará en 1929 en el documental ícono El hombre de la cámara, que también podría haberse llamado La mujer del montaje, ya que la edición corresponde a Svilova y es un elemento fundamental de la película.

Asignando a la máquina del cine y su nuevo lenguaje un valor de destrucción de la tradición artística, la película se convertía en “un intento para presentar los hechos en un lenguaje cien por cien cinematográfico” rechazando totalmente “los procedimientos del teatro y la literatura”. El resultado es un verdadero documental poético, donde la realidad es materia prima creativa para una construcción que amplía los sentidos.

En la teoría de Vertov, sistemáticamente fragmentada en un estallido de manifiestos vanguardistas, el problema “de la unidad de la forma y el contenido” parece trascender la pantalla. El impulso contra el realizador individual derivaba en proyectar la posibilidad de múltiples, millares de realizadores interconectados en todas las etapas de realización en Rusia y en todo el mundo. Logrando un aparato en red que mutara “estableciendo una relación visual entre todos ellos”. Por eso también, el interés en los avances de investigación para la radiotransmisión de imágenes, la televisión.

En un futuro próximo, el hombre podrá transmitir simultáneamente por radio en el mundo entero los hechos visuales y sonoros registrados por una radio-cámara. Debemos prepararnos para poner estos inventos del mundo capitalista al servicio de su propia destrucción.

Lejos de toda utopía, el paso adelante del “Consejo de los Tres” fue imaginar otras for­mas culturales posibles para la tecnología naciente del cine y la idea de TV. El planteo era realista ya que toda nueva tecnología de comunicación, como hoy internet, contiene en germen muchos usos posibles determinados socialmente. Y la sociedad en la que ellos vivían aún no había resuelto el dilema: revolución-contrarrevolución.

La imagen solo existe por montaje

En su texto El sentido del cine de 1942, Sergei Eisenstein vuelve sobre su historia y logra plasmar su profunda concepción del “montaje” como la base del lenguaje de imágenes. Desde muy joven sus reflexiones se separaron del puro manifiesto para intentar crear un sistema de escritura audiovisual que impactará en todo el mundo, consiente o solapadamente. Su obra cinematográfica se va a nutrir de esa teorización, sobre todo la de los años ‘20, mientras que la posterior sufrirá el aplastamiento del “realismo socialista”.

Eisenstein cita unas notas de Leonardo Da Vinci para una presentación pictórica de El diluvio. El texto extenso es una descripción vívida, “audiovisual”, de toda una escena donde describe desde la lluvia impetuosa, hasta las aguas y los botes sacudidos, las reacciones humanas, las montañas de fondo, el viento, las lamentaciones y las impresiones del propio Leonardo. Concluyendo que no se trata de un poema o un ensayo literario, considera la larga descripción como el plan irrealizado de un cuadro, es decir de “una imagen”.

El descubrimiento lo lleva a reforzar una idea que hace síntesis de sus elaboraciones precedentes. “Una imagen” no puede ser considerada nunca en su sentido literal, como “un plano” filmado o una fotografía. Una imagen solo puede existir por montaje, porque solo en la fragmentación de múltiples planos visuales y sonoros, y su vuelta a reconstruirse en una película, está la posibilidad de transmitir una vivencia basada en las emociones, que es el motor de la escritura audiovisual.

Veinte años antes, en 1923, el joven Eisenstein publicaba en la revista KinoFot el texto El montaje de atracciones que aunque se presentaba como un “manifiesto para teatro” sentaba las bases de sus preocupaciones posteriores. Luego de participar en la guerra civil en los trenes y barcos de agitación, se había convertido en decorador-jefe del Proletkult.

En el manifiesto planteaba la necesidad de “orientar al espectador hacia una dirección deseada (estado de ánimo)”, mientras

El instrumento para conseguirlo viene dado por todas las partes constitutivas del aparato teatral reconducidas, en toda su variedad, a una única unidad que legítima su presencia: su calidad de atracción.

Sobre la atracción decía que era

… todo momento agresivo del espectáculo.todo elemento que someta al espectador a una acción sensorial o psicológica, experimentalmente verificada y matemáticamente calculada para obtener determinadas conmociones emotivas del observador, conmociones que, a su vez, le conducen, todas juntas, a la conclusión ideológica final.

Embriagado en la tormenta de las posibilidades del montaje se proponía un uso agre­sivo, lindante a la causa y el efecto, donde el realizador estaba en el centro y el espectador era provocado. Pero el aparato teatral no le permitía la versatilidad necesaria para aplicar sus teorías, y migrará al cine definitivamente a partir de realizar La huelga y más tarde El acorazado Potemkin en 1925. En ambas películas construye a través del montaje contrastes, simbolismos y metáforas visuales que impactan. Eisenstein autodefine a su cine como cine-puño, en oposición al cine-ojo de Vertov: “No creo en el cine-ojo, creo en el cine-puño. Resquebrajar los cráneos con un cine puño”. Así establece las diferencias con el documental para poner el eje en la cons­trucción a través del montaje, dentro del plano, en los puntos de vista de cámara y en el choque entre planos. El montaje será una escritura consciente del director de ficción que construye un discurso y forma un sentido.

Con El acorazado conquista el reconocimiento internacional. En particular la escena de la escalera de Odessa que fuera al mismo tiempo el disparador del film, cuyo plan inicial era en realidad “una serie” de films sobre 1905 solicitados por el gobierno.

Eisenstein encarna el cineasta de la industria cinematográfica pensada con fines revolucionarios. Las posibilidades de poner a “las masas” en escena, contando con recursos industriales, le permitirá ser el director de Octubre, el film que es al mismo tiempo el aviso de que la libertad creativa será atacada, al obligarlo a cortar tres cuartos de hora donde aparecía Trotsky.

Pensando en la unión revolucionaria de arte e industria, su obra se nutre de los últimos avances del lenguaje del cine que se hacen en el mundo. En sus primeros años descubre en el cine norteamericano de Griffith ideas a las que dará otra calidad, mientras desecha el “expresionismo alemán” por oscuro, depresivo y escéptico. En 1929 fue enviado a explorar las posibilidades del cine sonoro y termina contratado en Hollywood donde no concreta ningún film por negarse a la injerencia de los productores. “Eisenstein, el mensajero del infierno en Hollywood”, titulaba un panfleto que también lo llamaba “perro rojo” y lo acusaba de contaminar con propaganda comunista el cine americano.

Quizás su evolución sobre teoría del espectador sea una de las mayores muestras de su genio. En El sentido del cine volverá sobre sus pasos para señalar al espectador como un ser completamente activo, alejado de un “receptor” al cual se lo puede conducir emocionalmente sin ninguna traba. Al contrario el espectador era un personaje emancipado y esquivo, que recibía la imagen traduciéndola a partir de su experiencia personal y colectiva, por lo cual el director estaba siempre al borde del fracaso. Si el director tenía una imagen en su cabeza, como El diluvio de Leonardo, debía tener la capacidad de fragmentarla en múltiples planos, para luego alentar al espectador a transitar ese camino de representaciones que una vez terminado lo pudiera acercar a la vivencia del autor.

Para él este método se inspiraba en el de Marx y lo cita:

No solo el resultado sino también el método son parte de la verdad. La investigación de la verdad debe ser verdadera en sí misma; la verdadera investigación es la verdad desplegada cuyos miembros dislocados se unen en el resultado.

100 años después

Un siglo después es casi imposible comprender lo que significa aportar al descubrimiento e invención de un nuevo lenguaje. Aunque la vivencia de internet es una revolución innegable, es un artefacto nuevo que trabaja modificando sustancialmente lenguajes preexistentes, mientras el cine era una novedad que precisó crear uno que antes no existía, dialogando con la literatura, la música o el teatro.

Ese legado de los cineastas soviéticos está íntimamente ligado a la posibilidad que tuvieron de unir el arte con la industria a partir de la expropiación y nacionalización del sector. Ese “programa” sigue siendo necesario retomar en el siglo XXI si se quiere enfrentar seriamente el poder de la industria cultural capitalista que aplasta la enorme diversidad de lenguas que la imagen puede hablar.

Textos de referencia

  • Kino. Historia del film ruso y soviético, Jay Leyda.
  • Memorias de un cineasta bolchevique, Dziga Vertov.
  • El sentido del cine y La forma del cine, Sergei Eisenstein.
  • El montaje cinematográfico, Vicente Sánchez-Biosca.
  • www.cinesovietico.com.

[VIDEO] 1917: Rusia y la revolución del lenguaje cinematografico

Charla sobre Cine soviético en la Facultad de Filosofía y Letras, como parte del Seminario «El Legado Olvidado de la Revolución Rusa». Violeta Bruck y Javier Gabino, realizadores del grupo de Cine Contraimagen y TVPTS.

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  •  ¿Como fue la cinematografía prerevolucionaria en Rusia?
  •  ¿Cómo fue la experiencia de agitación y propaganda cinematográfica durante la Guerra Civil?
  •  ¿Qué lugar le daban al cine los bolcheviques y cómo surgieron los grandes nombres del Cine Sovietico?
  •  La teoria y practica de Dziga Vertov y Sergei Eisenstein.
  •  El descubrimiento y la invención de principios fundamentales del lenguaje del cine. La irrupción del concepto de ‘montaje’ como mecanismo vertebrador de investigaciones artísticas diversas cuya profundidad llega hasta la actualidad.

 

¿Puede haber un márketing leninista?

Esta nota salió en la revista «Ideas de izquierda» de Septiembre. Es una continuidad del artículo «La ‘sorpresa’ Del Caño: ¿marketing de izquierda o agitación revolucionaria del PTS?» y por lo tanto recicla parte del mismo para esta revista. Sin embargo el inicio trata un tema recurrente en este sitio: qué tipo de publicidad masiva es la que se debe dar una organización revolucionaria. Por eso cambié el nombre original del articulo que escribimos con Dolores Contreras por esta pregunta: ¿Puede haber un márketing leninista?

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Desde el surgimiento del FIT en 2011 la política comunicacional desplegada por nuestra coalición fue tomada como una novedad en la izquierda, no solo por aquellos en los que generó simpatía, sino también por analistas publicitarios, y referentes intelectuales críticos[1]. La sorpresa sería que organizaciones trotskistas, antisistema, ancladas en el «viejo marxismo», «ortodoxas», de pronto tomamos en nuestras manos métodos modernos de publicidad que nos permiten un diálogo de masas y que se traduce en votos. Las recientes PASO 2015 con una interna competitiva que enfrentó dos listas en el Frente, no fueron la excepción. En realidad esto no puede ser ninguna sorpresa si se tiene verdadera voluntad de poder en el Siglo XXI.

Desde la lista 1A que postuló a Nicolás del Caño , quien resultó elegido candidato a presidente del FIT, desplegamos una campaña militante ofensiva, no solo aprovechando los espacios gratuitos para spot de TV, sino también las redes sociales, echando mano a múltiples formatos audiovisuales, musicales y gráficos. El hecho fue destacado por distintos medios y se inscribe en lo que desde el Frente hicimos en distintas campañas electorales. Surge así un planteo que es interesante pensar ¿es que la izquierda está aprendiendo a hacer un buen «marketing»?

En este artículo abordaremos entonces dos aspectos. El primero es difícil para los límites de una revista: intentaremos ubicar la «política comunicacional»  o la «publicidad» de una organización revolucionaria dentro de lo que el marxismo llamó siempre «agitación y propaganda», en contraposición a entenderla como el «marketing» de los partidos del sistema. En una segunda parte analizaremos desde esta óptica la campaña de las PASO en el FIT, en particular la forma y el contenido político desplegado por nuestra Lista 1A.

El ejercicio no es arbitrario. En estos momentos el Frente de Izquierda se encuentra delineando una campaña unitaria hacia las elecciones generales de octubre, donde deberemos desplegar todos los recursos creativos y comunicacionales que se necesitan para seguir instalando al FIT como la alternativa política de los trabajadores ante los candidatos del ajuste. Pero la importante campaña electoral presidencial en la que nos embarcamos es solo un paso, ya que la agitación política tendrá una gran importancia para la izquierda trotskista también después, como la forma de establecer un vínculo perdurable con sectores de masas. La «agitación y propaganda» es un auxiliar privilegiado de la estrategia para construir un partido revolucionario y movilizar una fuerza social capaz de intervenir y cambiar el curso de los acontecimientos políticos.

¿Puede haber un márketing leninista?

Obviamente hay un siglo de distancia entre la época de Lenin y la actualidad, en la cual los medios masivos de comunicación reconfiguraron de manera cualitativa la forma de hacer política. Pero un hipervínculo que busque comprender la lógica de la «agitación y propaganda leninista» no es un anacronismo, en tanto las ideas fundantes y muchas «técnicas» de la propaganda/publicidad política moderna nacieron en el período entreguerras mundiales, y en su explosión durante la II guerra mundial del Siglo XX. Es decir que muchos conceptos utilizados en «épocas de paz», para campañas políticas e incluso para el comercio, se forjaron en medio de crisis, guerras, y revoluciones; donde las organizaciones políticas y los Estados lucharon abiertamente por ganar adhesión masiva para sus objetivos de acción. Ese tipo de relación entre publicidad política, medios de comunicación y lucha de clases para forjar ciertos «paradigmas» se mantiene hasta el día de hoy, donde por ejemplo el uso de las redes sociales como aglutinante no solo viene de estudiar la campaña presidencial de Obama, sino los movimientos sociales de la llamada «primavera árabe».

Aún así la respuesta a la pregunta del subtitulo es: NO. Si nos atenemos a pensar los distintos significados de la «agitación y propaganda leninista», la respuesta invariablemente es la contrapuesta al «marketing», ese tipo de publicidad que tiene por objeto la comercialización de un producto y de la que echan mano los partidos del sistema, y hasta los fenómenos políticos que se presentan como izquierdistas al estilo «Podemos» del Estado Español.

Este ejemplo es interesante puesto que se convirtió en punto de referencia a nivel internacional para sectores de la izquierda, tal como lo fue Syriza en Grecia. Para ilustrarlo basta citar una parte de lo que Pablo Iglesias dice cuando se entrevista con Manuel Castells (el teórico de la «Sociedad Red») y descubrir en su pureza esta ideología del «discurso eficaz»: «Esto que se ha dicho de querer construir desde la base, en los barrios, en los territorios sociales, y que después todo ese trabajo de hormiguita de años vas a una especie de banco político y lo cambias por poder político (sic), eso no funciona. Si somos capaces de hacer un brief en los medios de comunicación esto puede ir muchísimo más deprisa». Con esta lógica  explica luego que su «política comunicacional»  fue su principal herramienta para asumirse como «partido político» y para trabajar sobre el «sentido común» que surgió luego del 15M, ya que «es mucho mas partido político un medio de comunicación que un partido convencional», la gente «no milita en los partidos sino en los medios de comunicación». Como expresión de su programa político, y sin buscar claro está ninguna referencia al «leninismo», este es hoy el ejemplo internacional más claro de un «marketing de izquierda».

¿Pero entonces qué es la «agitación y propaganda leninista»? El mismo concepto tiene cierta movilidad y evolución en el bolchevismo y no refiere siempre a lo mismo. Pero existe una llave: si tomamos los distintos usos positivos que tiene en los planteos de la III internacional jamás se refiere al mero «discurso» ni a «difundir ideas» o «realizar campañas» desde afuera sobre la clase obrera y las demás clases oprimidas, sino una relación estrecha entre «experiencia y conciencia» desde adentro de la clase trabajadora.

El hecho que queremos destacar en los pocos espacios de este artículo, es que si se intenta seriamente el estudio de los problemas de la comunicación de masas de una organización revolucionaria, desde cualquier punto que se profundice, uno se encuentra de lleno con la acción política y la organización, alejándose de la lógica de «los medios de comunicación» como se entienden en la actualidad para la formación de partidos políticos. Este punto de partida metodológico es clave en vistas de las distorsiones a las que puede llegarse si uno encara hoy sin más el problema de la agitación política revolucionaria solo como «publicidad» en tiempos del auge de la «videopolitica», donde se considera  a «los medios como único medio» de supuesta construcción, alejada del trabajo estructural[2].

Existe otra clave importante, y es la «agitación y propaganda» a partir de la práctica política, como una llave que permite abrir el camino a las masas. Esto que puede encontrarse en múltiples escritos de la III internacional revolucionaria, y resalta por ejemplo cuando se refiere al parlamentarismo revolucionario. Así es que en las resoluciones de su segundo congreso en 1920 se leía que «todo diputado comunista al Congreso debe comprender que no es un «legislador» que busca un lenguaje común con los demás legisladores, sino un agitador del Partido, enviado al campo enemigo…» Que los diputados comunistas deben subordinar toda su actividad parlamentaria a la acción extraparlamentaria, e incluso presentar regularmente proyectos de ley concebidos para la propaganda, agitación y organización revolucionaria… y aunque no existía el videoactivismo de hoy en día o la TV en vivo, los diputados debían «ponerse a la cabeza de las masas proletarias, en primera línea, bien a la vista, en las manifestaciones y acciones revolucionarias.»

Si nos atenemos a «la comunicación política» planteaba llanamente que «los diputados comunistas deben utilizar en el Parlamento un lenguaje comprensible para los obreros, los campesinos, las lavanderas y los pastores, de tal manera que el Partido pueda editar sus discursos en folletos y repartirlos en los rincones más atrasados del país.» Obviamente no existía internet, Youtube, Facebook ni Twitter que ayuda hoy mucho a estas subversiones.

Sobre esta base hay que considerar la especificidad de la «agitación y propaganda masiva» como un co-determinante de los resultados buscados en las batallas políticas. Y en este sentido es clave estudiar, recrear y desarrollar todo lo que la «agitación y propaganda» tiene de específico como «lenguaje» de comunicación de una organización revolucionaria. La agitación y propaganda masiva» es una unidad dual entre «idea y habilidad» para facilitar su recepción. El área especial que no sería otra cosa que la máxima expresión popular de la política de esta organización, en busca de conquistar y sostener autoridad de dirección y masa crítica para influir en la realidad.

Campaña militante, redes sociales y redes reales

Desde la lógica de la «agitación y propaganda leninista» que esquematizamos más arriba, ninguna campaña de la izquierda revolucionaria puede ser solo «mediática». No solo porque el acceso a los grandes medios nos es constantemente negado, o es muy parcial y estamos lejos de los recursos de los grandes partidos burgueses, sino porque eso es contrario al marxismo revolucionario que hace agitación política con su propia practica. La misma utilización ofensiva de las redes sociales por parte de la Lista 1A deviene de esto: más allá del pensamiento que puede tener un equipo de profesionales y creativos abocados a las campañas de agitación, las redes son efectivas si son un vehículo de expresiones de redes de construcción reales que se movilizan con entusiasmo por un objetivo político.

¿Cuál fue el contenido político que entusiasmó a militantes y simpatizantes de la Lista 1A? En primer lugar señalar claramente al enemigo: la idea de que Scioli, Massa o Macri no son más que «los hijos políticos de Menem», «los candidatos del ajuste», esa consigna fue lanzada por las redes y continuada durante toda la campaña en videos que hoy tienen  más de dos millones de visitas, y que incluyó hasta una parodia del famoso spot «Vamos menem».

Pero forma y contenido deben ir unidos, por eso nuestros spots no solo produjeron piezas ficcionales sino fundamentalmente documentales, montaje de archivo de lo que hicieron nuestros compañeros en dos años como diputados nacionales o provinciales ¿no estaba planteado mostrar que votar diputados de izquierda sirve para luchar en las calles y en el parlamento?

Con esta convicción el spot de TV que la Lista 1 envió a todo el país para ocupar la mayor franja de difusión gratuita, se propuso mostrar el valor del «parlamentarismo revolucionario» del Frente de Izquierda. En él expusimos cómo el diputado Del Caño defendió en las calles y en el parlamento las luchas de los trabajadores, las mujeres y la juventud, con imágenes del enfrentamiento en la Panamericana a las fuerzas de la Gendarmería y acusando directamente al gobierno K, personificado en la figura de Capitanich de ser «gerente de las grandes empresas» en vez de «defender los derechos de los trabajadores». Fue la consigna «por diputados que se planten».

Ligado a esto volvimos a agitar la “escandalosa” consigna «que todos los funcionarios políticos cobren como cualquier trabajador», unida a informar que al menos los diputados del PTS en el FIT «ya lo hacen, donando el resto a los que luchan». Nos planteamos agitar desde la izquierda trotskista consignas que abren un dialogo progresivo con cientos de miles que rechazan las formas políticas de la democracia burguesa.

El objetivo con ella es ayudar a «crear hegemonía» desde la izquierda planteando consignas que apuntan a acelerar la experiencia con la democracia burguesa y contribuyen a la pelea por un nuevo estado de los trabajadores. Quizás seamos muy ortodoxos, porque este planteo viene de Lenin y Marx, que lo tomaron de la Comuna de Paris (Lenin consideraba que la consigna que «los funcionarios cobren lo mismo que un trabajador» apuntaba a mostrar que son los trabajadores lo que pueden gobernar).

El tercer spot mas difundido en los espacios gratuitos de TV fue contra la precarización laboral, denunciando que con Scioli, Massa o Macrilas cosas no van a cambiar y por eso hay que votar por un FIT renovado «para pelear por tus reclamos». Fue el reconocido «Daniel, no te banco» que además se propuso ayudar a quitarle votos al propio kirchnerismo. Ese objetivo ambicioso ya se había planteado diciendo que «todo aquel que se considerara progresista no puede ser cómplice del nuevo engaño» con Scioli y por eso debía apostar a «una izquierda fuerte».

Como se ha hecho desde la época de Lenin hasta acá, los revolucionarios convertimos hechos reales en símbolos, y esos símbolos en agitación política. Como nuestras listas llevaron el 65 % de mujeres luchadoras en todo el país, mientras en CABA directamente «invertimos el cupo» y fue el 70% de compañeras, este hecho fue destacado en la agitación. El movimiento de mujeres se plantó con más fuerza desde la marcha «Ni una menos», y el FIT puede y debe estar a la cabeza de la pelea contra la violencia machista, objetivo que solo puede lograrse luchando contra el capitalismo.

En la elección de la Lista1 se expresó la influencia del PTS en la reorganización de la vanguardia obrera (que es innegable hasta para la prensa burguesa). El crecimiento en la juventud es otro factor clave, como se venía mostrando en Mendoza, pero ahora se ve en otros lugares del país. El surgimiento de nuevos dirigentes y nueva militancia en Jujuy, Santa Fe, Córdoba, y ni hablar Neuquen, CABA, o la Zona Norte del GBA.  La expresión más avanzada de esto fue la incorporación de más de 1800 candidatos obreros en la conformación de las listas, realidad que también fue convertida en un «símbolo» para la agitación política

Por último hay que nombrar un punto esencial, la pregunta ¿Qué izquierda necesitamos para enfrentar el ajuste que se viene? ese fue otro de los grandes ejes de nuestra campaña que sintetizamos en la idea de “Renovar y Fortalecer el Frente”. La renovación fue un planteo político: la necesidad de que nuevas generaciones de trabajadores ingresen a la vida política con la izquierda, de fortalecer el Frente para luchar por los reclamos de los trabajadores y prepararnos para construir una fuerza social que pese en la vida política nacional.

Pero todas estas decisiones políticas y comunicacionales no hubieron sido eficaces sin tomar una verdadera orientación para ganar: «que cada militante, cada zona, cada regional arme su propia micro campaña» lo que desató una enorme fuerza militante descentralizada y creativa que constituyó la fuerza social sobre la que se basó el triunfo de la renovación en la izquierda. Solo así se pueden entender la diversidad de ideas e iniciativas: pegadizos jingles, cumbias, rock, coplas, memes, videos virales, un videojuego, nuevos diseños y logo para stickers, volanteos y afichadas  (que hasta incluyeron afiches basados en pinturas de los candidatos), que sirvieron para realizar grandes actos y caminatas.

Con el FIT unido

Desde el PTS tenemos desde hace años una política comunicacional seria, de largo plazo y ambiciosa. Apoyados sobre una política estratégica de construcción estructural en la clase trabajadora, el movimiento de mujeres, y los estudiantes, queremos entrar en debate y moldear una corriente de opinión de masas influida por la izquierda. Esto se expresa en la constante renovación de nuestros medios, como «La Izquierda Diario» que ahora saldrá también en papel.  En una política audiovisual en constante mutación, desde un canal de TV online, pasando por películas históricas como «Memoria para reincidentes» o la realización de una serie de ficción como «Marx ha vuelto». Y nuestra editorial de libros y revistas como la que el lector está leyendo.

Estas iniciativas estarán como siempre al servicio del FIT hacia las elecciones de octubre. Está planteada una campaña militante que con entusiasmo ponga en marcha toda la fuerza del Frente de Izquierda para dar una batalla a la altura del desafío. Crecer en votos para lograr un pronunciamiento en las elecciones generales de octubre contra los hijos políticos de Menem y el ataque a los trabajadores que preparan los candidatos del ajuste. Pero también para construir una fuerza social capaz de intervenir y cambiar el curso de los acontecimientos políticos que vienen.

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[1] Un ejemplo de esto dentro de la izquierda lo da Horacio Tarcus. En un artículo de Le Monde Diplomatique lleno de prejuicios y titulado «La izquierda radical en tiempos electorales» plantea: » De las fuerzas del trotskismo, el PTS es el que ha ido más lejos en modernizar su aparato de difusión más allá de los clásicos periódicos de corte leninista: ha creado sucesivamente una editorial, una revista de difusión masiva (Ideas de Izquierda), un canal de televisión (TV.PTS) y últimamente un diario digital (La Izquierda Diario). El problema es que la modernidad de los medios contrasta de modo acuciante con la arcaísmo de los contenidos. El catálogo editorial empieza y termina en las obras de Trotsky, y las ideas de izquierda se agotan pronto en una formación política que, por fuera de un puñado de abnegados acompañantes, se ha caracterizado por el anti-intelectualismo. Un actor disfrazado de Marx explicando en una serie para internet el abecé de la plusvalía y hablando del capitalismo como si estuviera en el siglo XIX no es precisamente un dechado de imaginación ideológica. Sin embargo, si es cierto que el medio es el mensaje, como decía Marshall McLuhan, este fracaso inicial no excluye la posibilidad de que el propio medio ayude a producir contenidos renovados y opere transformaciones sobre los mediadores.»

[2] Como nota al pie, es interesante ver el punto de contacto entre esta lógica y la del Partido Obrero. Ya en Abril de 2014 en un artículo de «Prensa Obrera de abril de 2014» y en la pluma de Gabriel Solano señalaba que «El PO, por ejemplo,  se distingue de otros grupos políticos por un trabajo de agitación y propaganda sobre la clase obrera y sobre todas las clases sociales.» (sic) cuyo objetivo sería organizar nueva militancia, pero donde se declaraban en completa oposición al llamado «trabajo estructural» en la clase obrera. O sea: donde la clave es «ir de afuera» siendo «los más conocidos de la izquierda», los más «mediáticos». Coherente con esto la candidatura de Altamira se la definía por ser «el más conocido» y que «medía en las encuestas». Aún en esta concepción, sorprende que habiendo tenido diputados nacionales, no se usara este espacio en términos de agitación leninista, lo que demuestra en realidad un alto grado de adaptación y conservadurismo.

La “sorpresa” Del Caño: ¿marketing de izquierda o agitación revolucionaria del PTS?

¿Qué nivel de incidencia tuvo nuestra publicidad política para definir el voto por la renovación en el FIT, planteada por una organización «anticapitalista», «antisistema», «trotskista», de «la izquierda dura» como nos define (con toda razón) la prensa nacional? ¿Qué relación se estableció entre forma y contenido en esta publicidad para lograr ese objetivo sin bajar nuestro programa?

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Las preguntas obviamente no son casuales, el FIT volvió a demostrar que está «para dar un salto» tal cual planteamos en los spot de campaña: obtuvo en todo el país un 40% más de votos en relación a las PASO del 2011. Y «la sorpresa» fue que en su propia interna la figura emergente de la renovación, Nicolás del Caño del PTS, le ganó la candidatura a presidente al histórico y conocido Jorge Altamira del PO. En el análisis de este resultado por parte de periodistas, analistas, o en comentarios online, se destaca favorablemente la campaña comunicacional que realizamos, que abarcó no solo spots de TV sino también un despliegue ofensivo en las redes sociales (algo lógico en cualquier campaña seria del siglo XXI).

Las respuestas importan no solo al PTS sino ahora al conjunto del Frente de Izquierda, y aunque este artículo trate sobre las elecciones internas del FIT, aborda un aspecto clave de la estrategia que en la izquierda llamamos «agitación y propaganda leninista», mientras los partidos tradicionales se concentran en hacer «marketing». Quienes escribimos esta nota fuimos parte del amplio equipo de creativos de campaña de la Lista1A, como antes lo fuimos de las campañas del FIT desde 2011, balancear lo que hicimos sirve también para pensar las tareas de cara a las elecciones de octubre que debemos encarar unidos todas las fuerzas del Frente.

No es sorpresa lo que se construye

El mismo domingo 9 de Agosto, día de las PASO, el diario La Nación caracterizaba que el despliegue de la Lista 1 había sido «frenético»para instalar la idea de «renovación» destacando además como central: las «eternas recorridas por los medios y encuentros con trabajadores de distintas comisiones gremiales«. Ante esto, el viejo órgano gorila olfateaba algo en la selva política y vaticinaba: «Del Caño, el desafío es dar la sorpresa».

Es que la posibilidad de ganar ya estaba planteada, simbólicamente un día antes de la elección, el 8 de Agosto, un «video motivacional» realizado por un joven militante del PTS de Necochea, apareció en internet levantando en pocas horas 100.000 visitas. Reunía en él decenas de intervenciones y peleas de Del Caño y preparaba al “equipo” para el partido con el mejor estilo de las grandes ligas de futbol.

Durante la semana previa a la votación todos los diarios nacionales y provinciales importantes reflejaron la noticia de que un juego en red del FIT candidatosbuitre.com hacía «furor en las redes sociales» con decenas de miles de usuarios, donde «Nico y Myriam» invitaban a combatir a Scioli, Massa y Macri con un lenguaje duro: «podés empezar por el que más bronca te dé» y donde Scioli se denunciaba como «el principal candidato del ajuste» («Sutil» ironizó La Nación, mientras otro medio señalaba que al parecer «renovación no es sutileza»).

Dos semanas antes del 9 de Agosto en el programa radial de Nelson Castro ya habían distinguido los spot de Del Caño porque se «daba a conocer» vía youtube con su historia y propuestas, en el marco de una chatura general, lo cual para esa fecha estaba haciéndose también porTV.

Sucedió que desde el momento en que el PO se negó de manera sectaria a conformar una lista unitaria del FIT que contuviera a Altamira y del Caño, desde el PTS lanzamos una campaña por redes sociales que fue la base (en forma y contenido) de la que luego ocupó los espacios gratuitos de TV. Esta contuvo desde spot de ficción que fueron levantados por programas como «intratables» denunciando a «los hijos políticos de Menem», hasta pegadizos jingles, cumbias, rock,coplas, memes, videos virales, un videojuego, nuevos diseños y logopara stickers, volanteos y afichadas (que hasta incluyeron afiches basados en pinturas de los candidatos), que sirvieron para realizar grandes actos y caminatas.

Esto fue el producto de una orientación para ganar: «que cada militante, cada zona, cada regional arme su propia micro campaña» lo que desató una enorme fuerza militante descentralizada y creativa que constituyó la fuerza social sobre la que se basó el triunfo de la renovación en la izquierda. La expresión más avanzada de esto fue la incorporación de más de 1800 candidatos obreros en la conformación de las listas, con mayoría de mujeres luchadoras en todo el país, realidad que al mismo tiempo fue convertida en un «símbolo» para la agitación política.

Estos ejemplos «por arriba» que se reflejaban en los medios masivos y las redes sociales, expresaban lo que cada militante de la Lista 1 sintió en el apoyo recibido en las calles, los lugares de trabajo, de estudio y en los barrios.

Con la izquierda que se planta

¿Cuál fue el contenido político que entusiasmó a militantes y simpatizantes logrando apoyo masivo? En primer lugar señalar claramente al enemigo: la idea de que Scioli, Massa o Macri no son más que «los hijos políticos de Menem», «los candidatos del ajuste», esa consigna fue lanzada por las redes y continuada durante toda la campaña en videos que hoy tienen más de dos millones de visitas, y que incluyó hasta una parodia del famoso spot «Vamos menem».

Pero forma y contenido deben ir unidos, por eso nuestros spots no solo produjeron piezas ficcionales sino fundamentalmente documentales, montaje de archivo de lo que hicieron nuestros compañeros en dos años como diputados nacionales o provinciales ¿no estaba planteado partir de un mínimo respeto a los votantes del FIT? rendir cuentas ¿mostrar que votar diputados de izquierda sirve para luchar en las calles y en el parlamento?

Con esta convicción el spot de TV que la Lista 1 envió a todo el paíspara ocupar la mayor franja de difusión gratuita, se propuso mostrar el valor del «parlamentarismo revolucionario» del Frente de Izquierda. En él expusimos cómo el diputado Del Caño defendió en las calles y en el parlamento las luchas de los trabajadores, las mujeres y la juventud, mostrando en imágenes el enfrentamiento en la Panamericana a las fuerzas de la Gendarmería y acusando directamente al gobierno K, personificado en la figura de Capitanich de ser «gerente de las grandes empresas» en vez de «defender los derechos de los trabajadores». Fue la consigna «por diputados que se planten».

Ligado a esto volvimos a agitar la “escandalosa” consigna «que todos los funcionarios políticos cobren como cualquier trabajador», unida a informarle al pueblo que al menos los diputados del PTS en el FIT «ya lo hacen, donando el resto a los que luchan». Nos planteamos agitar desde la izquierda trotskista consignas que abren un dialogo progresivo con cientos de miles de trabajadores que rechazan las formas políticas de la democracia burguesa.

El objetivo con ella es ayudar a «crear hegemonía» desde la izquierda planteando consignas que apuntan a acelerar la experiencia con la democracia burguesa y contribuyen a la pelea por un nuevo estado de los trabajadores. Quizás seamos muy ortodoxos, porque este planteo viene de Lenin y Marx, que lo tomaron de la Comuna de Paris (Lenin consideraba que la consigna que «los funcionarios cobren lo mismo que un trabajador» apuntaba a mostrar que son los trabajadores lo que pueden gobernar).

El tercer spot mas difundido en los espacios gratuitos de TV fue contra la precarización laboral, denunciando que con Scioli, Massa o Macrilas cosas no van a cambiar y por eso hay que votar por un FIT renovado «para pelear por tus reclamos». Fue el reconocido «Daniel, no te banco» que además se propuso correctamente ayudar a quitarle votos al propio kirchnerismo. Ese objetivo ambicioso ya se había planteado diciendo que «todo aquel que se considerara progresista no puede ser cómplice del nuevo engaño» con Scioli y por eso debía apostar a «una izquierda fuerte».

Como se ha hecho desde la época de Lenin hasta acá, los revolucionarios convertimos hechos reales en símbolos, y esos símbolos en agitación política. Como nuestras listas llevaron el 65 % de mujeres luchadoras en todo el país, mientras en CABA directamente «invertimos el cupo» y fue el 70% de compañeras, este hecho fue destacado en la agitación. El movimiento de mujeres se plantó con más fuerza desde la marcha «Ni una menos», y el FIT puede y debe estar a la cabeza de la pelea contra la violencia machista, objetivo que solo puede lograrse luchando contra el capitalismo.

De conjunto la campaña de la renovación cumplió objetivos a la altura del crecimiento del FIT y por eso avanzó: se plantó contra Scioli, Massa y Macri, le habló a millones con consignas democráticas, parándose desde la clase trabajadora para intentar disputarle el voto en crisis hasta al partido de gobierno, e informando todo el tiempo a los votantes que había una interna en el FIT que debía debatir.

¿Qué izquierda necesitamos para enfrentar el ajuste que se viene? Fue otro de los grandes ejes políticos de nuestra campaña que sintetizamos en la idea de “Renovar y Fortalecer el Frente”. Y pese a que desde la otra lista intentaron tergiversarla acotándola a la juventud de Nicolás del Caño, la renovación siempre fue un planteo político: la necesidad de que nuevas generaciones de trabajadores ingresen a la vida política con la izquierda, de fortalecer el Frente para luchar por los reclamos de los trabajadores. Esto es lo que votaron quienes se decidieron por la renovación.

Renovar para superar la izquierda testimonial

Frente a la nuestra, la campaña del PO fue completamente testimonial y conservadora. En esto hay que conceder que «forma y contenido» estuvieron cerca. Fue una línea consecuente con haberse negado a una formula unitaria con el único diputado del Frente de Izquierda que no sólo le puso el cuerpo a la Gendarmería en la Panamericana (junto a Christian Castillo) sino que en Mendoza hizo la elección ejecutiva más alta de la historia nacional para la izquierda. Una campaña consecuente con que Jorge Altamira hablara de una inexistente parálisis del FIT, que venía haciendo excelentes elecciones provinciales. Y que por lo tanto lanzó su fórmula con Juan Carlos Giordano de Izquierda Socialista un mes antes del cierre de los plazos legales, cuando ningún candidato de los que se presentó a elecciones aún había definido su vice. En ese momento el PO proponía increíblemente que Del Caño se vuelva a presentar como diputado por Mendoza, negándole toda opción en una formula nacional.

Pero este rechazo a Del Caño expresaba en realidad la actitud conservadora de no querer incorporar a las nuevas generaciones trabajadores jóvenes y mujeres. Por eso desde la Lista 2, aunque plantean aspectos correctos del programa, se niegan a señalar la fuerza social que debe aplicarlo.

Su principal spot fue un reciclaje de uno del año 2013, pero de mucha menor calidad. Esta pieza de contenido se plantaba correctamente contra el ajuste y por reivindicaciones de la clase obrera, pero subordinado a la línea conservadora de «afianzar» el FIT. De ahí en más, progresivamente, y en contra de la supuesta «unidad» que llevaban por nombre, toda la campaña se fue reduciendo a resaltar la figura de Jorge Altamira llegando a proponer en una campaña «a las masas» el magro objetivo testimonial de estar «a la altura del debate».

Juan Carlos Giordano, candidato a vice, integrante de Izquierda Socialista, fue borrado totalmente en el ritual mediático de levantar al «candidato que mide». Dejaron la creatividad librada al grupo «Plaza Miserere» cuya técnica es impecable, pero donde el contenido “freaky” obturó todo mensaje revolucionario de masas, mientras que el único spot que llevaron de ellos a TV planteaba, casi literalmente, que la papeleta del voto frenaría el ajuste. Una campaña conservadora, para el objetivo de sostener una figura y crecer sumando pequeños grupos políticos, esto es lo que fue visto por cientos de miles de votantes del FIT.

Con el FIT unido hacia octubre

Ninguna campaña de la izquierda revolucionaria puede ser solo «mediática», el acceso a los grandes medios nos es constantemente negado y estamos lejos de los recursos de los grandes partidos burgueses, pero ademas eso es contrario al marxismo que hace agitación política con su propia practica. La fuerza de nuestra renovada influencia política es la militancia amplia, la cual hace posible una política ofensiva en redes sociales, porque son solamente un canal para las redes de construcción reales.

En la elección de la Lista1 se expresó la influencia del PTS en la reorganización de la vanguardia obrera (que es innegable hasta para la prensa burguesa) y está ahora planteado que sea aún más. El crecimiento en la juventud es otro factor clave, es lo que ya se venía mostrando en Mendoza, pero ahora se vé en otros lugares del país. El surgimiento de nuevos dirigentes y nueva militancia en Jujuy, Santa Fe,Córdoba, y ni hablar Neuquen, CABA, o la Zona Norte del GBA. Desde esos puntos de apoyo, el apoyo logrado en provincias donde tenemos menor estructuración es un merito que nos permite crecer ahí también a partir de ahora.

Hacia las elecciones de octubre está planteado una enorme campaña militante de todo el FIT que saque conclusiones de las PASO y con entusiasmo ponga en marcha toda la fuerza del Frente de Izquierda para dar una batalla a la altura del desafió. Crecer en fuerza social, en movilización y en votos, para plantarse en las elecciones generales de octubre contra los hijos políticos de Menem y el ataque a los trabajadores que preparan los candidatos del ajuste.

Dolores Con / Javier Gabino

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Artículo publicado en:

La imagen que construye el PTS

Al finalizar el acto del PTS en el estadio cubierto de Argentinos Juniors, la mayoría de los asistentes comentaban el impacto que les provocó toda la «puesta en escena», el enorme despliegue audiovisual, de luces y sonido desde el escenario, y la organización general. En definitiva se asistió a un evento, donde los oradores pudieron hablar en un marco creativo, pensado para agitar a miles las ideas revolucionarias. Los trabajadores, las mujeres combativas y la juventud se merecían un acto así.

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Este despliegue estuvo a cargo de los equipos audiovisuales detvpts.tv y zonaindustrial.tv, del grupo de fotografía «enfoque rojo«, y del equipo de organización del PTS a cargo de la tarea de generar una estructura para recibir a miles de personas. Al que se sumaron decenas de militantes, profesionales en distintas áreas, como la iluminación y el sonido, la transmisión en vivo por internet, la difusión en redes sociales. Desde varias semanas previas se preparó todo como parte del contenido del acto.

Mientras se fueron sacando vía redes los spot de convocatoria al Acto, con la voz de militantes de todo el país, e incluso spot de ficción y humor político para difusión, se prepararon los videos que se proyectarían el 6 de diciembre. Ya que uno de los principales dispositivos fue una pantalla de LED de 10 x 5 mts.

Cada orador estuvo presentado por un spot que daba un marco a su intervención, lo contextualizaba y apoyaba, a la vez que durante su discurso la pantalla se convertía en un fondo con video, animaciones y logos seleccionados especialmente. Alternado con la transmisión que se estaba realizando en vivo por internet para centenares de personas.

Muchas veces se señala que en la política actual la imagen es clave, es el fundamento del uso que hacen de ella los partidos de los empresarios, priorizando la TV, y jugando en sus actos con todo tipo de efectos de espectáculo. Pero mientras los partidos de la burguesía usan el despliegue audiovisual y escénico para la «venta» de candidatos al estilo publicitario, los asistentes al acto del PTS pudieron ver las imágenes que ellos mismos están generando en todo el país. Imágenes no inventadas por una empresa de publicidad, sino construidas por un partido dinámico, y captadas por equipos militantes que hacen del audiovisual y la fotografía una herramienta de lucha.

Las imágenes de todos los asistentes al acto levantando las fotografías con los rostros de los 43 estudiantes desaparecidos en México, mientras se desplegaba una bandera gigante de solidaridad, son parte de esa militancia. Mientras La internacional se pudo entonar con unvideo especial, que convirtió la pantalla en un karaoke gigante para que la letra del himno de los trabajadores se cante, y también se pueda difundir por redes.

El acto del 6 de diciembre perdura en las fotos, en los videos, y reafirma el contenido de los discursos. Para contar que es hoy el PTS la corriente más dinámica de la izquierda argentina.

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Marx ha vuelto, se reúne con Trotsky, y los trabajadores se organizan

Ya está en internet un nuevo capítulo, doble (27 min.), de la miniserie de ficción “Marx ha vuelto” al que titulamos “Comunismo, el encuentro con Trotsky” y puede verse >>aquí<<.

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En la nueva historia, Laura, militante de izquierda y trabajadora de una empresa gráfica de Buenos Aires, se enfrenta a quienes consideran sus ideas comunistas como “algo del pasado”. Mientras tanto, en el siglo XIX, Karl Marx investiga y escribe. Al parecer, para el filósofo alemán el tiempo es el bien más preciado del hombre, algo de lo que Laura está convencida y de lo que se da cuenta en su vida cotidiana. Una noche de trabajo, Marx recibe la visita inesperada de un personaje que no conoce y que inicialmente le molesta mucho. Resulta que es nada menos que Trotsky, quien viajó en el tiempo buscándolo y quiere contarle qué pasó con las ideas marxistas en el siglo XX. Quizás las conclusiones que saquen, entre cerveza y cigarros, sirvan para Laura y para todos nosotros.

Ese es más o menos el argumento un poco loco del nuevo capítulo, en donde los planos temporales se confunden, para sumergirnos en preocupaciones profundas de la izquierda marxista. ¿Cómo abordar el comunismo después de las dictaduras estalinistas? ¿cuáles son las ideas esenciales del comunismo de Marx? ¿Cómo hacerlas confluir nuevamente con los trabajadores? No encontramos otra manera de enfrentar esas preguntas sino era con la confluencia de dos pesos pesados de la historia como Marx y Trotsky, lo que a decir verdad nos llevó no pocos dolores de cabeza para el guión.

Si en los cuatro capítulos anteriores de “Marx ha vuelto”, la letra del Manifiesto Comunista le daba sustento a la lucha de los trabajadores de esta empresa grafica, que debían enfrentar directamente suspensiones y despidos. Ahora el ritmo lo marca el reloj repetitivo de su vida cotidiana en el mercado capitalista. Ese tiempo robado que convierte a los trabajadores en simples engranajes descartables de las maquinas, y es la otra cara del tiempo veloz y forzado de los medios masivos, y la novedad comercial. En el cine, al igual que en la guerra o la política, el tiempo no es lineal, y el espacio no es geográfico, así es que nos tomamos de esa premisa para el montaje de esta confluencia.

En Argentina “Marx ha vuelto” es también un documento de nuestro tiempo, el cine de ficción y el documental se desarrollan sobre la misma matriz. Luego de la salida en mayo de la miniserie, los trabajadores de la autopartista Lear, ubicada en la zona norte del gran Buenos Aires, salieron a una lucha muy dura contra despidos masivos y el ataque a sus delegados. Enfrentando a una patronal norteamericana, a la burocracia sindical y el estado que les envió la represión directa con la gendarmería. En una metáfora más directa aún con el guión de la miniserie, los trabajadores de la empresa grafica Donnelley de capitales norteamericanos, fueron atacados con suspensiones, despidos y el cierre de la planta. Enfrentaron a la patronal, el gobierno y las maniobras del sindicato. Superando cualquier ficción, a través de su organización sindical de base que les llevó años construir, ocuparon la planta y la pusieron a producir bajo control obrero. Lo que una década antes habían hecho los trabajadores de Zanon en la provincia de Neuquen.

Ambas luchas se desarrollan bajo la consigna “familias en la calle nunca más”. Y muchos de los trabajadores de Lear y Donnelley, así como trabajadores en todo el país, fueron parte del “público” de la miniserie y de los cursos que el IPS (Instituto del Pensamiento Socialista) impulsa sobre el Manifiesto Comunista. Para esos cursos fue producida “Marx ha vuelto” y sigue siéndolo.

El problema del tiempo, que cruza todo el capítulo, ese bien que es tan escaso para todos nosotros, excepto para una minoría que vive del trabajo ajeno, también es un bien apreciado si lo que se busca es hacer confluir ideas y realidad. Lenin escribió hace un siglo que ”es preciso soñar, pero con la condición de creer en nuestros sueños. De examinar con atención la vida real, de confrontar nuestra observación con nuestros sueños, y de realizar escrupulosamente nuestra fantasía.” De alguna manera es el tiempo el que nos apura también al colectivo que produce y realiza “Marx ha vuelto”. Queremos aportar en algo a lograr poner en pie nuevamente el “movimiento social” más importante de los dos siglos que nos precedieron, que fue el de la confluencia entre el marxismo y el movimiento obrero, apuntando especialmente a las nuevas generaciones. Artistas y trabajadores de la cultura fueron parte de esta confluencia. Y vemos que nuestro tiempo es propicio para eso. 

Al igual que en los cuatro capítulos de la miniserie que estrenamos en Mayo y que se volvieron virales en Argentina y Latinoamérica, conquistando cientos de miles de seguidores y repercusión en la prensa de distintos países. Karl Marx está representado por el reconocido actor Carlos Weber (Marx en el Soho), mientras que León Trotsky es interpretado por Omar Musa. El elenco se completa con actores del circuito independiente como Laura Espínola y Martín Scarfi, y todo un elenco de actores de reparto, extras y técnicos militantes. La vuelta de Marx, y ahora de Trotsky, sigue siendo el fruto de un trabajo de creación colectiva, que contó con la colaboración de Liliana Andrade para dirección de actores en la escena del encuentro.

El estreno online coincide con el mes de lanzamiento de La Izquierda Diario, nuevo medio que auspicia el capitulo doble de la miniserie. La producción estuvo a cargo del Instituto del Pensamiento Socialista (IPS) y la realización correspondió al grupo de cine  Contraimagen y a TVPTS“Marx ha vuelto” forma parte de una iniciativa del Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS) en el Frente de Izquierda para difundir las ideas marxistas.

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Pueden verse fotos de rodaje en este link >>backstage<<

Al igual que los primeros cuatro capítulos, ya puede verse en el sitio de Contraimagen (VER), en vimeo (VER), y en youtube (VER) y sigue el camino de las redes sociales, los blogs y sitios que difunden.

La imagen del coronel, los relatos salvajes del movimiento obrero, y «La izquierda diario»

El 30 de julio de 2014 un provocador de gendarmería, infiltrado de civil, fue descubierto metido en la columna de los trabajadores de LEAR, y las organizaciones solidarias que luchan contra los despidos en la planta de Pacheco. Como es debido el tipo fue sacado a empujones, aunque su condición merecía más. Esa secuencia del provocador sería de una lamentable «rutina», si no fuera por el registro fotográfico y audiovisual de ella.

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Las imágenes que tomamos y difundimos en >este articulo< no tenían nombre, por lo que solo cabía la descripción literal del animal, apelando al color del pelaje. Un mes después el periodista Horacio Verbistky clasificó la especie “El canoso de barba es el coronel (R) del arma de Caballería Roberto Angel Galeano, un comando de 55 años que estuvo en las Malvinas con Mohamed Ali Seineldín, fue jefe de Inteligencia del Cuerpo de Ejército de Córdoba, y de Contrainteligencia en la Dirección de Inteligencia del Estado Mayor General del Ejército.» Puede leerse en >este artículo<.

La imagen del coronel nunca hubiera existido sin la denuncia que el PTS y el CEPRODH realizó, señalando una vez más la continuidad del «proyecto X«. Aparato que consiste justamente en la infiltración y el registro de imágenes de manifestantes para su persecución y criminalización.

En los últimos días, la película «Relatos salvajes» es éxito de taquilla, aunque las claves de su éxito no sea solo la empatía del público con las historias, sino el apoyo de los tanques de distribución. Sea como sea, la película de Damián Szifrón se queda corta, como se plantea en >éste articulo<: «se pueden encontrar muchos elementos de una realidad social, pero para expresar la idiosincrasia argentina faltan muchos personajes a esta historia». Se me ocurre que los mejores relatos están surgiendo en el movimiento obrero.

Los trabajadores de LEAR con sus delegados legítimos a la cabeza vienen enfrentando los despidos de una patronal bien «buitre», que está siendo defendida por la burocracia del SMATA, que dice sin más que los despidos en la industria automotriz son justificados. También del lado de los empresarios están Berni y la gendarmería, reprimiendo, y plantando provocaciones de dudosa inteligencia, como las del comando inteligente Roberto Angel Galeano. Pero es importante señalar que todo esto no tiene nada que ver con una película, en esta historia se juegan procesos reales, que involucran a centenares de familias, miles de personas, bajo amenaza directa, literal, de represión y persecución. Enfrentando el objetivo capitalista de convertir obreros en nuevos pobres.

Vivimos en una sociedad dominada por el lenguaje de las imágenes, al punto que los mejores slogans de propaganda son aquellos que pueden generar una imagen en la mente. La ideología fluye más fácil apelando a esos torrentes del inconsciente. «Patria o buitres» es uno de ellos, producida en las usinas del gobierno. «Familias en la calle, nunca más», es otra de ellas, producida por los trabajadores en lucha y la izquierda. La consigna de los trabajadores arraiga en la historia reciente, en el recuerdo del 2001 y la crisis que los capitalistas tiraron sobre el pueblo. La consigna del gobierno arraiga también en la historia nacional antiimperialista. Pero, aunque las imágenes, tomadas desde un punto de vista materialista, preexisten a las ideas como las piedras, solo pueden vivir apoyadas en fuerzas reales, fuerzas sociales. Esa es la condición para cualquier relato.

En este sentido «Patria o buitres» tiene alcance corto, en tanto es una frase para la tribuna mientras se busca pagar taca taca y se defiende a las empresas, es el lenguaje de la «imagen pura», es «puro medio» que si o si termina en el rostro de Pignanelli. Mientras que «Familias en la calle nunca más» se vuelve fuerza material en los trabajadores que ponen a funcionar la gráfica Donnelley bajo control obrero.

La secuencia del provocador de la Gendarmería, el comando salvaje de la panamericana de pelo blanco, que ahora sabemos es el coronel Roberto Angel Galeano; junto a la secuencia del gendarme que se tira sobre el capot del auto, revalorizan con todo la necesidad de poner en pie nuevos medios desde la izquierda. Potentes, amplios, masivos.

En este sentido creo que viene a cubrir el espacio el proyecto de «La izquierda diario« que estamos llevando adelante.

Me viene a la mente citar a Umberto Eco cuando abordaba el tema de los medios ya en 1963 y sobre todo su relación con la inmediatez de la información:

“el hombre de la era “visual” recibe una mole vertiginosa de informaciones sobre todo cuanto está ocurriendo en el espacio, en detrimento de las informaciones sobre los acontecimientos temporales (y dado que la noticia visual envejece, la comunicación periodística está fundada en la novedad, el hecho de ayer no es ya noticia, y se da el caso de que el ciudadano de la ciudad actual sabe todo cuanto acontece hoy en Nueva York, pero no recuerda nada, ni siquiera las fechas, del conflicto coreano). Esta pérdida del sentido histórico es sin duda grave, pero lo que Cohen-Séat deja quizás en la sombra es que la información sobre todo cuando “está ocurriendo” es siempre una garantía de libertad. Saber, como el esclavo egipcio acababa finalmente por saber, aunque quizá diez años más tarde, que algo ha ocurrido, no me ayuda a modificarlo; en cambio saber que algo está ocurriendo me hace sentirme corresponsable del acontecimiento. Un siervo de la gleba medieval nada podía hacer para aprobar o desaprobar la primera cruzada, de la cual tenía conocimiento años después; el ciudadano de la metrópoli contemporánea, el día mismo de la crisis cubana, pudo tomar partido por uno u otro de los contendientes y contribuir a determinar el curso de los acontecimientos…”

Tomando en cuenta este último párrafo cabe la pregunta, volviendo a la imagen del Coronel ¿Qué vas a hacer vos, trabajador, estudiante, artista, documentalista o lo que seas, sabiendo esta información?.

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Secuencia de un provocador de Gendarmería

Este artículo de denuncia fue escrito el 31/07/14 y publicado en >>este sitio<< desde donde cobró amplia repercusión. La denuncia fue llevada a la justicia por Myriam Bregman, el CeProDH y el PTS. En la denuncia mostraba las fotografías de este personaje y me preguntaba ¿Cuál es su nombre? ¿Cuál es su cargo?.

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Un mes después, el 31 de Agosto el periodista Horacio Verbitsky saca a la luz el nombre: “El canoso de barba es el coronel (R) del arma de Caballería Roberto Angel Galeano, un comando de 55 años que estuvo en las Malvinas con Mohamed Ali Seineldín, fue jefe de Inteligencia del Cuerpo de Ejército de Córdoba, y de Contrainteligencia en la Dirección de Inteligencia del Estado Mayor General del Ejército. La ex ministra de Defensa Nilda Garré lo pasó a retiro y su amigo Berni lo recicló como coordinador de las fuerzas de seguridad. Del control político al control de las fuerzas de seguridad por un militar, una parábola completa.”
Pueden ver el artículo en este link del diario Página 12 del 31/08/14: >”Quién es el canoso de barba“<
Unos días despues, el 04/09/14 todo el episodio cobró trascendencia nacional siendo el tema central en los medios masivos, al conocerse un nuevo video, contundente, donde se ve al canoso dirigir el operativo y al gendarme Torales arrojarse sobre un auto para montar una falsa detención.
El 06/09/14 el superministro de la represión Sergio Berni, y el gobierno nacional, luego de sostener hasta el ultimo minuto al coronel Galeano terminan por destituirlo de su cargo en medio de una crisis política. Quién sabe a que trabajo oscuro irá Galeano ahora.
Pasado los días ahora lo titularía “Secuencia de un provocador de Gendarmería [Gendarme carancho, Coronel infiltrado]“.
El hecho fue reflejado también en el libro de Miguel Bonasso «Lo que no dije en recuerdos de la muerte».
El artículo que va mas abajo, salvo por la incorporación del nuevo video , sigue tal cual fue escrito el 31 de Julio de 2014:

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DENUNCIA

Durante la cuarta jornada de lucha en apoyo a la reincorporación de los trabajadores de LEAR, un provocador de la gendarmería vestido de civil rompió mi cámara al verse descubierto, pero no pudo borrar la secuencia de fotos que contenía, ni tampoco apagar las otras cámaras de Contraimagen y TVPTS que estaban en el lugar. ¿Cuál es el nombre de este personaje y que cargo ocupa en la Gendarmería? ¿De dónde surge esa enorme confianza en la impunidad para actuar? Vean al hombre canoso en esta fotografía, señalado por una flecha, caminar del lado de los manifestantes vestido de civil, simulando ser uno más, lo que puede verse también en los videos de canales de TV (directamente entre la gente que se manifiesta):

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Momentos más tarde, cuando la caravana solidaria de trabajadores, docentes, estudiantes, organismos de DDHH pasa por el frente de la fábrica, el mismo jefe del operativo de Gendarmería, Juan Alberto López Torales, se tira y rompe el vidrio y el capot de un auto, para luego apresar con ese excusa al conductor, como está relatado en >este post<. y como podrán ver en este VIDEO imperdible que tiene una secuencia en CÁMARA LENTA CLARISIMA (los trabajadores de LEAR luego inventaron una canción sobre “el payaso del capot”)

Este es el video que se conoció el 04/09/14:

Como verán en esta secuencia de fotos el sujeto canoso interviene activamente en el operativo, se preocupa en primer lugar de impedir el accionar de los medios de prensa poniéndose delante de la cámara, y ayudado por otros gendarmes, tapando directamente el lente. Su rol no era secundario daba ordenes y le respondían. Por esta razón, tomamos una buena foto al personaje, lo que fue respondido por la Gendarmería  ¿Mirá quien te está grabando para Proyecto X?::

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Más tarde volvimos a la concentración junto a los trabajadores de LEAR, y vimos como el tipo canoso que pertenecía a la Gendarmería, se paró en el puente largo rato…

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Luego bajó metiéndose nuevamente en la columna de los trabajadores y organizaciones solidarias con la lucha de LEAR. Al advertir la situación, varios compañeros se sumaron al repudio para que se fuera, lo que fue contestado arrebatándome la cámara, intentando llevársela, como pueden ver en el Video siguiente que no tiene ningún desperdicio. Solo recuerden mientras lo miran que este personaje tuvo un rol central en el operativo ¿Cuál es su nombre? ¿Cuál es su cargo?

 

En el forcejeo recuperamos la cámara rota, pero al menos con las imágenes que contenía. El accionar de estos sujetos respecto a la prensa o el registro audiovisual de una lucha como la de LEAR, es una parte de toda la bateria de recursos represivos, de chantaje, amedrentamiento, y provocaciones para intentar quebrar una pelea que se mantiene firme. Hay que decir tambien que la Gendarmería a cada paso violan los propios “protocolos” que el Gobierno suscribe sobre la actuación de las fuerzas represivas en protestas sociales, que impiden la infiltración de personal civil en las manifestaciones, sin identificación. El mas completo material audiovisual sobre esta lucha puede verse en el >facebook de “Zona industrial TV”< donde los compañeros que se encuentran registrando dia a dia este proceso reúnen un gran trabajo de opinión y difusión de lo que está sucediendo.

¿Cuál es el nombre del personaje y qué cargo ocupa? después de buscarle la vuelta caí en la cuenta que, mas allá del rostro, su nombre es Sergio Berni, secretario de Seguridad de la Nación. ¿De donde surge esa enorme confianza en la impunidad para actuar? En el aval del Gobierno Nacional y la presidencia de Cristina Fernandez.

Javier Gabino, Contraimagen / TVPTS

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Los soviets mas electrificación no son socialismo, pero son propaganda leninista…

Trotsky cita en su libro «La revolución traicionada» a Lenin cuando caracterizó un día al socialismo diciendo que este sería «El poder de los soviets más la electrificación», y plantea a renglón seguido que esta es una definición epigramática, cuya estrechez responde a los fines de la propaganda[1]. No conozco ninguna explicación de Lenin sobre esta estrechez. Si hiciera falta una «defensa» se podría decir que estaba uniendo dos aspectos centrales del camino emprendido por la revolución rusa: la incorporación al país de lo más avanzado de la técnica capitalista para elevar el nivel de vida de las masas, y la democracia obrera (incluso la idea del «poder» de los soviets puede significar mucho mas). Aunque eso tampoco sería socialismo y él lo sabía (solo basta leer «El Estado y la revolución»), pero ambos aspectos marcaban un camino hacia ahí. Otra opción es que quizás… simplemente se le ocurrió y lo dijo, y dejó marcado que como dirigente tenía la capacidad de hablar sencillo sin bajar el programa.

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Lunatcharsky, en su «Silueta de Trotsky« plantea reivindicándolo que éste en sus discursos mezclaba entre otras cosas «ritmo», «riqueza de imágenes», «ironía», «emoción», «lógica», y podía «lanzar dardos de acero, hablar por epigramas« para encender al auditorio. Según parece el «epigrama» en cuestión que se adjudica al lenguaje de ambos dirigentes, sería una composición breve, que expresa un solo pensamiento de manera ingeniosa, muchas veces satírica (que por definición no puede ser científica), muy aguda para expresar una idea, exponer una contradicción o un curso de acción de manera popular… Entiendo que no hay fórmulas para esto, pero para aquel que le interesa el lenguaje y las formas, voy a recomendar que se lea el libro del que hablo más abajo que intenta responder a la pregunta ¿Existen reglas y técnicas en la propaganda política masiva?.

A propósito de esto, en este sitio venimos abordando el significado de la «agitación y propaganda leninista«, como parte de un deseo más general que implicaría poder incorporar problemas culturales y comunicacionales a una estrategia revolucionaria, sin volverse por ello tributarios del «marxismo occidental», cuestión que planteamos inicialmente en estos >propósitos< del blog[2]. Las posibilidades de construcción de la izquierda trotskista en Argentina a partir del fenómeno del Frente de Izquierda, la necesidad y posibilidad de tener un discurso de masas, impone desarrollar esto como reflexión y como práctica. Por esa razón, de manera directa el tema está encarado en un primer artículo sobre «la agitación leninista en Argentina» buscando revalorizar la idea de la «agitación por acciones» de una organización revolucionaria; como continuidad en un segundo intento apunté a los «distintos significados de la propaganda y agitación leninista» como concepto móvil, donde la agitación por acciones es solo uno de sus significados, atendiendo a la existencia de lo que es una especificidad de la agitación y propaganda como «discurso«, más allá de la acción misma. El objetivo de estas dos primeras notas fue plantear someramente lo que sería un punto de partida correcto para encarar el tema. Fue una necesidad metodológica en vistas de las distorsiones a las que puede llegarse si uno encara hoy sin más el problema de la agitación solo como «comunicación» en tiempos del auge de la «videopolitica», donde se considera  a «los medios como único medio» de supuesta construcción, alejada del trabajo estructural[3]. Pero el objetivo era avanzar sobre lo que va ahora, y que hace a considerar la especificidad de la «agitación y propaganda masiva» como un co-determinante de los resultados buscados en el combate político. Y en este sentido a lo que la «agitación y propaganda» tiene de específico como «lenguaje» de comunicación de una organización revolucionaria. Área especial que no sería otra cosa que la máxima expresión popular de la política de esta organización, en busca de conquistar y sostener autoridad de dirección y masa crítica para influir en la realidad. La segunda parte y el final del anterior artículo que puede leerse >aquí< abría ya el camino a eso, al considerar como pregunta ¿cuáles son las relaciones entre el «discurso de masas» y el «programa» de un partido?

Hay un siglo de distancia entre la época de Lenin y la actualidad, en la cual los medios masivos de comunicación reconfiguraron de manera cualitativa la forma de hacer política. Pero un hipervínculo con la lógica de la agitación y propaganda leninista (incluso en el lenguaje) no es un anacronismo, en tanto las ideas fundantes y «técnicas» de la propaganda/publicidad política moderna nacieron en el período entreguerras mundiales, y en su explosión durante la II guerra mundial del Siglo XX. Es decir que los principales conceptos utilizados en «épocas de paz», para campañas políticas e incluso para el comercio, se forjaron en medio de crisis, guerras, y revoluciones; donde las organizaciones políticas y los Estados lucharon abiertamente por ganar adhesión masiva para sus objetivos de acción[4]. El tema da para mil ángulos, por eso en esta nota solo quiero comentar brevementedos enfoques que me parecen fundamentales para pensar. Por un lado, desde un punto de vista general, la posición de Ernest Mandel sobre el rol de la ideología en la guerra[5] y que para mi puede ampliarse a la política en general; por el otro el enfoque de Jean-Marie Domenach en el texto (clásico) «La propaganda política«, que en mi opinión deberían leer (si no lo han hecho ya) todos aquellos que hagan medios en la izquierda (como lo hacen también en la derecha). Puede descargarse el .pdf del libro en >este link<, que además es corto. Por razones de agilidad en la escritura, además de otros motivos, la distinción leninista entre «agitación y propaganda» voy a dejarla de lado[6], englobando ambos aspectos en un único termino: «propaganda política» (y aviso que como en otros post de este blog, las notas al pie pueden ser interesantes).

¿Es la propaganda política un co-determinante de los resultados? En su análisis de la ideología como aglutinador para la movilización masiva durante la II Guerra Mundial, Mandel plantea que este conflicto fue tanto dominado por la «cinta transportadora de montaje» como «por la radio» cuestión que nunca antes había estado planteada. Lo que origina por primera vez la posibilidad de comunicación de masas de uno u otro bando enfrentado (sean Estados, o movimientos insurgentes), y abre a la posibilidad de lanzar grandes «campañas» de propaganda, las cuales no siempre pueden ser exitosas en vistas de que deben «dialogar» con distintos sentimientos de masas, o intereses de clases. La experiencia mostraría por un lado los límites de los intentos de manipulación política, y por otro la capacidad por parte de la burguesía para tomar en cuenta intereses que no son propios.  En este marco, desarrolla una reflexión que siempre consideré muy interesante, planteando que «el peso de la ideología en la guerra no es puramente una cuestión mecánica de producción y distribución masiva, así como de disponibilidad de los medios adecuados de comunicación. El contenido de la propaganda –que implica la naturaleza de las ideas que se van a difundir y la habilidad para facilitar su recepción– es un co-determinante de los resultados.» Definición que a mí siempre me quedó sonando, no solo por el lugar «co-determinante» que da a la ideología traducida en «propaganda» (cuestión no sorprendente porque implica una fuerza moral), sino por la propaganda definida como una unidad dual entre «idea y habilidad»[7] para crear hegemonía (la cual obviamente nunca es solo «discursiva» como ya desarrollé en dos artículos anteriores, pero contiene un plano discursivo co-determinante).

Podríamos decir entonces que la «guerra total» habría tenido como parte constitutiva la «propaganda total», y puede ser considerada “la continuidad de la guerra por otros medios”. Eso es lo que lleva en 1950 a Domenach (desde su punto de vista NO marxista, y de aversión a la revolución) a plantear que La propaganda política ya tiene una historia” de la cual buscará extraer ciertas “reglas y tecnicas», afirmando que lo hará de la “manera más objetiva posible, y descartando todo falso pudor” (pero sosteniendo todos sus prejuicios y ocultando «pudorosamente» el análisis de la propaganda norteamericana). Afirmando correctamente que “El hecho de que atravesemos hoy en Europa occidental por un período de propaganda parcial y atenuada, no impide que hayamos vivido, y que aún podamos vivir nuevamente, una época de propaganda total.[8] La cual se volvería mas nociva en tanto se enmascara en información, noticias, cultura[9]. Cuestión que se vio confirmada en cada guerra y revolución posterior, durante las décadas siguientes. Esto lleva al siguiente punto:

¿Existen reglas y técnicas en la propaganda política? A propósito de esto, el libro «La propaganda política«, es un clásico de la publicidad política que al momento de escribirse tiene fresco todo lo que fue la propaganda y la agitación por los medios en el período más convulsivo del siglo XX. Domenach está lejos de ser (o desear ser) marxista, su libro se basa en comparar el método de propaganda leninista y el método de propaganda fascista (dejando de lado el norteamericano por razones ideológicas), mientras por momentos el «leninismo» que toma es en realidad «stalinismo». Pero en mi opinión es muy interesante porque tiene muchos conceptos que son grandes disparadores para pensar la «agitación y la propaganda» buscando establecer ciertas «reglas» que cuando lo lean las encontrarán aplicadas aún en la publicidad política del Siglo XXI. Como todas «reglas» están para enfrentarse, romperse o cuestionarse (Tengo que decir que con este libro le sequé el pelo a muchos de mis camaradas desde el año pasado tras las campañas electorales del FIT, pero logré que muy pocos lo lean… ).

Como breves advertencias para su lectura, quiero plantear que éste como otros libros de propaganda/publicidad parten de un supuesto erroreo, académico y «burgués» hasta la medula podría decirse, sobre lo que consideran «las masas», casi como una «chusma maleable». Esto es consecuencia de una lectura reaccionaria de las «lecciones» del uso de «la propaganda» por parte de los principales teóricos del tema. A la «propaganda» se la vio como la causa principal[10] de la movilización de masas, triunfos y derrotas del leninismo y el fascismo; seguidos por «masas» maleables, autómatas. Esto está en línea con todos los primeros estudios de la propaganda, que entienden esta como una «actividad persuasora» y se sobredimensiona en mi opinión el aspecto «psicológico» y manipulador del «discurso«, lo que pone en segundo plano la experiencia de masas, o directamente la desplaza. Jean-Marie Domenach no escapa a este supuesto, pero tiene el punto fuerte de comprender la propaganda (y la comunicación en general) dentro de un sistema esencialmente «no solo discursivo» (incluso señalando que a pesar de todo «la propaganda de masas no tendría efecto si no fuese sostenida por un esfuerzo tenaz y múltiple de propaganda individual»).

Dentro de su esquema de pensamiento y su «pudor» para no analizar la propaganda norteamericana, establece una distinción entre leninismo y fascismo, planteando que para el bolchevismo la agitación entra en el terreno de la táctica, pero plantea siempre cosas que está dispuesto a llevar adelante, no miente. Mientras el fascismo apela a diverso programa «populista» que puede cambiar por otro, porque de lo que se trata es de manipular[11]. Al mismo tiempo la propaganda leninista se basaría en una combinación entre «denuncia y voz de orden» que habría sido el esquema de toda la propaganda política para la movilización de guerra, en la cual la simplificación y el slogan dominan para marcar los objetivos de acción. En todo ese esquema terminará por señalar que «Nadie podría pretender confinar la propaganda en un cierto número de leyes funcionales» pero intentará «examinar las reglas principales de su funcionamiento, reglas y usos que, a título indicativo, pueden inferirse de la historia reciente de la propaganda política.» Estas reglas las agrupará en: Regla de simplificación y del enemigo único. / Regla de exageración y desfiguración. / Regla de orquestación. / Regla de transfusión / Regla de la unanimidad y del contagio / y La contrapropaganda…

Por último, en vistas de estar recomendando la lectura de un libro clásico de «propaganda/publicidad» de estas características quisiera dejar un comentario más personal. Todo lo que tenga que ver con publicidad me produce asco, leyendo distintos autores sobre el tema, intentando comprender cómo se manejan, uno lee directamente sobre intentos de manipulación, basados en estadísticas, humores, apelaciones a mitos populares. Todo para intentar moldear la opinión de «las masas». Como ya escribí en el primer artículo sobre este tema, la «agitación y propaganda leninista» es la anti publicidad, porque establece una relación entre teoría y práctica, donde la acción es parte integrante de la agitación, y la experiencia parte integrante de la propaganda, y en todo caso utiliza la comunicación de masas por los medios más modernos existentes, subordinada a esta práctica (aunque hay que decir que la «publicidad de masas» de los Estados y los partidos, tampoco es publicidad no acompañada de acción). Esta concepción leninista se enlaza con una teoría de «las masas» que no las considera «base de maniobra» electoral o de «conspiraciones», sino un reservorio de creatividad, autoactividad, liberación. Esta lógica de la «agitación y propaganda leninista» podría ampliarse a una teoría de los medios masivos en la actualidad, con los cuales no se enfrentó Lenin. Porque las intervenciones de los revolucionarios en ellos deben considerarse incursiones en territorio enemigo al igual que en el parlamento, puesto que nada tienen que ver con nuestra concepción de los medios de comunicación. Por último, en relación al lenguaje, aún teniendo en claro que es inevitable que forma y contenido estén en tensión constante, para contenidos revolucionarios debemos buscar formas revolucionarias bajo amenaza de no entregar el mensaje.

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NOTAS:


(1) Leon Trotsky / Libro «La revolución traicionada» / Capítulo  III «El socialismo y el estado» / Apartado «La victoria completa del socialismo» y «la consolidación de la dictadura» / CITA:  «Lenin caracterizó un día al socialismo con estas palabras: ‘El poder de los soviets más la electrificación’. Esta definición epigramática, cuya estrechez respondía a fines de propaganda, suponía, en todo caso, como punto de partida mínimo, el nivel capitalista -cuando menos- de electrificación. Pero todavía en la actualidad la URSS dispone por habitante de tres veces menos energía eléctrica que los países capitalistas avanzados. Teniendo en cuenta que mientras tanto los soviets han cedido el lugar a un aparato independiente de las masas, no queda a la Internacional Comunista más que proclamar que el socialismo es el poder de la burocracia más una tercera parte de la electrificación capitalista. Esta definición será de una exactitud fotográfica, pero el socialismo tiene poco sitio en ella.» http://www.marxists.org/espanol/trotsky/1936/rt/03.htm


(2) Entre otras cosas ahí decíamos que intentar esto es «un buen desafío en vistas del peso enorme en nuestra actual cultura de masas de los medios audiovisuales de comunicación, la tecnología, la industria cultural, el espectáculo, para la hegemonía del orden de la burguesía. Y por contraposición, en toda estrategia política revolucionaria esos problemas también deben pensarse a fondo».


(3) Como nota al pie de página sobre esto, desde todo punto de vista, vale traer la afirmación del dirigente del PO Gabriel Solano quien declaro que para él Lenin seria hoy el mejor twitero, llegando a «descubrir» que las grandes consignas bolcheviques cabrían en menos de 140 caracteres. La ridiculez también puede ser corta de letras. Viniendo de la boca de quien escribió que estaba en contra del «trabajo estructural» entre los trabajadores, deja en claro que las ideas de tipo centristas a veces son más fáciles de expresarse claramente y de manera corta.


(4) Al parecer la idea misma de «propaganda» mutó en el siglo XX, donde cobró vida a una escala nunca antes vista por el desarrollo de los medios masivos de comunicación. Inicialmente englobaba tanto la propaganda política como la comercial, aunque refería más a la primera y se retroalimentaba con «la publicidad», pero no tenía carga peyorativa. Todos los Estados hicieron uso de la propaganda política desde la Gran Guerra de 1914/1918 sin tapujos ni ocultamientos durante el período convulsivo entreguerras mundiales, incluyendo aquí a EEUU y el Estado Obrero soviético en los años 20 bajo dirección revolucionaria (quién en realidad la inauguró a nivel mundial). En 1917 EEUU creo el «Comité de información pública», el CPI tenía el objetivo de hacer propaganda desde el Estado, aunque luego fue disuelto y se buscaron mecanismos menos explícitos pero igual de dirigidos, sobre todo con el Cine hacia la II Guerra Mundial. El paroxismo llegó con esta guerra, tanto por las potencias del eje con el nazismo al frente, como por los Aliados, y la Unión Soviética bajo dirección stalinista. La «guerra total» tuvo como parte constitutiva la «propaganda total», la continuidad de la guerra por otros medios. Tras la masacre imperialista el concepto entraría en desgracia mutando a la idea de «publicidad», en gran medida por el uso que había hecho de «la propaganda» el nazismo, pero también creo yo porque se necesitaba limpiar a las «democracias» de sus mecanismos explícitos para el intento de manipulación de masas. De ahí que se hable posteriormente de «publicidad política» o «publicidad comercial», o se oculte directamente su uso. Más tarde «la propaganda» volvería sin su carga dura y algunos autores refieren por ello que la publicidad política es un sinsentido y debe llamarse sin más: propaganda (que llevaría implícita la idea de política). Sea como sea, desde la segunda mitad del siglo XX la propaganda escondida en la publicidad o en la información de los noticiarios, o las estadísticas, se volvió más nociva y refinada; y desde otro ángulo la fusión con la industria cultural la llevó a una «etapa superior» como parte del sistema para la creación de la hegemonía de las clases dominantes; algo a lo que no se enfrentaron directamente Lenin y Trotsky.


(5) Ernest Mandel «El significado de la II Guerra Mundial» / Primera parte «El marco histórico» / Capitulo 9: «ideología».


(6) Como ya había citado en >este artículo<, la distinción básica entre «agitación y propaganda» de la cual sería autor Plejanov en un folleto llamada Las tareas de los socialistas en la lucha contra el hambre en Rusia y fue citada en una polémica del «Que Hacer» de Lenin sería: «El propagandista comunica muchas ideas a una sola o a varias personas, mientras que el agitador comunica una sola idea o un pequeño número de ideas, pero, en cambio, a toda una multitud» // Dicha distinción es evidente que solo puede ser un punto de partida correcto pero muy general.


(7) Desarrollando este planteo, analiza como la burguesía imperialista supo parase sobre intereses populares para sus propios fines, como el antifascismo, pero siempre para pervertir ese sentimiento mezclandolo deliberadamente con chovinismo o racismo. De la misma manera en determinado momento de la guerra, una de las propagandas mas temidas por todos los bandos era la de confraternizacion porque expresaba un ataque de conjunto, potencialmente revolucionario ante la masacre imperialista que iba tras la idea de Lenin de «convertir la guerra imperialista en guerra civil». La propaganda en vez de manipular una masa maleable, debía todo el tiempo interpretar un estado de ánimo preestablecido.


(8) Jean-Marie Domenach  / «La propaganda política»: “De la Revolución (francesa) procede también un nuevo tipo de guerra. Todas las energías se movilizarán progresivamente en esta batalla hasta llegar al estado de guerra total que Ernst Jünger creyó alcanzado en 1914, pero al que no se llegó, realmente, sino en la última guerra. Desde 1791, la ideología se une a las armas en la conducción de las guerras, y la propaganda se convierte en auxiliar de la estrategia. Se trata de crear la cohesión y el entusiasmo en el bando propio, y el desorden y el miedo en el del enemigo. Al abolir cada vez más la distinción entre el frente y la retaguardia, la guerra total ofrece a la propaganda, como campo de acción, no solo los ejércitos, sino las poblaciones civiles, puesto que quizá sea más segura la acción en éstas para mejor afectar a aquéllos, puesto que se puede llegar a sublevar esas poblaciones y hacer surgir en la retaguardia del enemigo nuevos tipos de soldados, hombres, mujeres y niños espías, saboteadores y guerrilleros.”


(9) Jean-Marie Domenach  / «La propaganda política»: «Propaganda» es una de las palabras más desacreditadas de la lengua francesa. El uso que de ella hicieron los nazis nos acostumbró a considerar la propaganda como un método de perversión y de mentira. Esta reacción, en el fondo, es sana; pero sus consecuencias son temibles, pues la  propaganda, que es una función política natural, se hace vergonzante; se mezcla entonces en la  información y se oculta detrás de las «noticias» y las estadísticas.”


(10) Jean-Marie Domenach  / «La propaganda política»: comienza con la siguiente afirmación: «La propaganda política es uno de los fenómenos dominantes en la primera mitad del siglo xx. Sin ella serían inconcebibles las grandes conmociones de nuestra época, la revolución comunista y el fascismo. Fue en gran parte gracias a ella que Lenin pudo establecer el bolchevismo; y esencialmente a ella Hitler debió sus victorias, desde la toma del poder hasta la invasión del 40. Los dos hombres que han marcado más profundamente, aunque de manera muy distinta, nuestra reciente historia son, antes que hombres de estado y jefes militares, dos genios de la propaganda que proclamaron la supremacía de esta arma moderna. «Lo principal, dijo Lenin, es la agitación y la propaganda en todas las capas del pueblo”. Hitler, por su parte, afirmó; «La propaganda nos permitió conservar el poder y nos dará la posibilidad de conquistar el mundo”.» // Por su parte Roberto Revilla en el Libro «La propaganda en el Siglo XX» dice: «Propaganda y agitación política en relación dialéctica, vinculando a la alianza de los sectores convocados con el movimiento y a éste con aquella. Ambos, organización y alianza de clases, movilizados, armónica y oportunamente, derrocarían definitivamente la monarquía zarista. Acá se encontraría el genuino aporte de Lenin y Trotsky a la propuesta revolucionaria específicamente marxista: el voluntarismo y oportunismo histórico de una pequeña pero eficiente organización, fundamentalmente  propagandística, con propósitos subversores. A su vez, éste sería el aporte intelectual de Lenin y Trotsky a la actividad persuasora de cualquier organización política contemporánea con propósitos insurreccionales: la conciencia de la utilidad del énfasis en el vector subversor de la propaganda bajo específicas condiciones históricas. Este primar el vector subversor de la propaganda es el que hace a la actividad leninista tan específica frente a las otras modélicas experiencias persuasoras que surgirían en el s. XX.»


(11) Jean-Marie Domenach  / «La propaganda política»:  «Media un abismo entre las concepciones leninista e hitlerista de la propaganda. En la perspectiva leninista la propaganda es la traducción de la táctica, pero las metas que propone, a pesar de ser fines tácticos, no dejan de ser las realmente perseguidas. Cuando Lenin dice Tierra y Paz, lo hace porque se trata realmente de distribuir la tierra y de firmar la paz; cuando Thorez proclama Mano tendida a los católicos, se trata realmente de acordar una alianza con los católicos, aun cuando este entendimiento sea solo una etapa provisional en la conquista del poder. Pero cuando Goebbels, después de haber predicado un racismo anticristiano, proclama que el pueblo alemán hace la guerra «en defensa de la civilización cristiana», demuestra que esta afirmación no tiene para él ninguna realidad concreta; es solo una fórmula oportuna destinada a movilizar nuevas masas. El hitlerismo corrompió la concepción leninista de la propaganda. Hizo de ella un arma en sí, de la que se sirvió indiferentemente para todos sus fines. Las voces de orden leninistas tienen una base racional, aun cuando, en definitiva, se relacionen con los instintos y los mitos fundamentales. Pero cuando Hitler lanzaba sus invocaciones sobre la sangre y la raza a una multitud fanatizada que le respondía con los Sieg Heil, solo le preocupaba sobreexcitar, en lo más profundo de esa masa, el odio y el ansia de poder.»


“Marx ha vuelto”, esto recién comienza… [idZ]

Ya están online los cuatro capítulos iniciales de la miniserie de ficción Marx ha vuelto, basada en el Manifiesto Comunista. Estrenados todos los jueves de mayo con miles de seguidores, con la publicación del último capítulo de la serie no terminó, en realidadrecién comienza a emitirse “on demand” para todos los que quieran verla, compartirla y difundirla, esa es la lógica de internet.

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Los cuatro episodios pueden encontrarse en: www.contraimagen.org.ar y estamos agrupando ahí también todo lo que genera su lanzamiento: tweets, opiniones, notas en TV, radio, prensa, blogs y comentarios. La centralización en ese sitio es una ayuda al navegante, aunque sabemos que la clave en la viralización lograda por Marx ha vuelto es justamente la descentralización de su difusión, adoptada por miles de internautas individuales y colectivos, en especial vía redes sociales como Facebook y Twitter.

Con los capítulos en Youtube, Vimeo y distintos sitios de descarga, como también por medio de telefonía móvil, los visitantes acceden desde diversos puntos geográficos, con gran caudal de entradas en Latinoamérica. Particularmente en México, Chile y Perú se generó mucho intercambio, además de Argentina. En el Estado Español se inició la difusión, mientras que con el subtitulado al inglés, francés y alemán, aspiramos llegar a otros países. A su vez, con la repercusión en TV, radio y prensa escrita de Argentina, se multiplican las vistas. La propuesta del Instituto del Pensamiento Socialista y el PTS en el Frente de Izquierda, de popularizar ideas marxistas por medios audiovisuales y redes, está cumpliendo una muy buena primer etapa.

Marx ha vuelto recién comienza, también porque ya está en rodaje un nuevo capítulo de la miniserie. La idea surgió rápidamente ante el entusiasmo generado por la iniciativa, y también por una reflexión propia del colectivo político que lo impulsa. Los cuatro episodios actuales abordan la aguda crítica a la sociedad capitalista que sigue vigente desde la letra del Manifiesto Comunista, la perspectiva de la revolución social y el poder de los trabajadores que de ella se desprende. Pero lo que vemos necesario es intentar abordar de lleno «el Comunismo» por el que luchamos. Es decir, pasar de los “por qué” y los “cómo”, que enmarca esta primera entrega, a encarar el desafío de los “para qué”. ¿Qué es el Comunismo? ¿Se trata simplemente de una idea, o es, como decían Marx y Engels un movimiento real cuyas bases se desarrollan “ante nuestros ojos”? Ese será el desafío del nuevo (o nuevos) episodios. Desde lo narrativo está planteado un encuentro ficcional entre dos grandes: Marx y Trotsky, más allá del tiempo y el espacio.

Entre los mensajes en las redes algunos señalaron que para ellos Marx ha vuelto resultaba un “producto difícil de clasificar”, en tanto sería expresión también de los cambios en la formas de comunicación política, más aún encarados por la izquierda revolucionaria. Un diario tituló “Mensaje político y puentes del arte con la web”[1]. Lo cierto es que la realización de un material audiovisual de estas características llevó y lleva a todo el colectivo de TVPTS y Contraimagen a reflexionar, entre otras cosas, sobre experiencias de la historia que se propusieron desafíos similares. 

Las reflexiones de Gleyzer, Sanjines y Einsestein 

El problema de las relaciones entre forma y contenido para lograr comunicar ideas revolucionarias es parte de una problemática que recorre todas las experiencias de colectivos culturales y audiovisuales que se lo propusieron a lo largo de la historia. Encarar el problema de la distribución de ese contenido audiovisual está directamente relacionado. No puede ser de otra manera en vistas de la evidencia de que el lenguaje audiovisual dominante, las formas y los gustos, son en gran medida moldeados por la industria cultural; al igual que los canales de distribución permanecen en manos privadas y concentradas. Durante los años ’70, en Europa estas reflexiones fueron centrales, en Latinoamérica se encararon con una enorme impronta antiimperialista y tercermundista moldeada por el guevarismo. Procesos revolucionarios como en Chile, Bolivia y Argentina, y la revolución cubana ponían al orden del día la discusión como problema práctico. Encarar con profundidad estos temas excede el límite de este artículo, pero traer fragmentos de ellos al presente tiene un valor enorme para pensar nuestros propios desafíos.

En los años ‘70, Raymundo Gleyzer, militante del PRT, cineasta miembro del grupo Cine de la Base reflexionaba acerca de los distintos géneros y formatos posibles de utilizar para llevar las ideas de su organización política y el clasismo al movimiento obrero en Argentina. Este proyecto culminó en la película Los traidores que siempre es punto de referencia para los colectivos militantes. Como parte del plan de Los traidores, el grupo se propuso realizar una fotonovela del mismo nombre, un género popular en ese momento, encarando el problema desde una perspectiva instrumental. Gleyzer cuenta que la idea era que constara de “50 fotos que sintetizan las distintas partes del film, con textos ad-hoc y todo (…) pensamos venderlo –por medio de los militantes de la corriente clasista– y a un precio insignificante. ¿Por qué hacemos esto? (…) la fotonovela, pensamos que lo que hasta hoy ha sido instrumento de dominación de la burguesía puede ser utilizado por el pueblo para liberarse. Basta hacer un recorrido por los barrios populares para observar la eficacia de un instrumento así. ¿Cuántas mujeres vemos en sus casas leyendo fotonovelas ¿Cuántos obreros las leen camino al trabajo? Pues bien que lean Los traidores, que como cuesta barato y es una historia amena y bien contada, se transforma en un modo para hacer entrar en la vida cotidiana la ideología en juego”[2].

Desde otro ángulo, el cineasta Jorge Sanjinés y el grupo Ukamau de Bolivia, intentaron su “teoría y práctica de un Cine junto al pueblo”[3]. Sus reflexiones toman un camino distinto, insistente en plantear que la forma y el contenido deberían ir perfectamente relacionadas. En cuanto a “la comunicación”, explícitamente plantean que “la forma adecuada al contenido revolucionario que debe difundirse, no puede concentrarse en los modelos formales que sirven a la comunicación de otros contenidos”, atacando especialmente todo el lenguaje de la publicidad e intentando en todo momento traer “la reflexión” en “el espectador”. Pero una de las aristas más interesantes de sus ideas son las que tratan las relaciones entre formas creativas y eficacia en la transmisión de las ideas. Para Sanjines: “el cine revolucionario» debería «buscar la belleza no como objetivo sino como medio”. Lo que implicaría una “relación dialéctica entre belleza y propósitos, que para producir la obra eficaz debe darse correctamente. Si esa interrelación está ausente tendríamos, por ejemplo, el panfleto, que bien puede ser perfecto en su proclama pero que es esquemático y grosero en su forma”. Lo cual traería una terrible consecuencia pues, “La carencia de una forma creativa coherente reduce su eficacia, aniquila la dinámica ideológica del contenido y sólo nos enseña los contornos y la superficialidad sin entregarnos ninguna esencia”. En otras palabras, sin formas creativas no hay comunicación, ni transmisión de ideas a nivel de masas, las cuales solo pueden ser llevadas por el audiovisual en su propia lengua: “por vías de la expresión sensible”.

En el texto donde Sanjinés aborda estos temas hace un recorrido por el cine revolucionario, remontándose incluso a la Revolución Rusa y Einsenstein, el cineasta soviético que tuvo una práctica y teoría muy profunda del medio audiovisual al que dejó su impronta. Aunque no es lo que señala de él, Einsenstein había encarado un ángulo parecido desde una perspectiva artística. En relación a transmitir una idea, atacó inicialmente el encadenamiento fluido en un film, como si fueran “ladrillos arreglados en serie para exponer una idea”. A lo que confrontaba su punto de vista sobre el montaje como“un choque de dos factores dados” del cual “surge un concepto”. Más adelante, diría que toda película estaba basada en una unidad dual (dialéctica), entre un factor altamente consciente y otro profundamente sensible, que debían crear una constante “tensión”, y las cuales no pueden separarse sin que todo se malogre. Por lo cual “un sesgo hacia el lado temático-lógico la hace seca, lógica, didáctica. Pero una sobreacentuación en el lado de las formas de pensamiento sensible sin tomar lo suficientemente en cuenta la tendencia temático-lógica, es igualmente fatal…”[4].

Es muy interesante traer estas reflexiones, acordemos o no con ellas, porque sirven como disparadores para plantear un debate que consideramos hoy necesario, si de lo que se trata es de aportar ahora desde la acción cultural a construir un partido revolucionario.

En un artículo de Ideas de Izquierda 1 nos acercábamos a las nuevas prácticas de la realización audiovisual en el norte de África y Europa tras la “Primavera Árabe” y la crisis capitalista[5]. En él, tras un recorrido por las nuevas experiencias, planteábamos que ante la mezcolanza de productos y canales de difusión había que hablar genéricamente de “audiovisual” como el lenguaje hegemónico en la actual cultura de masas. Lo que incluso debe llevar a repensar las formas tradicionales e institucionalizadas del cine. A su vez, afirmábamos que “el ámbito de ‘la comunicación’ con las nuevas posibilidades tecnológicas se expandió para convertirse por esa razón en un vehículo de expresión sensible”, que apunta a descubrir otros caminos. En Contraimagen TVPTS tenemos un seguimiento de esas experiencias ligadas a la lucha de clases, las cuales tuvimos en cuenta para pensar la realización de Marx ha vuelto. El objetivo de los materiales fue inicialmente didáctico, para ser utilizado como disparador en cursos sobre el Manifiesto Comunista para trabajadores y jóvenes. Pero la didáctica fue encarada a partir del cruce de tres líneas en el guión: una historia actual de trabajadores; una línea del personaje de Karl Marx; una línea de montaje de archivo histórico y actual. La primera línea buscar generar empatía con personajes de la actualidad, trabajadores jóvenes que sufren el ataque del capital en situaciones cotidianas; la aparición de Marx como sueño o imaginación en cuya voz se plantean fragmentos del Manifiesto, permitirían “explicar” de alguna manera estas situaciones. Mientras que la tercera línea con montaje de archivo, retazos de películas y videos bajados de la red, viene en ayuda para intentar acortar la distancia entre la realidad actual sin revolución y la letra del Manifiesto como proclama revolucionaria. La propuesta de “miniserie”, tras su utilización inicial en los cursos, busca confluir con la explosión de este género popular en la actualidad. El resultado final es una miniserie web con un tratamiento formal que explora el lenguaje de internet, por la multiplicidad de recursos, y un montaje veloz con elipsis marcadas, sin necesidad de “contar todo”, con una duración de 13 minutos cada uno para que la historia se complete por la interactividad de los internautas.

A la difusión que está en marcha  partir de que miles de personas la tomen en sus manos, la miren, compartan y difundan por redes sociales (Argentina va a la cabeza del uso de Facebook por ejemplo), se suma la difusión por celulares. Vía Whatsapp se envían los capítulos y los spot de publicidad de la miniserie, en una práctica difícil de cuantificar. “Dos compañeros de mi sector me decían que está muy bien hecho. Otro se lo puso a ver piloteando la máquina…Cuando estábamos por terminar el turno ya eran cuatro mirándolo por el celular”. “Los muchachos están como locos, quieren más…Están esperando la tercera parte y dicen que refleja mucho la realidad que vivimos”. Estos y muchos más comentarios, se empiezan a escuchar por distintos lugares de trabajo. Esto evidencia que logramos cierta comunicación, y que lejos de la lógica unidireccional, las tecnologías interactivas permiten una nueva práctica de la cual echar mano. Aunque no está de más señalar que estamos muy lejos de abrazar una “distribución alternativa” por convicción, al contrario nos vemos obligados a ella por el régimen de propiedad privada imperante que niega a los trabajadores, la izquierda e incluso a cualquier progresista consecuente el acceso a “la masividad” de los grandes medios de comunicación.

Si nunca se fue… 

Muchos comentarios en las redes señalaron sobre el nombre de la serie, que “Marx nunca se fue…”. Como se señaló ya muchas veces, Marx es el único pensador al que se le decreta la muerte, algo que no se hace con ningún otro, mostrando así por contraposición la vitalidad de sus ideas. Pero venimos de décadas donde el retroceso en la lucha de clases y el avance “neoliberal” había impuesto un triunfalismo capitalista respecto a su dominación, triunfalismo que entró en crisis con la crisis del propio sistema capitalista. Por eso Marx vuelve y esto recién comienza, porque las ideas marxistas pueden volverse fuerza material en la clase trabajadora, los sectores populares y todos los movimientos de los oprimidos. Esa apuesta no es solo teórica sino práctica. El peso conquistado por la izquierda trotskista en Argentina, y el lugar destacado del PTS en el movimiento obrero en particular, nos empujan a seguir pensando y renovando las posibilidades de una producción audiovisual que aporte lo suyo en la lucha por la transformación revolucionaria de la sociedad.

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*Violeta Bruck y Javier Gabino. El artículo fue publicado en la revista argentina «Ideas de izquierda» (http://ideasdeizquierda.org/)

(1) Diario Tiempo Argentino,  28/05/14. Entrevista a Carlos Weber: “Es bueno que Marx esté entre nosotros”. “Una miniserie de Internet producida por el Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS). Mensaje político y puentes del arte con la Web”.

(2) Raymundo Gleyzer, documentos/testimonios (Cinelibros). «Presentación y autocritica en forma de diálogo con Tomás Gutiérrez Alea» apartado 3 «Métodos de trabajo (Los traidores)». Según nos cuenta Juana Sapire, miembro del colectivo, el proyecto de la fotonovela quedó trunco pero se había iniciado.

(3) Las citas son del libro «Jorge Sanjinés y grupo Ukamau, teoría y práctica de un cine junto al pueblo» (Siglo XXI). Apartado «Elementos para una teoría y práctica del Cine revolucionario».

(4) Sergei Einsestein «La forma del Cine» (Siglo XXI). Apartado «La forma fílmica, nuevos problemas».

(5) «Primer corte en la línea de tiempo» realización audiovisual en la crisis capitalista (Revista Ideas de izquierda N° 1)

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Artículo publicado en:

El cine de las ideas de Marx [La experiencia de Harun Farocki]

Desde sus comienzos, el mundo del cine se desarrolló rodeado de una historia del siglo XX abundante en conflictos sociales, crisis, guerras y revoluciones. Ningún artista puede escapar a su tiempo, los realizadores cinematográficos tampoco. El mundo audiovisual da cuenta también de los debates políticos e ideológicos de su época y en un mapa histórico encontramos cineastas con distintos objetivos políticos.

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Más allá de la propaganda de Hollywood que inunda el plantea con toda su maquinaria imponiendo gustos, géneros, temas y actores de moda desde hace años, los cineastas de izquierda siempre tuvieron un importante lugar.

Desde los pioneros del cine soviético, renovando el conjunto del lenguaje audiovisual, el cine crítico y social de la Alemania de los ´20, los cineastas anarquistas y socialistas españoles, los surrealistas cuestionando la moral burguesa, los “rojos” de Hollywood que nutrían las listas negras del macarthismo, la oleada de los ´60 y ´70 con cientos de realizadores militantes de distintas tendencias de izquierda que surgieron en todos los continentes influídos por la revolución cubana y el mayo francés, los resistentes al triunfalismo del capital y el “nuevo cine social” que resurge a fines de los ´90, hasta las variadas experiencias audiovisuales al calor de la crisis actual, que se apropian de las nuevas tecnologías y renuevan la producción en distintas partes del mundo; todas estas, y muchas más, son parte de una rica historia de realización audiovisual, que con mayor o menor intensidad,  buscó y busca la crítica del sistema capitalista.

En medio de esta nutrida historia nunca faltó la iniciativa de llevar al cine las ideas de Marx.

El sueño inconcluso de Einseinstein de realizar la película sobre «El capital«; la crítica a la alienación del trabajo en la genial Tiempos Modernos” de Charles Chaplin; la explicación de la plusvalía a través de animaciones en Me matan si no trabajo y si trabajo me matan”, de Raymundo Gleyzer; los intentos de filmar El capital de Marx, hasta lograr concretar dos cortos sobre el mismo, de Harun Farocki; las “Noticias de la Antigüedad ideológica”, de Alexander Kluge sobre Marx-Einseinstein y El capital, como también una gran cantidad de películas biográficas y documentales actuales como Marx reloaded”.

Inspirados también en esta historia y retomando el desafío, desde Contraimagen-TvPTS encaramos este año la realización de la miniserie “Marx ha vuelto”.

Revisando e investigando para conocer parte de las experiencias anteriores nos encontramos con los textos de Harun Farocki, sobre la realización de dos films sobre economía basados en las elaboraciones de Marx.

Harun Farocki, nació en Checoslovaquia y estudió cine en Berlín, de donde fue expulsado de la escuela por realizar films de agitación revolucionaria. En los años ´60 fue parte del movimiento del nuevo cine alemán junto a Herzog y Kluge, entre otros. Fue redactor de la reconocida revista Filmkritik y docente en muchas escuelas y universidades. El contenido crítico recorre sus producciones con trabajos como “Fuego inextinguible”, “Instrucciones para quitarle el casco a un policía”, “Imágenes de la prisión”, Trabajadores saliendo de una fábrica“, entre casi un centenar de producciones audiovisuales para cine y TV. En los últimos años estuvo realizando muestras y seminarios en distintos lugares del mundo, en donde impulsó la experiencia de filmar “El trabajo en una sola toma”, una serie de videos que en un solo plano secuencia documenten la condición del trabajo en sus diferentes formas contemporáneas en contextos muy diversos.

En este post compartimos sus reflexiones sobre la realización de dos films basados en textos de Marx: “La división de todos los días” y “Un asunto que se entiende (15 veces)”, lo que sigue son fragmentos de su libro “Desconfiar de las imágenes”:

«…A principios de 1969, con Hartmut Bitomsky nos propusimos hacer una serie de películas didácticas sobre economía política. El plan era realizar tres producciones con las que se pudieran explorar los Elementos fundamentales para la crítica de la Economía Política y El capital de Marx. Las películas no buscarían reemplazar la lectura sino, al contrario, complementarla.

Hasta el fin de la República de Weimar, en el movimiento obrero alemán había existido un gran sistema paralelo de formación, sostenido por el Partido Socialdemócrata y luego también por el Partido Comunista alemán (KPD) y otros partidos radicales, por sindicatos, iglesias, universidades populares y asociaciones. Aproximadamente unos diez mil trabajadores estudiaban materias específicas: historia, política, economía y muchas generales: desde astronomía a literatura, desde geología a nutrición. Nosotros creíamos en la reaparición efectiva de un movimiento de esas características y nuestra herramienta de aprendizaje contribuiría con el resurgimiento de esas grandes universidades populares. Como si nos propusiéramos construir un auto para conseguir la creación de una red vial.

Hartmut ya había leído a Marx, yo casi nada. Leímos durante meses, de día solos, a la noche nos juntábamos y resumíamos lo leído e intentábamos encontrar ejemplos que pudieran ilustrar la teoría. Valor de uso y valor de cambio, precio y valor, plusvalía absoluta y relativa, caída tendencial de la tasa de ganancia. Nuestra lectura complementaria más importante era Ernest Mandel. También nos encontrábamos regularmente con Wolfgang Lenk, que había estudiado un poco de matemática y podía formalizar el constructo teórico marxiano y reproducirlo de forma sistemática. Convocamos a su vez a una estudiante de pedagogía y psicología, Petra Milhoffer, y leímos muchos textos sobre cibernética y máquinas de aprendizaje programado. Esta expresión hoy ya casi no se usa. En esa época los pedagogos e informáticos recurrían a las ideas sobre interactividad y navegación que venían de la mano del desarrollo de las computadoras, que en esa época todavía no eran algo cotidiano y por eso se diseñaban máquinas propias.

A mediados de 1969 nos invitaron a un albergue juvenil en Dörnberg, cerca de Kassel. Un grupo de unos cuarenta hombres y mujeres, entre ellos muchos de nuestros amigos, estaban pasando ahí sus vacaciones. La casa y la comida eran gratis, también había una pileta de natación. Nosotros habíamos sido invitados como docentes junto con otras personas. Bitomsky, Lenk y yo nos dedicamos durante varias semanas a estudiar durante la mañana a Marx, a la tarde o a la noche transmitíamos lo que acabábamos de aprender o de profundizar. Los participantes del curso mostraban seriedad e interés en nuestras clases. De vez en cuando Bazon Brock, que también estaba ahí como docente, intentaba molestar. Al transmitir lo que acabábamos de aprender de forma casi inmediata, tratábamos el conocimiento como algo que nos pertenecía a todos. El conocimiento no debía ser propiedad privada. Es probable que nuestro rol de jóvenes docentes también tuviera un cierto grado de pretensión.

El título que le pusimos a la primera película de la serie fue “La división de todos los días”. La jornada laboral comprende dos instancias: en la primera los obreros cumplen con el trabajo necesario para su subsistencia y para la obtención del material de trabajo que reemplaza a las materias primas y a los productos semimaufacturados. En la segunda instancia se produce la plusvalía. Concebimos una serie de tres películas, cada una de diez minutos. El primer film se ocupa de la explotación no capitalista, de la esclavitud, del artesanado y del trabajo doméstico. El segundo film aborda la explotación capitalista. El título de la tercera película sería “El capitalismo es progresivo”. Probablemente nos resultó demasiado fácil provocar con este proyecto. En nuestras películas representaríamos con tres ejemplos el argumento de Marx respecto del modo en que el capitalismo avanzado crea las condiciones para su abolición o superación, según el Manifiesto Comunista. Antes y después de cada film se debatiría lo visto y lo escuchado (y lo leído, ya que había muchos títulos intermedios) con los estudiantes. Para dar un ejemplo de cómo utilizar nuestro material organizamos una clase y la filmamos. Primero intentamos con un grupo de aprendices de oficios, pero casi no quisieron hablar. También obtuvimos todo tipo de resistencia de un grupo de estudiantes de arquitectura de la Universidad Técnica de Berlín que se autodenominaba RoteZelie Bau [Célula Roja de Arquitectura]. Yo actuaba de profesor y mi tarea consistía en lograr que los alumnos comprendieran y reprodujeran un contenido bien definido. Solo faltaba entregar un certificado al final.

A Wim Wenders le gustó la extensa toma en la que se muestra a los comerciantes de esclavos en una terraza haciendo bailar a un esclavo, representado por un estudiante tailandés, y nos dio muchos puntos en Filmkritik por esta escena. En la película también había escenas completamente toscas, tomas cuya existencia se justificaba únicamente porque estaban en el guión, como la de la mujer trabajando en una máquina, que aparecía incluso varias veces porque nos servía de trasfondo para un cálculo de plusvalía…

”La división de todos los días” se exhibió en el festival de Oberhausen en 1970. Mostramos solo el film didáctico, no la versión donde yo aparecía de docente frente a la Célula Roja de Arquitectura. Esa versión fue emitida poco después por el canal WDR1II, que también había subsidiado la producción del film. No recuerdo ni un solo grupo que pidiera la película didáctica para organizar una formación en economía. En su lugar, sí me acuerdo que nos invitaron a proyectar nuestro trabajo en el cineclub de los realizadores de los estudios Bavaria en Munich. Por la noche, después de la función, nos fuimos juntos a un bar, nos pagaron unas copas y se quejaron de no poder hacer nada político. Nosotros dijimos que las películas hechas en estudio nos parecían progresivas. Reinhardt Hauff contó con cierta melancolía que él incluso ya había filmado en un estudio con un lago artificial, pero que le interesaba otra cosa….

…Para la segunda parte de nuestro trabajo sobre economía, que se llamó “Un asunto que se entiende (15 veces)” [Eine Sache, die sich versteht (15mal)\, pedimos financiamiento oficial. Para algunos críticos de cine, funcionarios cinematográficos y productores seguíamos siendo autores que, si bien llevaban adelante un proyecto un tanto desacertado, aún entraban en la categoría de representantes de la protesta. Nos dieron el dinero que habíamos solicitado. Era tanto que hasta pudimos guardar un poco para otro proyecto y realizamos primero tres películas de diez minutos de duración para una suerte de manual introductorio al lenguaje cinematográfico, cuyo título provisorio fue Anviko -un acrónimo de Andiovisuelle Kommunikation. Filmamos en color, que en esa época era más caro que en blanco y negro, utilizamos actores y muchísimas locaciones. También llegamos a editar dos de los tres spots filmados, pero no a mezclarlos ni a copiarlos.

En la segunda película sobre economía nos desviamos de nuestra rigurosidad didáctica, la película fue concebida como un film en sí mismo y ya no queríamos imponer qué había que aprender de cada parte ni cómo había que enseñarlo. El despliegue de esta producción fue grande, nos agotamos por completo. Todas las mañanas antes de empezar a filmar pasábamos horas cargando y descargando material. Una vez filmamos un banquete romano en un cuartel desmantelado (dos romanos dialogaban mientras tanto sobre economía), ya no recuerdo por qué no habíamos retomado como Marx el discurso griego.

“Los dos romanos no logran descubrir lo común entre las mercancías. Ellos no trabajan. Lo que llega a sus mesas no son mercancías, sino valores de uso, riquezas. […] Marx escribe que Aristóteles no pudo hallar el principio a partir del cual funciona el intercambio de mercancías.”

Después de los romanos, la cámara debía trasladarse sin cortes a la habitación contigua, donde negociaban un herrero y un campesino. “Las mercancías son el resultado del trabajo privado. El herrero y el campesino comparan las horas de trabajo gastadas.” (Extraído del boletín informativo del Forum des jungen Films [Foro del cine joven], de Hartmut Bitomsky y Harun Farocki).

Para esta escena doble habíamos querido conseguir una palmera y un burro enano, pero la gente del equipo consiguió un palmera enana, que parecía una planta de interior, y un burro enorme que no estaba muy predispuesto a ser empujado escaleras arriba hasta el tercer piso y escaleras abajo, mucho menos. En la Universidad Técnica yo había visto un simulador de manejo: unas casas y unas señalizaciones viales pegadas sobre una cinta giratoria; cuando la cinta giraba en dirección a una cámara parecía que se recorría una ciudad de juguete. Nosotros hicimos que dos estudiantes montaran una estructura similar, pero en lugar de casas había unos paquetes con mercaderías que se dirigían a la cámara. Filmamos la imagen y la usamos de fondo en un estudio. Vista a través del parabrisas de un auto, el resultado sería un vehículo atravesando un paisaje de bienes de consumo. Hicimos la escena del fondo en el estudio de la escuela de cine, aunque en esa época teníamos prohibido el ingreso. Esperamos el momento oportuno, montamos unas tablas y subimos un pequeño automóvil empujándolo sobre una rampa aproximadamente un metro y medio hasta la puerta del estudio. Sacamos rápido las tablas y cerramos la puerta: el portero, sentado en una casilla a unos veinte metros de distancia, solo tenía que darse vuelta una vez y nuestro golpe maestro se habría convertido en un fracaso.

Logramos robar una escena técnicamente compleja, pero no prestamos demasiada atención a lo central del asunto: el diseño del mundo de las mercancías. Ni siquiera nos ocupamos de conseguir un escenógrafo para el armado. Vivíamos en la época del auge del arte pop y enrolamos a dos artesanos aficionados que jamás habían reflexionado sobre este tipo de arte representativo, probablemente ni siquiera sabían de lo que hablábamos. En el automóvil metido de contrabando en el estudio había dos actores, los filmamos desde atrás. Hartmut decía después que en un caso así Godard habría elegido algunas otras tomas y que habría mostrado de costado el auto quieto en el estudio. Al menos pensábamos en Godard.

Hartmut también decía que era “poco materialista” que hiciéramos que un desocupado actuara de extra durante toda una secuencia. Algunas escenas de época de la película parecen salidas de la televisión, como cuando los jefes, para pascuas, juntan un par de marcos e invitan a un grupo de gente a pasearse en trajes históricos por un castillo.

“Un asunto que se entiende (15 veces)” se proyectó por primera vez en 1971 en el Foro del cine joven de Berlín. El rechazo del público y de la prensa fue muy fuerte. “El curso rápido de economía política propuesto es muy elemental y, además, demasiado caricaturesco como para ser aceptable como película didáctica. (…) Incluso en los pasajes ‘más serios’, el esfuerzo por ser ilustrativo se transforma en una moraleja primitiva. Hasta aparecen los antiguos romanos en sus lechos, para que al espectador le quede claro cuándo es justo el intercambio de mercancías.” (“Un asunto que se entiende”, DerAbend, Berlín, 26/05/71).

Tampoco las organizaciones estudiantiles ni los locales de proyección independientes, que habían ido aumentando con el tiempo, exhibieron mucho el film, lo que también tenía que ver con que el fraccionamiento entre los grupos cada vez era más extremo. Los partidos no podían aprobar nuestra película porque no había sido una idea de las comisiones correspondientes ni era una producción de sus propios miembros. Para los que rechazaban cualquier tipo de dogma, el film seguía siendo muy dogmático. Abandonamos el proyecto y nunca filmamos la tercera película para una formación marxista.

“Probablemente solo pueda comprobarse si se ha logrado la transformación de teoría en material didáctico cinematográfico considerando la aspiración propia del film, pensado como un proyecto con un destinatario determinado. Pero las imágenes y las escenas representadas no siempre logran vincularse de forma convincente con las tesis sostenidas y deberá comprobarse en la práctica en qué medida esta discrepancia puede resolverse en las discusiones con los grupos destinatarios. En comparación con los films anteriores, la ruptura del ascetismo didáctico mediante la incorporación de una nueva técnicas de citas, que apuesta a la experiencia cinematográfica de los espectadores, demuestra un cierto avance.” (Gertrud Koch, “El público como presa. Sobre las trasnoches de cine del Experimenta , Frankfurter Rundschau, 07/06/71)…»

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“Marx ha vuelto” por las redes sociales y las redes reales

El pasado 1 de mayo tuvo lugar el lanzamiento de «Marx ha vuelto», una miniserie de ficción en cuatro capítulos, basada en el Manifiesto Comunista de la cual participamos. Puede verse en este link el Capitulo 1 «Burgueses y proletarios»: http://youtu.be/eckwjxa0-w4 y acá el capitulo 2 «El mercado y las crisis capitalistas»: http://youtu.be/0VDOkgYpLWI (y cada nuevo capítulo se estrenará todos los jueves de Mayo).

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Entre el amplio grupo de trabajo implicado en esta realización, elegimos el día emblemático de la lucha de los trabajadores a nivel mundial para el lanzamiento, una gran fecha para hablar de Karl Marx. Tras la publicación online, el video saltó a distintos sitios de la izquierda, blogs político-culturales y especialmente miles de usuarios de Facebook (que crecen hora a hora) y comparten el video. El primer capítulo suma miles de seguidores por las redes sociales. Con subtítulos en inglés y francés (y próximamente en otros idiomas), los comentarios y felicitaciones llegan desde distintos lugares del mundo. Aunque sea una historia con «mucho de Argentina», Marx la hace automáticamente internacional, no podía ser de otra manera.

En el guión, “Marx ha vuelto está ambientada en la Argentina actual, que al igual que otros países sufre los embates de la crisis económica, allí los trabajadores de una fábrica gráfica (que en el país tienen una larga historia de lucha y organización) sufren suspensiones y despidos; un grupo de ellos se organiza para luchar mientras son dejados de lado por la burocracia sindical. Al mismo tiempo, Martín, protagonista de esta historia, se encuentra leyendo el Manifiesto Comunista (se lo pasa una militante), y termina por encontrarse con Karl Marx, sin quedar en claro si eso es sueño o realidad. A lo largo de los cuatro capítulos, en los cuales se van sumando personajes y giros, Karl Marx irrumpe en la historia con sus ideas revolucionarias sobre las clases sociales, las crisis capitalistas, el Estado y el Comunismo.

Esa es la trama que está en curso, con un tratamiento formal que explora el lenguaje de las redes sociales, montaje veloz y multiplicidad de recursos, elipsis marcadas y sin necesidad de «contar todo», con una duración de 13 min. cada uno, la historia se completa por la interactividad de los internautas. El reconocido actor Carlos Weber, interpreta a Karl Marx en esta miniserie. Carlos Weber, junto con Liliana Andrade, vienen trabajando durante años el personaje de Marx, para la versión argentina de la gran obra de Teatro Marx en el Soho del historiador Howard Zinn. Junto a él, trabajó un grupo de jóvenes actores de importante trayectoria en el teatro independiente nacional. Por una evocación documental, sus nombres reales coinciden con los personajes de ficción; y los extras son militantes, simpatizantes y activistas de izquierda dispuestos a participar de la construcción de las tomas. La propuesta de «miniserie» busca confluir con la explosión de este género en la actualidad. La utilización de las redes, con una realización muy cuidada, busca romper el elitismo del Cine de pantalla al que no accede toda la población, por costos y por tiempos de trabajo que impiden el goce de la cultura para la amplia mayoría.

Es muy interesante destacar que esta avanzada de Marx por redes virtuales, es continuidad de una avanzada por redes reales de trabajadores que estudian en Argentina el Manifiesto Comunista. La producción estuvo a cargo del IPS (Instituto del Pensamiento Socialista) y la realización por el grupo de cine Contraimagen y el canal de TV online TVPTS. Y forma parte de una iniciativa del PTS (Partido de Trabajadores Socialistas) en el Frente de Izquierda, para difundir las ideas marxistas en todo el país. Parte del financiamiento proviene del aporte económico de la banca del diputado Christian Castillo, cuya dieta va para un fondo puesto al servicio de apoyar luchas obreras y populares e iniciativas sociales y culturales. Los cuatro capítulos antes de su estreno online, cumplieron una primera etapa, como un material especialmente utilizado en los cursos sobre el Manifiesto Comunista que impulsó el IPS entre febrero y Marzo de este año en Argentina. Centenares de trabajadores y trabajadoras de todas las edades, jóvenes estudiantes, docentes, obreros de fábricas de la zona norte, sur y oeste del gran Buenos Aires, de Rosario, Córdoba, La Plata, Neuquén, Mendoza, Santa Fe, Jujuy, que por primera vez se acercan a la militancia en la izquierda, pudieron participar de una nueva propuesta de formación ideológica que incorpora la ficción audiovisual como parte de sus contenidos. El montaje final de los capítulos aprendió de estos cursos y los ajustes finales surgieron de esta experiencia colectiva que aún continúa. Esas redes reales de trabajadores están llenas de una nueva militancia clasista y de sindicalismo de base en Argentina, que los tuvo como protagonistas en huelgas y piquetes durante el Paro Nacional del 10 de Abril.

Desde el nacimiento del Cine, siempre se exploraron distintas propuestas para llevar las ideas de Marx a la pantalla, cuestión que esta revalorizándose en los últimos años con la aparición de libros, historietas, videos. El propio Lenin lo impulsó hace un siglo cuando planteó su famosa idea: “de todas las artes, el cine es para nosotros la más importante”. Veía en el nuevo arte el poder de hacer sentir las ideas, criticar e invitar a transformar el mundo; la antítesis de la brutalidad estalinista que momificó sus ideas. La explosión del lenguaje audiovisual como el medio hegemónico de comunicación, y las nuevas tecnologías interactivas, nos pone a aquellos realizadores que somos militantes frente al desafío de innovar en lo que podamos, si de lo que se trata es de criticar nuestro mundo y agitar las ideas revolucionarias. Mientras trabajamos, recordamos el sueño inconcluso de Einseinstein de realizar la película sobre «El capital»; la crítica a la alienación del trabajo en la genial «Tiempos Modernos» de Charles Chaplin; la explicación de la plusvalía a través de animaciones en «Me matan si no trabajo y si trabajo me matan», de Raymundo Gleyzer; los intentos de filmar El capital de Marx, hasta lograr concretar dos cortos sobre el mismo, de Harun Farocki; las «Noticias de la Antigüedad ideológica», de Alexander Kluge sobre Marx-Einseinstein y El capital, como también una gran cantidad de películas biográficas y documentales actuales como «Marx reloaded». No podía ser de otra manera. El lenguaje audiovisual se está mezclando continuamente, a lo largo de la historia se nutrió de los más importantes sucesos de la lucha de clases y las revoluciones. «Marx ha vuelto» apuesta a que en el lenguaje de nuestros tiempos, y en medio de una crisis económica internacional contra la que se levantan trabajadores y jóvenes; el montaje de imágenes, sonidos, personajes y recursos varios, expanda por la red las ideas revolucionarias del marxismo. Esta es una práctica actual del Cine militante.

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Artículo publicado en:

Consideraciones abstractas sobre problemas concretos [diferentes significados de la agitación y propaganda leninista]

Lo que sigue es un borrador, en todo caso una guía de trabajo llena de largas notas al pié, que quizás sean mas interesantes que el desarrollo propuesto. Es difícil superar las hojas de notas buscando la definición a un concepto mutante, de los que hay muchos en el marxismo. Ese concepto es el de «agitación y propaganda» leninista, que ya había abordado >>aquí<<. Venía intentando profundizar esa idea y leí >>este gran artículo<< de Fredy Lizarrague y Jonatan Ros sobre el Paro del 10A y la construcción de un partido leninista, lo que me decidió a darle forma en los últimos días.

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Creo que el concepto de «agitación y propaganda»[1] es importante no solo por la posibilidad, sino por la necesidad de sostener un «discurso de masas» (agitación) desde el PTS, por la ubicación conquistada junto al Frente de Izquierda para la construcción de un partido revolucionario, como venimos haciendo por ejemplo con la campaña nacional por la absolución de los petroleros de Las Heras («discurso de masas» o «agitación» que no sea tan democratizante como poner un candidato presidencial «en carrera»). Mientras que la misma «propaganda» adquiere para nosotros otra escala, objetivos y formas antes no explorados.

Lo que subyace a mi anterior articulo en este blog sobre esto, es el hecho de que intentando profundizar el estudio de los problemas de la comunicación de masas de una organización revolucionaria, sucedió que desde cualquier punto que intentara profundizar, me encontraba de lleno con la acción política, alejándome de la lógica de «los medios de comunicación» como se entienden en la actualidad para la formación de partidos políticos. La «agitación» por la acción, o la «propaganda» ligada a la experiencia que ahí planteaba creo que es el punto de partida para entender uno de sus significados leninistas (que se desprenden de las lecciones estratégicas de la III internacional revolucionaria), a mi entender el fundamental para poder encarar como es necesario sus otros usos. El mismo concepto tiene cierta movilidad y evolución en el bolchevismo y no refiere siempre a lo mismo, aunque estoy seguro que en su acepción positiva jamás se refiere al mero «discurso» ni a «difundir ideas» o «realizar campañas» desde afuera sobre la clase obrera y las demás clases oprimidas, sino que refiere a una relación estrecha entre «experiencia y conciencia» desde adentro de la clase obrera, y hay que considerarlo también parte constitutiva e indisoluble de la táctica del «frente único».

En su acepción negativa, que está señalada en el artículo de FL y JR[2], refiere a la crítica del plano meramente discursivo y estéril de una «secta comunista», lo que al decir de Trotsky sería además una concepción «idealista», como plantea en la «Respuesta al camarada Gorter«. En este discurso al C.E. de la Internacional Comunista en 1920, ataca al grupo de Holanda quienes pretendían para él «formar un grupo escogido de agitadores, propagandistas, escritores que, sin rebajarse a acciones tan vulgares como la participación en las elecciones o en el movimiento sindical, educarían a las masas mediante discursos y artículos impecables, hasta el momento en que estas masa pudieran llevar a cabo la revolución comunista…» Trotsky enmarcaba esta concepción dentro de «La propaganda entendida de forma completamente idealista, en el sentido de los divulgadores racionalistas del siglo dieciocho»[3].

y le opone a esto la agitación ligada a «un partido de combate». Creo que esa idea desarrollada en la polémica contra este grupo del «ala izquierdista» que ni siquiera quería presentarse a elecciones, es útil aún hoy en Argentina, donde el espejismo del parlamento brilla en los ojos de algunas organizaciones que pretenden fundar movimientos socialistas desde los sillones.

Antes de continuar el desarrollo que espero sea poco engorroso, quiero señalar que considero lícito plantearse que en la teoría y práctica de la III internacional revolucionaria, también en la táctica de frente único, con la «agitación y propaganda» como parte constitutiva, subyace una teoría y práctica materialista de la transmisión de ideas, donde solo «el combate» permite abrir la puerta de la escuela y donde la política manda. La constante apelación a la idea de «educación» de la vanguardia obrera y las masas que leemos en los textos estaría incorporada a esta lógica. No hay que abrazar la idea de un «partido educador» para pensar esto, ni caer en la lógica de un «partido de masas» con largos tiempos reformistas de desarrollo. Los ritmos de esa «transmisión» están dados por la lucha de clases con sus triunfos y derrotas, donde «el tiempo» se altera, y si se avanza sus niveles abarcan desde la introducción del marxismo y su programa en la clase obrera expresado en la organización de un partido de vanguardia; a niveles más amplios como popularizar aspectos del programa revolucionario y lograr la transmisión de «fragmentos» de ideas marxistas en amplias capas avanzadas de trabajadores, la intelectualidad y el arte; y podría abarcar como subproducto (de grandes combates) que sectores de masas adquieran sensibilidades que señalen en un sentido anticapitalista, aunque seguramente más cercanas al mito que a lo racional.

La tendencia a unir «discurso» y practica en un mismo acto, lo cual si «el discurso» es comunista  llevará inevitablemente a la batalla, es parte del bolchevismo. Incluso la separación entre discurso y practica, y «el temor al combate» terminaría por debilitar el contenido comunista de la propaganda y la agitación, como se plantea en las «tesis sobre la táctica» [4]. De ahí surge la idea de la «agitación por acciones» o «la propaganda por hechos» que es citada directamente, por ejemplo, para definir los «métodos de agitación y propaganda» entre las mujeres, dándole distinto contenido para el Estado Obrero, que para «los países capitalistas» obviamente, pero con la misma matriz lógica[5]. Este uso del concepto se puede encontrar planteado en distintos textos de los cuatro primeros congresos de la III internacional. Es la misma base por la cual leer el apartado «agitación y propaganda» de las «Tesis sobre la estructura, los métodos y la acción de los partidos comunistas» (1921) es adentrarse en toda una práctica de estructuración donde se podría decir que la clave parte casi de la acción hombre a hombre, como si se tratara de la infantería luchando cuerpo a cuerpo en el campo de batalla[6].

Pero esta tendencia a unir discurso y practica en un mismo acto, o que las «acciones sean arma de agitación y propaganda» no deja de lado que entre la acción y la conciencia media siempre el tiempo. Y que la agitación (en el sentido más discursivo del término) es necesaria en la preparación de los objetivos del combate, como incluso posteriormente en la explicación del triunfo o las derrotas. Y sobre todo la «agitación y propaganda» es el método por el cual las acciones se hacen conscientes a los trabajadores como parte de un plan estratégico general, conclusión que nunca surge de la realidad misma, ni del combate. Si la «agitación» discursiva no «explica» la acción, esta podría no servir al plan general, y por lo tanto a la transmisión de las ideas comunistas. Esta idea creo que también se expresa en el leninismo, por ejemplo en un texto inconcluso de Lenin llamado «confusión entre pedagogía y política» que data de 1905. En él señala la necesidad constante de «ir a las masas» y elevar su conciencia para volverla «fuerza activa» pero señala que: «Como ya hemos dicho, esta labor es necesaria siempre: después de cada derrota se puede y se debe recordar esta labor y hay que remarcarla, pues la debilidad en este sentido es siempre una de las causas de la derrota del proletariado. Después de cada victoria, también es preciso recordarla siempre y subrayar su importancia, pues de otro modo la victoria será aparente, sus frutos no serán seguros, su significado real desde el punto de vista de toda la gran lucha por nuestro objetivo final será insignificante y hasta podría resultar negativo (a saber, en el caso de que una victoria parcial debilite nuestro espíritu de vigilancia, atenúe la desconfianza hacia los aliados inseguros y permita dejar pasar el momento de asestar nuevos y más fuertes golpes al enemigo).»

Esta idea despierta varias reflexiones. Refuerza para mí el hecho de que «la agitación y propaganda» independiente es parte constitutiva de la táctica de Frente Único, en todos los «usos» del término, sobre todo si hay victorias parciales.

También cabe pensar que aunque la realidad en momentos revolucionarios tiende a explicar nuestro programa, nunca los aspectos parciales del programa explicados o aplicados en la realidad llevan a «explicar» la estrategia. Acá cabe otra reflexión, que se liga al anterior post en este blog sobre este tema donde tomaba el ejemplo de Zanon y lo que implicaba como «pedagogía» del programa. Zanon ocupa el lugar que ocupa en el imaginario de la vanguardia de izquierda en Argentina por los hechos, pero también es un codeterminante de esto «la explicación» agitativa del PTS y sus dirigentes obreros de lo que Zanon fue y es, en el sentido más «discursivo» del término.

Cabe plantearse también que el problema de la superación de la «doble conciencia» de la clase obrera en Argentina que fue parte de un debate en «Ideas de izquierda» llama a pensar en esta lógica propuesta por Lenin. Si tomando la cuestión de la “doble conciencia” en la historia de la clase obrera argentina, esta no sería solamente un mero “economicismo”, sino la yuxtaposición de una relación más o menos “orgánica” con la izquierda en el terreno de la lucha de clases (económica en primera instancia pero que incluye rápidamente la relación con burocracia sindical, la patronal, la policía, el ministerio de trabajo y el gobierno) y una posición de seguir prestando apoyo a partidos patronales como el peronismo en el terreno político. La agitación cobra especial importancia, porque grandes combates sindicales no van a ser vistos como parte de un «plan comunista», aunque la existencia del Frente de Izquierda permita achicar esta brecha política. Por eso tanto «la agitación y propaganda» política del PTS en todos sus niveles y a través de todos sus medios de comunicación[7], como la utilización de sus bancadas parlamentarias en este sentido se vuelven clave.

Por último cabría señalar un significado más de la «agitación» que, apoyado sobre los usos anteriores, comprendería un «discurso de masas» (agitación) que no estaría directamente ligado «al combate», ni limitado a los sectores avanzados de la clase obrera. En este sentido, como siempre lo primero es el contenido revolucionario del programa y las consignas para hacer «agitación y propaganda». Pero caben las siguientes preguntas a responder: ¿Es exactamente lo mismo el «programa revolucionario» que el «discurso de masas» (agitación) de una organización, o son una dualidad que se puede permitir entrar en discordancia aparente? ¿Puede pensarse entonces la «agitación» de masas con el objetivo de abonar el camino para la puesta en práctica del programa revolucionario, aún en momentos de revolución? Para adelantar una opinión, creo que aún en tiempos revolucionarios cuando las masas tienden a un programa rojo e incluso lo aplican, el «discurso de masas» (agitación) de un partido revolucionario no debería pensarse exactamente como lo mismo que «el programa» de ese partido (aunque eso se busque siempre), porque en aquel aspecto quizás lo que se pone en primer plano es «la formación de hegemonía»[8]. Es decir, creo que a este nivel la «agitación de masas» se debería pensar desde la articulación de un discurso que permita a la clase obrera conquistar la «jefatura» de los demás sectores oprimidos de la sociedad, «discurso» que en la lógica bolchevique siempre está ligado a la acción, con objetivos específicos en cada situación concreta, como así también para lograr el momento definitorio de la toma del poder.

Este caminar por diferentes significados de la agitación y propaganda (espero que sin resbalarme mucho) quizás sirva para pensar problemas concretos que voy a intentar abordar mas adelante.

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NOTAS:


[1] Utilizo acá la formulación básica para la distinción entre «agitación y propaganda» de la cual sería autor Plejanov en un folleto llamada Las tareas de los socialistas en la lucha contra el hambre en Rusia y fue citada en una polémica del «Que Hacer» de Lenin: «El propagandista comunica muchas ideas a una sola o a varias personas, mientras que el agitador comunica una sola idea o un pequeño número de ideas, pero, en cambio, a toda una multitud» // Dicha distinción es evidente que solo puede ser un punto de partida correcto pero muy general.


[2] En el artículo se cita la III internacional: “Desde el primer momento de su fundación, la Internacional Comunista se planteó como objetivo, claramente y sin equívocos, no la formación de pequeñas sectas comunistas que intentasen ejercer su influencia sobre las masas obreras únicamente mediante la agitación y la propaganda, sino la participación en la lucha de las masas obreras, guiando esta lucha en el sentido comunista y constituyendo en el proceso del combate grandes partidos comunistas revolucionarios”.


[3] Discurso al C.E. de la Internacional Comunista en 1920 / La cita completa a la que me refiero plantea: «¿Qué opina pues Gorter? ¿Qué es lo que quiere? Propaganda. En realidad todo su método se reduce a esto. «La revolución», dice, «no depende de las necesidades y de las condiciones económicas, sino de la conciencia de las masas; y esta se forma mediante la propaganda». La propaganda entendida de forma completamente idealista, en el sentido de los divulgadores racionalistas del siglo dieciocho. ¿Si la revolución no depende de las condiciones de existencia de las masas, o al menos más de la propaganda que de esas condiciones, por qué no la habéis hecho en Holanda? En realidad lo que queréis es sustituir un método eficaz para el desarrollo de la Internacional por la propaganda y la selección de trabajadores aislados. Queréis una Internacional pura. No sé de qué Internacional de «puros» se puede tratar, pero vuestra propia experiencia holandesa os tendría que haber enseñado que con esta forma de actuar se producen graves desacuerdos en la organización mejor seleccionada.
El idealismo del camarada Gorter le hace caer en una contradicción tras otra. Empieza por la propaganda, que para él comprende toda la educación de las masas, y afirma acto seguido que las revoluciones se llevan a cabo con hechos, no con palabras. Una afirmación necesaria para la actividad antiparlamentaria. Es poco edificante que el camarada Gorter tenga que pronunciar un discurso de hora y media para probarnos que las revoluciones se hacen con hechos y no con palabras. Sin embargo le oímos afirmar anteriormente que las masas pueden ser preparadas por la propaganda, es decir por los discursos. El hecho de que Gorter quiera formar un grupo escogido de agitadores, propagandistas, escritores que, sin rebajarse a acciones tan vulgares como la participación en las elecciones o en el movimiento sindical, educarían a las masas mediante discursos y artículos impecables, hasta el momento en que estas masa pudieran llevar a cabo la revolución comunista, lo repito, muestra que sus ideas están profundamente penetradas de un espíritu individualista.» (Versión en español / Versión en inglés)


[4] Tercer Congreso de la III Internacional / «Tesis sobre la táctica» (Redactadas por Rádek, presentadas por la delegación rusa) / 4. «la situación en el seno de la internacional comunista»:  «Así como en otros países la tarea de los partidos comunistas convertidos en partidos de masas reside en gran medida en tomar la iniciativa de las acciones de masas, en Inglaterra la tarea del Partido comunista consiste ante todo, sobre la base de las acciones de masas que se desarrollan en la realidad, en demostrar con su propio ejemplo y en probar que los comunistas son capaces de expresar con precisión y coraje los intereses, las necesidades y los sentimientos de esas masas.

Los partidos comunistas de masas de Europa central y occidental se hallan en plena formación de sus métodos de agitación y de propaganda revolucionaria, en plena formación de los métodos de organización que corresponden a su carácter combativo, en plena transición de la propaganda y de la agitación comunistas a la acción. Ese proceso es obstaculizado por el hecho de que en muchos países la entrada de los obreros convertidos en revolucionarios en el campo del comunismo se realizó bajo la dirección de jefes que aún no superaron sus tendencias centristas y que no están en condiciones de llevar a cabo una eficaz agitación y propaganda comunista en el pueblo, que temen además a esta propaganda porque saben que conduciría a los partidos a combates revolucionarios.

Esas tendencias centristas provocaron en Italia la escisión del partido. Los jefes del partido y de los sindicatos agrupados alrededor de Serrati, en lugar de transformar los movimientos espontáneos de las masas obreras y su creciente actividad en una lucha consciente por el poder, lucha para la cual la situación estaba madura en Italia, dejaron que esos movimientos se diluyeran. El comunismo no era para ellos un medio de agitar y de concentrar a las masas obreras para el combate. Y como temían el combate, debieron debilitar la propaganda y la agitación comunistas y conducirlas a las aguas centristas. Reforzaron de ese modo la influencia de los reformistas como Turatti y Treves en el partido y como Aragona en los sindicatos. Como no se distinguían de los reformistas ni por la palabra ni por los actos, tampoco quisieron separarse de ellos. Prefirieron separarse de los comunistas. La política de la tendencia Serrati, al fortalecer por una parte la influencia de los reformistas, creó además el doble peligro de fortalecer a los anarquistas y a los sindicalistas y de engendrar tendencias anti parlamentarias, izquierdistas únicamente de palabra, en el propio partido.»


[5] Tercer Congreso de la III Internacional  / «Tesis para la propaganda entre las mujeres» / «Métodos de agitación y de propaganda»:  «Para realizar la misión fundamental de las secciones, es decir la educación comunista de las grandes masas femeninas del proletariado y el fortalecimiento de los cuadros de los campeones del comunismo, es indispensable que todos los partidos comunistas de Oriente y de Occidente asimilen el principio fundamental del trabajo con las mujeres, que es el siguiente: “agitación y propaganda por medio de hechos”.

Agitación por medio de hechos quiere decir ante todo acción para despertar la iniciativa de la obrera, para destruir su falta de confianza en sus propias fuerzas y, movilizándolas en el trabajo práctico en el dominio de la organización y de la lucha, para enseñarle a comprender por medio de la realidad que toda conquista del partido comunista, toda acción contra la explotación capitalista, es un progreso que alivia la situación de la mujer. “De la práctica a la acción, al reconocimiento del ideal del comunismo y de sus principios teóricos”, ese es el método con el cual los partidos comunistas y sus secciones femeninas deberán abordar a las obreras. (…) La propaganda de la idea comunista mediante los hechos consiste, en la Rusia de los Soviets, en introducir a la obrera, la campesina, el ama de casa y la empleada en todas las organizaciones sovietistas, comenzando por el ejército y la milicia y terminando por todas las instituciones que tienden a la liberación de la mujer: alimentación pública, educación social, protección de la maternidad, etc. Una tarea particularmente importante es la restauración  económica en todas sus formas, a la que es preciso atraer a la obrera.

La propaganda por medio de los hechos en los países capitalistas tenderá ante todo a movilizar a la obrera en las huelgas, en las manifestaciones y en la insurrección en todas sus formas, para que templen y eleven la voluntad y la conciencia revolucionarias en el trabajo político, en el trabajo ilegal (particularmente en los servicios de enlace), en la organización de los sábados y domingos comunistas, mediante los cuales las obreras simpatizantes, las empleadas, aprenderán a ser útiles al partido con su trabajo voluntario. El principio de la participación de las mujeres en todas las campañas políticas, económicas o morales emprendidas por el partido comunista sirve también al objetivo de la propaganda por medio de los hechos.


[6] Una cita como ejemplo, del apartado «agitación y propaganda»: «21. Las formas principales de propaganda y de agitación comunistas son: entrevistas personales verbales, participación en los combates de los movimientos obreros sindicales y políticos, acción ejercida por la prensa y la literatura del partido. Cada miembro de un partido legal o ilegal debe, de una forma u otra, participar regularmente en esta actividad. La propaganda personal verbal debe ser llevada a cabo en primer lugar a modo de agitación casa por casa, organizada sistemáticamente y confiada a grupos constituidos especialmente con ese objeto. Ni una sola casa, situada en la esfera de influencia de la organización local del partido, debe quedar al margen de esta agitación. En las ciudades más importantes, una agitación callejera, especialmente organizada mediante carteles y volantes, puede lograr buenos resultados. Además, en las fábricas y los talleres es necesario organizar una agitación personal regular, llevada a cabo por las células o fracciones de partido y acompañada de distribución de literatura.

En los países en cuya población existen minorías nacionales, el deber del partido consiste en conceder toda la atención necesaria a la propaganda y la agitación en los sectores proletarios de esas minorías. La agitación y la propaganda deberán naturalmente ser realizadas en la lengua de las minorías nacionales respectivas. Para ese objeto, el partido creará organismos apropiados.»


[7] Tercer Congreso de la III Internacional / Un extracto del punto VI «La prensa del Partido» en las «Tesis sobre la estructura, los métodos y la acción de los partidos comunistas» / «41. (…)  Así, después de cada huelga o lock-out, durante los cuales el diario defendió franca y enérgicamente los intereses de los obreros combatientes, debe organizarse inmediatamente después del fin de la huelga, un trabajo de divulgación de hombre a hombre con los obreros que hicieron la huelga. No solamente las fracciones comunistas de los sindicatos y de las profesiones movilizadas por la huelga deben realizar la propaganda del diario en su lugar de trabajo por medio de listas y de formularios de suscripción sino también, en la medida de lo posible, debe conseguirse las listas de los obreros que hicieron huelga así como sus direcciones para que los grupos especiales encargados de los  intereses del diario puedan realizar una enérgica agitación casa por casa.

También después de toda campaña política electoral que ha despertado el interés de las masas, debe ser realizada una agitación sistemática casa por casa por los grupos de trabajadores encargados especialmente de esta tarea en los diferentes barrios obreros. Durante las épocas de crisis política o económicas latentes, cuyos efectos se hacen sentir en las masas obreras bajo la forma de un encarecimiento de la vida, de la desocupación y otras miserias; hay que tratar de obtener, si es posible, luego de una hábil propaganda contra esas miserias, y por intermedio de las fracciones sindicales, listas de obreros organizados en los sindicatos a fin de que el grupo especial encargado de los intereses del diario pueda continuar una sistemática agitación casa por casa.»


[8] Este sería el lugar por ejemplo de la «agitación de masas» con «Todo el poder a los soviet», que un momento enfrentaba a las direcciones reformistas del movimiento de masas y señalaba a las masas mismas un camino contra sus ilusiones. «Paz, Pan, Tierra» expresaría una política de hegemonía hacia los campesinos, ademas de convertirse en transicionales.

 

La tensión hacia el objetivo y la agitación leninista en Argentina

Si es lícito plantearse la posibilidad que la emergencia de la izquierda se asienta sobre bases sociales que no responden solo a movimiento de coyuntura, sino a procesos más «orgánicos», e «históricos», como el agotamiento del peronismo en el movimiento obrero. Si la nueva ubicación conquistada abre tanto oportunidades enormes, como peligros igual de grandes, de lo que se trata es de responder a la pregunta ¿Qué trotskismo va a surgir de todo esto? porque de eso dependerá la victoria o la derrota en los procesos de crisis que se vienen. Está en juego la fisonomía de la izquierda para toda una etapa histórica.

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En este sentido un compañero me decía hace unos días mientras hablábamos sobre el articulo «El partido leninista como instrumento de combate»: «sorprende que la izquierda Argentina, cuanto más influencia adquiere, y más oportunidades tiene, más piensa en cualquier cosa menos en construir un partido revolucionario. Todos dicen ‘ahora hagamos algo amplio’ donde diluirnos (y perder la oportunidad planteada).» Lamentablemente tiene razón, esto sucede dentro y fuera del Frente de Izquierda que es un actor político nuevo en la situación nacional. Las «ideas» van desde un movimiento popular socialista para PO, hasta un agrupamiento amplio que vaya desde la izquierda trotskista a la izquierda peronista para MST (algo a lo que tienden también grupos más cercanos), pasando por un partido de trabajadores con libertad de tendencias… pero ninguno está tensionado hacia el objetivo de aprovechar el momento, para construir un partido revolucionario de vanguardia con peso real en la clase obrera. Por supuesto que esto no es aceptado por quienes plantean estos «rodeos». Se presentarán estas políticas (si se sienten acosados «por izquierda»), en el mejor de los casos como «maniobras» para construir partido, en otros como políticas «hegemónicas» para «liderar e incidir» en la realidad, como si ya lo fueran. Se centra la practica militante en la «agitación política» en detrimento del trabajo estructural que necesita tenacidad gris y cotidiana. En este esquema ingenuo todo lo demás, en particular la política del PTS, es culpada de «sectarismo estéril», «izquierdismo purista», «obrerismo».

En nuestra tradición política, si hablamos de partido revolucionario hablamos de Lenin, aunque estemos en las estepas pampeanas y tengamos que pensarlo en nuestra geografía política y social concreta. Y hablar de Lenin hoy es descubrir la sonrisa del revolucionario, pateando la estatua caída estalinista y la repetición hueca de los clichés que quedaron.

A propósito de esto, desde hace unas semanas me vienen persiguiendo de día algunas definiciones que hace Trotsky en el artículo «Verdades y mentiras sobre Lenin». En él, Trotsky se muestra bastante indignado con Máximo Gorki a propósito del «retrato de Lenin» que el escritor ruso publica en 1925. Entonces dedica gran parte a discutir contra la descripción que Gorki hace de que «su pensamiento iba ‘en línea recta» (planteo que adelanta la estalinización del leninismo). Trotsky dice que ante una expresión tan deplorable le viene a la cabeza la definición del joven escritor Babel sobre Vladimir Ilich: «La curva compleja descripta por la línea recta de Lenin». Y agrega «Ésta es una verdadera explicación, a pesar de las apariencias, a pesar de la antinomia y la sutileza un poco rebuscada de los términos reunidos».

Trotsky plantea que si se ve obligado a explicar a Lenin en pocas palabras, «quisiera destacar que él estuvo ante todo ‘tensionado hacia su objetivo’.» «Lenin marchaba y conducía siempre hacia el objetivo por un camino lleno de complicaciones, por vías a veces muy indirectas» … y agrega algo interesante para la izquierda argentina: «Un crítico creyó descubrir una visión profunda explicándome que Lenin no se distinguía solo por su tensión hacia el objetivo, sino también por su habilidad para la maniobra…» y le responde «La tensión hacia el objetivo no indica necesariamente una conducta «en línea recta» ¿y qué importancia podría tener la flexibilidad de Lenin sin esta tensión, que no se relaja un minuto?».

Creo que si hay que ponerle nombre al objetivo de Lenin, este era el comunismo.

Creo también que volviendo sobre Argentina siglo XXI, la dialéctica que propone Trotsky para el leninismo («tensión hacia el objetivo estratégico y flexibilidad táctica») se invierte: prima la «flexibilidad» sin la tensión hacia el objetivo de la revolución socialista, y de todo lo que eso implica en términos de guerra civil, en lucha por el poder (ahí están nuestros años 70); para lo cual la clave es la construcción de un partido revolucionario con poder real y no sucumbir a la ilusión mediática y parlamentaria ocasional, justamente porque todo indica que puede no ser ocasional (pero una mala estrategia puede hacer que lo sea). De esta tensión hacia el objetivo surge el propósito del PTS de ir por los sindicatos, en busca de la conquista de poder real que ponga en crisis al régimen político y permita hacer verdaderas maniobras de clase, planteando verdaderos desafíos.

Esta «soledad» por ahora en la lógica y la práctica política, me lleva a reafirmar un segundo problema que son en realidad varios problemas. Muchos conceptos de uso común en nuestra militancia, y en la militancia común del «trotskismo», todos ellos teóricamente basados en «el leninismo», adquieren nuevo contenido. «Frente único», «organizar ampliamente», «fusionarse con el movimiento obrero», «unidad entre teoría y práctica», hacer «propaganda y agitación» revolucionaria, «parlamentarismo revolucionario», etc. todo entra en otro nivel. Unos porque pasan de la teoría a la práctica, otros porque ya no pueden implicar lo mismo, otros porque creo que hay que comprender qué significan realmente.

Entre todos ellos, intentando no perder «la tensión hacia el objetivo», pienso en el significado de la «agitación política», o mas específicamente el significado de la «agitación y propaganda leninista», como de especial importancia para el PTS en la próxima etapa, aunque creo que el concepto debe ser problematizado ya que es un cliché de la izquierda y por lo tanto falto de contenido. Toda la izquierda estaría por hacer «agitación, propaganda y organización», pero eso perdió cuerpo. Aún mas, algunas organizaciones de la izquierda, en teoría dan mucha importancia en su militancia a «la agitación política», lo que en realidad habría que considerarlo completamente falso en términos bolcheviques. Creo que la idea de la «agitación y propaganda» (el AGITPROP) mutó en sentido negativo, a mi entender, por dos razones: la primera es el estalinismo en el siglo XX, la segunda es la ausencia de procesos revolucionarios, con la consolidación de democracias burguesas y el desarrollo paralelo de los medios masivos de comunicación (lo que llevaría a una incomprensión del significado de la agitación leninista en este nuevo marco).

Tenemos que considerar que, alejada de cualquier concepción «mediática», la «agitación leninista» no es publicidad de las ideas por medios de difusión (aunque esto es una parte integrante), y se aleja de la «publicidad» en el sentido de solo buscar las «formas» de hacer más accesible a las masas el programa revolucionario por «medios masivos» (privados, públicos, o propios). Más aún se aleja de la fascinación en la TV y los medios por su capacidad de poder «ser visto y ser escuchado por todos, siempre” (con la consiguiente aceptación de las «reglas del juego mediáticas», su autocensura y superficialidad), seducción que presiona a la «video política», la construcción de partidos «mediáticos» sin militancia y fuerza social. Al contrario establece una relación entre teoría y práctica, donde la acción es parte integrante de la agitación, y la experiencia parte integrante de la propaganda, utilizando la comunicación de masas por los medios más modernos existentes, subordinada a esta práctica.

Pensando en esto, y en las experiencias del PTS sembrando ideas a nivel masivo, me acordé de un fragmento del libro de Mandel “control obrero, consejos obreros y autogestion”, escrito con el empuje del auge abierto en 1968. Creo que la definición que hace acá de “agitación propagandística” del programa revolucionario es lo que cabe a ZANON (y a la política del PTS en Neuquen) y lo que significa para el futuro [inmediato]… en este caso sobre la consigna de “Control obrero”: “¿Es una actitud utópica esperar que sea adoptada una orientación semejante por masas obreras cada vez más amplias “fuera de las crisis revolucionarias”? Esta objeción disfraza una concepción no dialéctica del desarrollo desigual de la conciencia de la clase obrera. Ella presupone una correspondencia mecánica entre las convicciones y las acciones de las masas trabajadoras. En realidad para que grandes masas obreras sean capaces de batirse inmediatamente por el control obrero, durante una gran explosión de la lucha, es necesario que se hayan familiarizado previamente con una consigna, y con toda la lógica que encierra, durante la fase anterior a esta explosión. Y tal preparación nunca será adecuada si se limita a la propaganda literaria, y si no se esfuerza, por lo menos ocasionalmente, por pasar de la propaganda a la agitación, y a la tentativa de transmitir esta consigna al cuerpo de los objetivos que persiguen por medio de combates parciales, desencadenados por sectores de la vanguardia. La experiencia práctica que se obtiene en estos combates, su efecto pedagógico sobre las masas más amplias, el entrenamiento en el manejo de esta orientación completamente nueva que ellas implican, todo esto constituye una etapa indispensable de la maduración de la conciencia de clase revolucionaria.

Esto evidentemente no significa que en un período de “calma”, la agitación y la acción puedan ser desencadenadas a la ligera alrededor de esta consigna explosiva. Esto significa simplemente que una vanguardia revolucionaria digna de este nombre debe seguir con la mayor atención el impacto de su propaganda por el control obrero en sectores avanzados de la clase obrera y, desde que constata que ha encontrado eco y que los trabajadores en mayor cantidad comienzan a actuar por sí solos en ese sentido, es su deber no descartar sino buscar, por el contrario, una experiencia parcial de agitación y de acción. Después de todo, la “diferencia” entre un período de “calma” y una fase revolucionaria, ¿no podría remontarse precisamente a través del eco que provoca la lucha por el control obrero en una fábrica importante, a una ciudad o a una región?”

Zanon es esa “experiencia práctica” obtenida en el combate, hoy tiene un enorme “efecto pedagógico” amplio. Las ideas son materiales. Kraft fue lo mismo en otro nivel. Debemos pensar que en la próxima etapa los combates por ganar Sindicatos tendrán el mismo efecto pedagógico de masas, con triunfos y derrotas. La tarea a futuro entonces será crear dos, tres… muchos verdaderos AGITPROP leninistas en Argentina.

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Artículo publicado en:

Plan para cazar el espiritu que habita en internet

Queremos iniciar una serie de artículos intentando abordar un tema sobre el que hay varios terabytes escritos: las relaciones entre “nuevas tecnologías” (internet), su impacto cultural, y la lucha de clases o “los movimientos sociales” en el siglo XXI. Desde hace tiempo venimos tomando el tema, también buscando entender la movilidad del lenguaje de las imágenes en el siglo XXI y los cambios en la realizaciónEl debate no es menor por varias razones, buenas y malas.

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En primer lugar, si tomamos en serio los lugares comunes que cruzan muchas de las teorías de moda que se difunden en libros, revistas y suplementos, las nuevas tecnologías de la información y comunicación tendrían un impacto tal que deberían llevar a repensar los esquemas de organización y lucha social del siglo XXI. Si esto es verdad, es del mayor interés para los movimientos revolucionarios que quieren terminar con el capitalismo, o sea: es de interés para el trotskismo;  y si no es verdad, habría que prefigurar en que escalón de la ideología se encuentra esta idea que impregna el momento. Por otra parte, tratándose en gran medida de un «sentido común» que está asociado a procesos de movilización popular y no solo a teorías académicas, no es correcto obviar su recurrencia o influencia, con más razón si se considera que de conjunto constituyen concepciones erradas (lo que tiene que ser demostrado).

Tras décadas de retroceso de la izquierda y el movimiento obrero, con la crisis del capitalismo, lo que está planteado es la posibilidad de la recomposición de la subjetividad revolucionaria y potencialmente del marxismo como teoría y guía de acción practica para cambiar el mundo. Pero aunque las ideologías no son posesiones fijas sino procesos sociales, no será la posible irrupción de la clase obrera con sus métodos la que limpie la escena intelectual, sobre todo la escena intelectual de la propia clase obrera. En un proceso continuo las ideologías se superponen, compiten, chocan, se hunden o se refuerzan unas a otras, y en la actual situación «la mezcla» y «la hibridez» parece que será el tono dominante aún si se avanzara a procesos de revolución abierta y «clásica». En uno de los planteos sobre las ideologías que hace Marx, las señala como las «formas en que los hombres se hacen conscientes del conflicto que los rodea [entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción] y luchan por resolverlo«. No importa en este sentido si esta «forma consciente» que se adquiere en la lucha es «científica» o «falsa», será una guía para la acción practica de los movilizados. Es así que seguramente mutaciones de estas ideologías actuales, que aunque parten de internet y la comunicación no hablan solo de internet y la comunicación, tendrán su lugar e influencia en los procesos sociales futuros, y por lo tanto hay que debatirlas.

Por otra parte existe una «base material» evidente para la recurrencia de las ideas que dan preponderancia a las nuevas tecnologías en la lucha de clases: es que justamente surgió una nueva tecnología de comunicación de masas particular, que como fenómeno social origina cambios en la percepción y en las relaciones humanas en el sentido más amplio y capitalista del término (abarcando desde las relaciones personales, al comercio, la guerra y potencialmente al arte, lo que no es poco…). Para ilustrar la idea sirve recordar por ejemplo cómo Umberto Eco trataba los debates ante el surgimiento y extensión de la TV en su libro «Apocalípticos e integrados». Discutiendo contra aquellos que le negaban implicancias profundas en la percepción, y que subiendo varios escalones le negaban incluso relevancia en el plano estético por ser «solo un medio de comunicación», responde que «es grave, en efecto, no darse cuenta de que, si bien la TV constituye un puro fenómeno sociológico, hasta el presente incapaz de dar vida a creaciones artísticas verdaderas y propias, aparece sin embargo, como fenómeno sociológico precisamente, capaz de instituir gustos y tendencias, de crear necesidades, esquemas de reacción y modalidades de apreciación, aptos para resultar, a breve plazo, determinantes para los fines de la evolución cultural, incluso en el campo estético.»  Si acá estamos hablando de la percepción en un sentido tan elevado que podría cambiar la idea de lo que es bello, imaginemos las implicancias «de ahí para abajo». La profundidad de esto por el surgimiento de internet es parte del debate, pero trazar este paralelo sirve para demostrar lo difícil que es percibir el cambio en medio del cambio, y encontrar qué puede haber de bueno o malo en todo esto sin aferrarse a lo viejo conocido y tradicional. El aspecto del cambio cultural más general, que puede implicar transformaciones del lenguaje, en especial del lenguaje audiovisual, es otro de los aspectos que nos interesan, por necesidad y por practica militante.

Una razón más para encarar esta serie de notas es que ya hace rato pasa que hablando del tema con nuestros propios compañeros de militancia, nadie tiene acuerdo con nadie, y a veces se termina oscilando demasiado entre los prejuicios o el desdén esquemático, a la aceptación parcial de teorías celebratorias superficiales en cuanto a «las nuevas tecnologías».

Si el debate ya es complejo, hay que señalar dos problemas adicionales para encarar un plan de operaciones que permita cazar el espíritu que habita en los cables. El primero es que no existe una teoría hegemónica en este área, sino un conjunto de planteos diversos que igualmente parecen tener puntos comunes. Incluso más allá de este debate particular, en la ideología de «los movimientos sociales» actuales no hay un intelectual como Tony Negri que sea referente obligado, como fue a principios de siglo. Todo lo cual provee al fantasma de innumerables sitios para ocultarse. En segundo lugar, desde el punto de vista geográfico el hábitat ideológico es diferente. Al parecer en Europa y EEUU, donde la «lucha de clases» es de más baja intensidad, las ilusiones sobre revoluciones virtuales y la fascinación por las redes y su influencia es superior; mientras que en el norte de África y Oriente, en especial en Egipto, el fantasma huye bajo las balas del régimen militar, porque los miles de muertos en las calles, la represión, la acción directa, no dan lugar al crecimiento de ilusiones virtuales. Y en América Latina por ahora el debate de las comunicaciones es otro, regido por las iniciativas de los Estados y gobiernos post-neoliberales, donde el paradigma por izquierda es «Telesur» y la pelea es a partir de «leyes de medios democráticas», detrás de las cuales se ocultan otras ilusiones que no son parte de esta discusión de manera directa; aunque ahí donde surgen procesos de lucha, como en Chile, Brasil o México, el fantasma del «poder de las redes» se corporiza.

Plan de trabajo:

Como es de esperarse, las intensiones de quienes pretenden investigar delimitan el esquema de trabajo y los interrogantes. Se pueden distinguir cuatro ejes de debate fundamentales, los cuales no coinciden en su totalidad con las preguntas habituales sobre el tema:

Tecnología y cultura ¿Cuál es el método?

Para poder responder a la pregunta ¿Cuál es el alcance del cambio cultural provocado por la aparición de una nueva tecnología como internet? hace falta intentar responder al mismo tiempo una pregunta más importante y difícil: ¿Cual es el método correcto para entender las relaciones entre cambios tecnológicos y cambios culturales? En última instancia es una reactualización de los debates sobre la cultura de masas, iniciados por la Escuela de Frankfurt, enfrentando lo que deben considerarse versiones del determinismo tecnológico[1], y tomando como base la dialéctica implacable que planteó Marx como método para comprender la dualidad de los fenómenos culturales bajo el capitalismo[2].

En un aspecto más puntual nosotros planteamos que Internet ocupa un lugar particular en la actualidad porque sus instituciones están aun en formación, lo que lleva a pujas entre grandes empresas y estados para su control y regimentación. Mientras reconocemos que la interactividad es un salto cualitativo respecto de los medios tradicionales, nos separamos de las ideologías celebratorias que plantean que es un medio democrático, horizontal y plural, puesto que es un medio en manos de nuevos gigantes de la comunicación y “la cultura” de la propiedad privada; pero sostenemos que dos «imprevistos» son fundamentales en este momento de institucionalización: el surgimiento de un sentido común de masas que ataca la idea de propiedad intelectual y defiende la libertad de expresión; y la crisis capitalista que hace surgir nuevas intensiones de uso de esta tecnología en quienes salen a la lucha[3].

Un debate sobre el poder

Uno de los debates más importante que trae el estudio de las relaciones entre nuevas tecnologías y lucha de clases es sobre «el poder». Todos los que escriben sobre esto de manera no superficial, se ven obligados a abordarlo de alguna manera. Ya sea formulando hasta donde la utilización de «nuevas tecnologías» podría crear «contrapoder», pasando por planteos sobre «el poder ciudadano», «redes de poder y contrapoder», «poder estatal», etc. llegando tangencialmente a debates sobre por qué no hay que luchar ya por «tomar el poder», el balance de la catástrofe estalinista y el «socialismo realmente existente». Formular que una tecnología tiene papel preponderante en los procesos sociales que logran tirar abajo regímenes políticos es parte de lo mismo.

Para una estrategia revolucionaria trotskista, esto lleva a introducir un debate sobre la constitución de organismos de «doble poder», la centralidad obrera, la hegemonía, la autoactividad de las masas, y el rol del partido. A su vez las posibilidades nuevas de comunicación e interconexión pueden ser instrumento que facilite la difusión de tácticas políticas audaces, para la construcción de una organización por la toma del poder[4].

Problemas de programa y táctica militar

Derivado directo del debate sobre «el problema del poder», se desenvuelve un desafío programático respecto de los nuevos medios de comunicación para la izquierda, que en mi opinión es mas abarcativo a los medios de comunicación de masas «tradicionales», y para la industria cultural de conjunto. ¿Qué política levantar frente a las regulaciones, nuevas legislaciones, intensiones de uso de una tecnología cuyas instituciones están en proceso de formación? y más importante aún ¿Qué estrategia y tácticas concretas implementar en un proceso de revolución abierta?. La búsqueda de una respuesta a esta segunda pregunta evidencia un problema táctico militar no desechable por nadie que considere seriamente terminar con el capitalismo y enfrentarse a todo lo que esto implica. Por un lado el esquema de militancia actual está demasiado imbricado con las redes de telefonía móvil e internet. Lo que lo hace de fácil seguimiento desde un punto de vista represivo y de espionaje, y demasiado dependiente a la hora de las comunicaciones.

Hay que tomar en cuenta que además de las leyes de regulación y control que se están implementando a nivel internacional, en aquellos lugares donde se desataron procesos revolucionarios como en Egipto entraron directamente en juego «tácticas político militares», sobre las comunicaciones, desde ambos bandos. El gobierno egipcio desató un apagón de cinco días sobre internet y la telefonía móvil en plena revolución que no pudo desarticular el proceso, entre otras cosas porque los sectores movilizados debieron echar mano sabiamente de una «vieja tecnología» para la necesaria coordinación: los radioaficionados. También sectores de la burguesía de EEUU se preguntan si no es necesario prepara un «botón rojo» para apagar la red en caso de crisis[5].

¿Un cambio en el lenguaje y en la percepción?

Nuevamente ¿Cuál es el alcance del cambio cultural provocado por la aparición de una nueva tecnología como internet? Existe un problema del lenguaje y la percepción que vuelve a aparecer con el auge de internet y el crecimiento exponencial de los flujos de información ¿Qué cambios implica? ¿Porqué es negativa la relación actual entre lenguaje de imágenes y la letra escrita? esta pregunta lleva a plantearse el problema de la progresiva caída del texto bajo la hegemonía de la imagen y el texto corto. ¿Qué implicancias tiene esto a nivel cultural? ¿Qué implicancias tiene para los que hablamos el lenguaje de las imágenes?[6]¿Y para la recomposición de la subjetividad revolucionaria de la clase obrera?

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Está claro que este plan delimita un espacio de trabajo demasiado abarcativo, y a su vez cada punto solo vale como un «título» incompleto. También hay temas en los cuales no vamos a meternos, pero el propio «plan» actúa ya como artículo de opinión en muchos aspectos. Además el planteo no es tratar estos interrogantes de manera abstracta y cronológica, sino como aspectos que se van cruzando frente a análisis concretos de situaciones o debates concretos, para lo cual un método será el comentario de libros y artículos. En breve esperamos subir un comentario al libro «Redes de comunicación y esperanza» de Manuel Castells, quien es un referente obligado respecto de este área. Por otra parte la idea es que ante la evidencia de que tal plan general es excesivo, quizás pueda sumar más gente a la caza del espíritu que parece habitar en las redes.

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CITAS:

(1) Claudio Katz establece un muy buen debate sobre el determinismo tecnológico con Manuel Castells a propósito de su trilogía «La era de la información». Vale una cita: «Esta adopción de un instrumento técnico como referencia de la interpretación social es el principal rasgo y defecto del determinismo tecnológico. Tradicionalmente el tecnologismo partía de algún artefacto específico (máquinas, ferrocariles, radios, automóviles, televisores, etc) y le atribuía un papel definitorio de la cultura, los comportamientos o la evolución de cada sociedad. La red es elemento actualizado de esta misma visión. En la trasposición simplemente se olvida que las redes conectan a operadores financieros o comunican a las empresas con sus proveedores, pero no definen nunca el tipo de relación que establecen los distintos grupos humanos. Los aparatos, instrumentos y mecanismos técnicos dependen de procesos sociales y no a la inversa, como creen los tecnologistas.» (C. Katz / El Enredo de las Redes. Un Análisis Crítico de M. Castells). // En el «Taller sobre medios audiovisuales» que hicimos en 2012 nosotros tomamos críticamente las tesis de Raymond Williams para abordar el tema, quien en su libro «Televisión, tecnología y forma cultural» se aleja del “determinismo tecnológico”, pero también se aleja de la idea de una tecnología completamente determinada, donde todo está controlado, por ejemplo por “sus dueños” o sus inventores que «la ponen a disposición de la sociedad» para determinado uso.

(2) En este sentido se puede señalar un punto de vista general que debe atravesar la mirada de la cultura bajo el capitalismo hasta nuestros días, la de la dialéctica implacable que Karl Marx sintetizó en 1856: «Por una parte, han surgido fuerzas industriales y científicas jamás sospechadas por época alguna de la historia humana anterior. Por la otra, hay algunos síntomas de declinación que superan ampliamente los horrores del Imperio Romano. En nuestra época, todo parece preñado con su contrario. La maquinaria, dotada del poder ,maravilloso de acortar y fructificar el trabajo humano, mantiene en la inanición y el agotamiento al trabajador. Las fuentes nuevas de riqueza se convierten en fuentes de escasez, como si operara un encantamiento extraño. Las victorias del arte parecen comprarse con la pérdida del carácter… Este antagonismo entre la industria y la ciencia modernas por una parte, la miseria y la disolución modernas por la otra; este antagonismo entre las potencias productivas y las relaciones sociales de nuestra época, es un hecho palpable, abrumador e incontrovertible.» Esta sádica dualidad creo que sigue siendo el único punto de vista valido para analizar nuestra cultura. Y aún así estoy muy lejos de una visión escéptica, aunque entiendo que parezca una utopía pensar hoy un desarrollo positivo para el bien de la humanidad de la mano de los avances tecnológicos y científicos, en vistas del desarrollo aberrante que adquieren bajo dominio de la burguesía y el imperialismo. En este sentido otra vez Marx señala una perspectiva que comparto, él continúa su discurso diciendo: «Unos partidos pueden lamentar este hecho; otros pueden querer deshacerse de los progresos modernos de la técnica con tal de verse libres de los conflictos actuales; otros más pueden imaginar que este notable progreso industrial debe complementarse con una regresión política igualmente notable. Por lo que a nosotros se refiere, no nos engañamos respecto a la naturaleza de ese espíritu maligno que se manifiesta constantemente en todas las contradicciones que acabamos de señalar. Sabemos que para hacer trabajar bien a las nuevas fuerzas de la sociedad se necesita únicamente que éstas pasen a manos de hombres nuevos, y que tales hombres nuevos son los obreros.»

(3) En cuanto a la relación entre tecnología y cultura, fue Raymond Williams, desde una perspectiva inicial de base “marxista académica”, quien hizo un estudio sobre la televisión en 1973 que se convirtió en un punto de referencia hasta nuestros días y sirve mucho para pensar internet. En el libro “Televisión, tecnología y forma cultural”, estudia la TV como una unidad de esos dos factores, como “tecnología” y como “forma cultural”. Ambos factores se condicionan mutuamente, pero donde el primero (la tecnología) mantiene un potencial intrínseco dado por todas sus posibilidades latentes en tanto descubrimiento científico puesto al servicio de la sociedad, y donde el segundo (la forma cultural) es la cristalización de las instituciones creadas para su uso, socialmente determinadas, y que por lo tanto restringen el abanico de opciones históricas latentes, encauzando su desarrollo en un sentido que es, inevitablemente, el resultado de fuerzas sociales en conflicto. La “forma cultural” entonces sería el resultado de un choque de distintas “intensiones” de uso, sociales, políticas y económicas, en gran medida impredecibles, puesto que es parte de un proceso social muchas veces convulsivo. Llegando al punto de que ciertas intensiones al chocar con otras pueden provocar hasta cierto punto efectos incontrolados, no buscados por los actores en pugna. Todo lo cual no puede pasar por alto que son las leyes del capitalismo las que operan como la principal determinación social de una nueva innovación.

(4) Es interesante pensar en algunos planteos «novísimos» sobre las «redes de contrapoder» desde un punto de vista leninista. Usando términos del SXXI podríamos reconocer la idea 2.0 que implicaba ISKRA a partir de una unidad y propositos políticos determinados. En el «Plan de un periódico político central para toda Rusia» del «Que Hacer» podríamos decir que Lenin plantea una «metáfora 2.0» para insistir en la necesidad de poner en pie una «red» que le permita construir un partido revolucionario, a partir de un periódico que no sea «sólo un propagandista colectivo y un agitador colectivo, sino también un organizador colectivo. » Entonces plantea que a esta herramienta «se le puede comparar con los andamios que se levantan alrededor de un edificio en construcción, que señalan sus contornos, facilitan las relaciones entre los distintos albañiles, les ayudan a distribuirse la tarea y a observar los resultados generales alcanzados por el trabajo organizado». Más de 100 años después es posible fantasear con lo que Lenin hubiera amado internet.

(5) Al respecto vale una cita ilustrativa del problema extraída del libro «Redes de indignación y esperanza» de Manuel Castells «La gran desconexión de Egipto fue una situación completamente distinta de la manipulación limitada de Internet que tuvo lugar en Túnez, donde sólo se bloquearon algunas rutas específicas, o en Irán, donde Internet se mantuvo de forma limitada para que la conectividad fuera extremadamente lenta. La desconexión de Internet en Egipto fue relativamente fácil en comparación con lo que habría sido necesario hacer en países democráticos. En Egipto sólo había cuatro grandes PSI, cada uno de ellos con relativamente pocos routers que los conectaban al mundo exterior. Un apagón similar de Internet en Estados Unidos habría supuesto tratar con muchas compañías diferentes. Si bien en Egipto se puede desactivar legalmente a las compañías de telecomunicaciones por decreto, la legislación estadounidense limita el poder del gobierno federal para intervenir los canales de comunicación. No obstante, conviene recordar que algunos miembros del Congreso estadounidense han propuesto preparar planes para un «conmutador de desconexión total» que apagaría Internet con sólo pulsar un botón en caso de una «emergencia de ciberseguridad».»

(6) ¿Es la saturación de información, desinformación completa? es uno de los problemas que Ignacio Ramonet aborda desde el ángulo del «periodismo ciudadano» en su libro «La explosión del periodismo. Internet pone en jaque a los medios tradicionales». En este viene a la mente citar nuevamente a Umberto Eco cuando abordaba el tema en 1963. «el hombre de la era «visual» recibe una mole vertiginosa de informaciones sobre todo cuanto está ocurriendo en el espacio, en detrimento de las informaciones sobre los acontecimientos temporales (y dado que la noticia visual envejece, la comunicación periodística está fundada en la novedad, el hecho de ayer no es ya noticia, y se da el caso de que el ciudadano de la ciudad actual sabe todo cuanto acontece hoy en Nueva York, pero no recuerda nada, ni siquiera las fechas, del conflicto coreano). Esta pérdida del sentido histórico es sin duda grave, pero lo que Cohen-Séat deja quizás en la sombra es que la información sobre todo cuando «está ocurriendo» es siempre una garantía de libertad. Saber, como el esclavo egipcio acababa finalmente por saber, aunque quizá diez años más tarde, que algo ha ocurrido, no me ayuda a modificarlo; en cambio saber que algo esfá ocurriendo me hace sentirme corresponsable del acontecimiento. Un siervo de la gleba medieval nada podía hacer para aprobar o desaprobar la primera cruzada, de la cual tenía conocimiento años después; el ciudadano de la metrópoli contemporánea, el día mismo de la crisis cubana, pudo tomar partido por uno u otro de los contendientes y contribuir a determinar el curso de los acontecimientos…» // Mientras sobre la hegemonía de la imagen planteaba «el lenguaje de la imagen ha sido siempre el instrumento de sociedades paternalistas que negaban a sus dirigidos el privilegio de un cuerpo a cuerpo lúcido con el significado comunicado, libre de la presencia de un «icono» concreto, cómodo y persuasivo. Y tras toda dirección del lenguaje por imágenes, ha existido siempre una élite de estrategas de la cultura educados en el símbolo escrito y la noción abstracta. La civilización democrática se salvará únicamente si hace del lenguaje de la imagen una provocación a la reflexión crítica, no una invitación a la hipnosis.»

Primer corte en la linea de tiempo [idZ]

Realización audiovisual en la crisis capitalista

Que una crisis económica, social y política tan profunda como la que está en curso a nivel internacional desate cambios culturales de diverso tipo podríamos decir que «cumple una regla», si no lo hiciera sería una prueba de que la vitalidad de la cultura se está extinguiendo. Uno de los problemas consiste en saber si esas manifestaciones culturales son signos de algo nuevo, o sólo una dialéctica momentánea del proceso en curso, hasta que el mercado del espectáculo que domina sin oponente desde hace décadas, asimile el cuestionamiento. Esa es una de las preguntas que nos hacemos ante las manifestaciones culturales muy diversas y nuevas, que surgieron con la «primavera árabe», con el desarrollo de la crisis en Europa, e incluso en EE.UU. Que el destino de esas manifestaciones culturales está atado a la evolución más general del proceso social, político, a los triunfos o derrotas en la lucha de clases, también es «una verdad general», pero hay que tener mucho cuidado con las interpretaciones mecánicas. La historia demuestra que los fenómenos culturales, ideológicos, no van al mismo ritmo, preceden o se continúan mas allá de esos «combates». Por otro lado la crisis capitalista es de dimensiones históricas, y en todo caso todo está en construcción.

Si hace tan solo una década Roman Gubern, historiador del cine, en su libro «el eros electrónico» hablaba de la «opulencia audiovisual» de nuestra cultura, era de esperarse que fuera en ese lenguaje que se expresaran cambios de ánimo con fuerza. En este artículo tratamos de dar cuenta de esto, pero por esa misma «opulencia», impulsada hacia adelante con el desarrollo de Internet como plataforma multimedia, sería un error analizar lo que sucede sólo dentro del espacio estrecho delimitado por las instituciones tradicionales del «Cine» o la «TV». Es que «ahora hay que hablar genéricamente, ante la mescolanza de productos y canales de difusión, de audiovisual, como la provincia central y hegemónica de la cultura de masas contemporánea (…) en la que figuran la televisión, el vídeo y la imagen sintética producida por ordenador.» decía Gubern en el mismo libro… y se preguntaba: «¿Tienen mucho en común? Todas ellas son imágenes móviles que vemos en una pantalla, que es su soporte espectacular. Constituyen, por tanto, un mismo lenguaje, pero hablan diferentes dialectos.» Sin caer en el otro extremo, creemos que esta afirmación da cuenta de una tendencia real que no puede evadirse para analizar nuestro medio. Al mismo tiempo, el ámbito de «la comunicación» con las nuevas posibilidades tecnológicas, se expandió para convertirse por esa razón en un vehículo de expresión sensible. El «arte» quizás este descubriendo otros caminos.

Todo realizador audiovisual, director de cine o tv, «aficionado», editor, montajista, sabe que al final de todo, lo que importa es lo que se corta y pega en la «línea de tiempo». El «timeline» es el espacio de trabajo digital donde se edita una película. El sentido y la ideología de un film se construye ahí, más aun que en el rodaje. Previo a cualquier resultado final, siempre se realiza «un primer corte» tentativo en la línea de tiempo para ser analizado, que por definición está sujeto a cambios. Es eso lo que hacemos en este artículo, dando cuenta de las realizaciones audiovisuales que a lo largo de tres años nacen en medio de la lucha de clases. Todas hablan el lenguaje de las imágenes, pero aprenden sus propios dialectos, y de conjunto proponen un idioma que no es el que se gritaba hasta ahora desde los centros de producción hegemónicos de la industria cultural. Por suerte este corte es muy parcial, nos vimos obligados a dejar de lado decenas de ejemplos por problemas de espacio, lo que demuestra la vitalidad del proceso, y nos permite pensar que quizás no tenga el típico «final feliz».

Egipto, el cine del parche en el ojo

«Soy un camarógrafo, mi ojo es mi bien más preciado», señaló Ahmed Abdel Fatah. «pero no nos detendremos. Es nuestro trabajo, es lo que mejor hacemos y lo seguiremos haciendo», añadió. No es suficientemente conocido el hecho simbólico, nada simbólico, de que las fuerzas de represión egipcias disparaban a los ojos de los manifestantes durante 2011, para reventarlos, como estrategia de disuasión. El parche en el ojo se convirtió así en un símbolo de la lucha contra el dictador Mubarak. A Abdel, le quitaron el ojo mientras filmaba cómo mataban gente en el puente de Qsr el-Nil, de El Cairo, pero la acción no logró cegar el registro. Las dramáticas imágenes son parte del documental «Informando… una revolución», a cargo de seis jóvenes periodistas, incluido Abdel.

«Informar lo que ocurre es una estrategia de supervivencia. Salimos a la calle y perdimos amigos, manos, ojos… Una generación de jóvenes expertos en tecnología móvil actúan como porteros del mundo visual, archivando imágenes que no pueden negarse al pueblo que se subleva ante el poder estatal.” explicó Nora Younis, fundadora de Al Masry Al Youm, sitio multimedia que organizó la realización de ese film colectivo.

Entre las distintas experiencias se destaca el colectivo “The Mosireen», “nacido de la explosión del periodismo ciudadano y el activismo cultural en Egipto durante la revolución”, aglutina los testimonios y vídeos sobre las protestas en Egipto y dan talleres de fotografía y edición para multiplicar los productores de imágenes. Plantean que las demandas de la lucha no acabaron con la caída de Mubarak, sino que comenzaron. «Filmamos la revolución en curso, publicamos videos que desafían las narrativas de los medios, ofrecemos capacitación, asistencia técnica, equipos, organizamos proyecciones y eventos y organizamos una amplia biblioteca de imágenes de la revolución». Sus videos sobre las movilizaciones fueron los más vistos en youtube en todo el mundo durante la revolución. También realizaron Tahrir Cinema, proyecciones y debates en el acampe de la Plaza. Retomando las mejores tradiciones del cine militante, este colectivo organizó una campaña a través de proyecciones en todo el país, para desnudar las mentiras de la Junta Militar. Mientras los generales decían no haber estado en Plaza Tahir, las imágenes en las pantallas mostraban al ejército reprimiendo con toda su furia al pueblo.

Actualizan su canal con videos sobre las movilizaciones y denuncias contra el estado represivo. Realizan también una serie llamada «Right to…», («Derecho a…» la educación, la salud, el trabajo, la vivienda, etc.), en donde toman todas las demandas pendientes. Uno de los últimos videos se llama “Taskim to Tahir: we desire the fall of the system” (de Taskim a Tahir, deseamos la caída del sistema), y compara las imágenes de Egipto y Turquía, encontrando las similitudes, la represión, los manifestantes avanzando, los tanques prendidos fuego, carros hidrantes atacando, a través del montaje hermanan ambas luchas.

Pero uno de los impulsos más fuertes para filmar sin ojos es la importante participación de las mujeres. Varias producciones dan cuenta de esta situación. «Forbidden» (Prohibido, 2011), de Amal Ramsis, «Ni Allah, ni Maître» (Ni Dios ni Amo, 2011), de Nadia el Fani, «Words of Women from the Egyptian Revolution» (Palabras de mujeres desde la revolución egipcia, 2011), de Leil-Zahra, y también otra producción de Mosireen, «In the Shadow of a Man» (A la sombra de un hombre), documental de Hanan Abdalla, que trata la opresión de las mujeres a través de cuatro historias personales, y termina con las imágenes de las mujeres en las movilizaciones, y una reflexión que dejan los gritos de la calle «no tenemos miedo, no estamos cansados, revolución total o nada».

Las jornadas de Egipto también impulsaron a documentalistas europeos a viajar y registrar el proceso. Diario de la Plaza Tahrir, del realizador español Marc Almodovar, es un valioso registro directo de los 18 días que provocaron la caída de Mubarak. Luego comenzó «The hidden revolution» (La revolución oculta), en proceso, que busca mostrar las lucha de los trabajadores antes, durante y después del 2011, y especialmente el proceso de ocupación de fábricas. Y hacia ahí mira Philip Rizk, integrante del colectivo Mosireen, que está produciendo «Fuera / en las calles», una película que «entrelaza el documental y la ficción para abordar el Egipto revolucionario desde la perspectiva de los trabajadores…». Esto es sólo el comienzo.

Grecia, todas las semillas de diciembre

Uno de los cortometrajes más conocidos del proceso en Grecia es “December Seeds” (2009) en homenaje al joven asesinado Alexandros Grigoropoulos. Los sinsentidos que rodean su realización dan cuenta de la situación cultural griega. Atribuida al viejo cineasta Chris Marker que falleció el año pasado, todo indicaría que no es de su autoría directa, aunque lo interesante es que como mínimo, sí lo es de manera indirecta porque toma su dialecto. Y estamos hablando de Marker, quien construyó un lenguaje audiovisual para sus obras paralelo al lenguaje hegemónico, al mismo tiempo que se mantuvo como un radical político hasta su muerte, y con casi 90 años navegaba las redes fascinado por sus potencialidades.

«Huí. Me di cuenta de que te mueves rápido. Es duro encontrarse con policías que quieren darte una charla y resbalas a través de los canales de TV. Estaba ansioso por volver donde encontré las semillas, por quedarme al lado de la ventana, por ver otra escena de una película que nunca se filmó. Por el camino, me choqué con la chica que me iniciara. Los ojos cerrados y la boca callada. Trataba de transmitirme su pensamiento. ¡Proteged las semillas!» dice el dialogo que se sobreimprime sobre dos piernas que corren alocadas para toparse con «Libertad», en este corto que surcó masivamente las redes.

«… ¿Las dificultades y la falta de fondos más que matar al cine lo renuevan?… Mientras, Grecia ha vivido siete huelgas generales; se negocia el sexto tramo de ayudas; el primer ministro Papandreu, dimite; se forma un gobierno tecnócrata; el país está en riesgo de quiebra; … Y se espera el estreno de 30 nuevas películas.» ese era el asombro de un periodista que retrataba la producción audiovisual del país a mitad del 2012.

Según las notas periodísticas lo que se está gestando es un «cine raro», que se sostiene sin fondos, en base a la colaboración de los cineastas que aportan rotando sus roles. Además formaron el movimiento «Cineastas en la niebla» con 200 realizadores, y desarrollan una campaña de presión para lograr cambios legislativos. En las películas es habitual encontrar imágenes directas de la actualidad. En algunas, como ‘Attenberg’, el escenario es una zona industrial en decadencia. En ‘Homeland’ y ‘Wasted Youth’, escenas de huelgas y protestas. También se realizaron numerosos documentales como ‘‘Oligarchy’ o ‘Debtocracy’, distribuidos bajo licencia Creative Commons…»

En 2010 surgió el sitio “The Prism” , que reunió un grupo de periodistas para narrar la crisis griega y las historias ignoradas por los medios. El resultado son 27 obras «…The Prism GR2011 es una documentación colectiva de Grecia durante el invierno de 2010, a través de las lentes de 14 fotoperiodistas transformados en narradores multimedia…, reúne estos puntos de vista diferentes…” De esta experiencia surge “Krisis” un largometraje que entrelaza estas historias.

España, interferencias sin autor

¿Qué sucede si dos chicas realizan sobre otra, una «autopsia de los cadáveres de los trabajadores, sobre los clientes vestidos»? Según el film «Interferencias» descubriremos que los zapatos hechos en la India tienen sangre de niños. Que no hay porque incomodarse en usar complementos, ropa interior, camiseta, pantalones, todo para que dure una temporada y vuelvas a comprar, porque «es fashion». Que los trabajadores que hicieron en Magreb ese pantalón que llevas fueron despedidos para que no formaran sindicato, acusados a la policía y perseguidos para que no consigan más trabajo. Que la camiseta de Birmania tiene esclavitud de mujeres, trabajando sin parar, vestidas de negro para que no se note si les viene la regla. Y así… «¿Sabes si hay sangre, lágrimas, contaminación, muerte, en lo que compras?».  Un interesante proyecto “la primera obra de ficción estrenada en cines con licencia creative commons sobre las causas de la crisis global y sus alternativas”.

También entre los indignados «el militante se convierte en productor de imágenes…». En el movimiento 15-m se gestó una comisión audiovisual encargada de recopilar todos los materiales para formar un gran archivo nacional. Destacan dos proyectos, en Madrid Audiovisol y en Barcelona 15mbcn.tv  Se realizaron varios documentales como Anoche tuve un sueño: las voces del #15M”, producido por parte de periodistas de VEO7, despedidos unos días antes del estallido del movimiento. También se impulsó el portal multimedia “Toma La Tele” que reúne producciones de de diversas asambleas y colectivos.

Unos años antes del surgimiento de los indignados se había formado ya el colectivo «Cine sin autor«, que impulsa una crítica a la realización bajo las reglas del mercado capitalista. Cuestiona el rol del director, propone que todos tienen derecho a hacer su película y pautar sus guiones. Propone nuevas formas de producción, con la gente y sin jerarquías. Cuando surge el movimiento se suman a las acampadas y participan de las actividades, a la vez se proponen que tome en sus manos las reivindicaciones de la democratización cultural y producción audiovisual.

La cultura en la línea de tiempo

Como dijimos al inicio de este artículo, el espacio del mismo nos empuja a dejar de lado ejemplos, experiencias, disparadores que surgen de toda esta enorme producción audiovisual en medio de la crisis. De los países que nombramos sólo dimos fragmentos; y quedan mundos enteros afuera, como la experiencia en Estados Unidos, o la producción en Francia. Pero así se hace el montaje de una película, lo primero es cortar, y esperamos haber cumplido un mínimo objetivo de llamar la atención sobre estas realizaciones.

Hace dos décadas el artista y cineasta Jan Svankmajer en su «decálogo» exponía su método para la búsqueda de libertad creativa, sensitiva, corporal, señalando el problema de que «Además, en la civilización audiovisual contemporánea, el ojo está notablemente cansado y ‘deteriorado’. Mientras la experiencia del cuerpo es más autentica, libre del lastre del estetismo».  Lo que sentimos luego de este relevamiento, es que la experiencia corporal de la lucha de clases auténtica, permite de manera fragmentaria tirar el lastre del lenguaje hegemónico impuesto por la industria cultural del espectáculo. Si de conjunto esta nueva práctica audiovisual logrará constituir un nuevo idioma es algo que esperamos.

Si hacemos un resumen esquemático del momento, podemos decir que la lucha de clases trajo una vuelta al «tema social», no solo en el documental sino también en la ficción; pero lo que nos parece más interesante es la incipiente vuelta a una auto-reflexión del sector audiovisual, que traer temas y preocupaciones olvidadas durante la época de restauración. En primer plano la auto-percepción del rol social y cultural del cine y el audiovisual, en apoyo a procesos concretos de la lucha de clases, luchas democráticas o políticas, la idea de aportar a transformar la realidad. En otros planos más interesantes se abren críticas a las instituciones oficiales del cine, los medios audiovisuales, y también el mercado, en lo que hace a un debate propio del sector, reflexionando sobre sí mismo, las formas de producción, de distribución, con autocríticas y búsquedas formales. Lo más dinámico parece ser el surgimiento de nuevos colectivos de realización (nuevamente, que abarcan o fusionan, documental, comunicación, ficción). Tal vez el corte que se está provocando en la línea de tiempo cultural sea mas abarcativo.

Violeta Bruck / Javier Gabino

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Artículo publicado en:

La imagen movil del siglo XXI

Convocatoria al Taller sobre medios audiovisuales «La imagen móvil, entre el poder, el dinero, la protesta y la revolución», que dimos en la UBA (Universidad de Buenos Aires) a fines de 2012.

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En la actualidad los medios audiovisuales adquirieron un desarrollo y una influencia tan grande en la vida cotidiana, pública y privada; en la política, en la guerra, en la vida social, en las relaciones personales, que es difícil imaginar los momentos donde “no estuvieron”. También es difícil imaginar que pudieran tener otras vías de desarrollo distintas a las que conocemos y estamos acostumbrados. Es algo que sucede siempre con la historia, desde el presente siempre parece que “todo apuntaba” a “ser lo que es”, como si hubiera habido un destino trazado, y así se enmascaran opciones posibles, caminos de desarrollo alternativos como los que imaginaron los cineastas, comunicadores y activistas que intervinieron junto a los revolucionarios, con prácticas y preocupaciones distintas sobre el medio audiovisual, en las grandes revoluciones del siglo XX.

Hoy tenemos que hablar del desarrollo capitalista del Cine [1] , la TV e internet, dominado por la gran industria cultural imperialista; pero también estamos en momentos donde la crisis mundial trae (sobre todo en el norte de África, Europa y EEUU, como epicentros de la crisis) nuevamente “preocupaciones y prácticas” que tienen lazos con otras del siglo XX que queremos rescatar. Esto último es importante, puesto que apuntamos que el taller abra un debate en los participantes, mostrando cómo las preocupaciones del “nuevo campo cultural” que se está gestando con este nuevo activismo juvenil, se choca con las preocupaciones de “nuestro campo cultural” nacional, donde la “politización de las prácticas culturales” existe, pero está moldeada por años de kirchnerismo y “cooptación” institucional.

Quienes damos el taller lo hacemos este taller desde una perspectiva militante revolucionaria, como militantes del PTS, y al mismo tiempo desde una práctica particular ya que somos “realizadores audiovisuales” (para nosotros no es solo un problema teórico, sino también practico), tenemos una preocupación específica, queremos analizar la situación actual, y también volver sobre las experiencias más interesantes del cine y los medios audiovisuales ligados a la militancia revolucionaria, a la lucha de clases, a las revoluciones triunfantes y derrotadas, al debate marxista [2] . Porque incluso las practicas ligadas a los nuevos movimientos juveniles de lucha que tocaremos, parten a veces desde un grado tendiente a “cero” de referencia con los procesos más avanzados de la historia revolucionaria, que se enfrentaron a situaciones similares.

Hablar de “medios audiovisuales” es muy amplio, es un campo enorme de análisis y de práctica. Para ser precisos existen tres formas culturales diferenciadas en los medios audiovisuales masivos: Cine, TV e internet, cada uno con su propio “lenguaje”, instituciones, etc(a internet se la define como “multimedia”, pero que es una variante del lenguaje audiovisual). Sería un error hablar en bloque de los tres, por eso en cada momentos vamos a especificar a qué nos referimos, pero elegimos el desafío de hablar de “medios audiovisuales” porque vamos a intentar abordar lo que creemos que son problemas comunes a todos. Esto no es del todo arbitrario en tanto da cuenta también de un momento donde tienden a mezclarse. Por ejemplo Román Gubern (historiador del Cine) afirma que “antes hablábamos de cine y ahora hay que hablar genéricamente, ante la mescolanza de productos y canales de difusión, de audiovisual, como la provincia central y hegemónica de la cultura de masas contemporánea (…) en la que figuran la televisión, el vídeo y la imagen sintética producida por ordenador. ¿Tienen mucho en común? Todas ellas son imágenes móviles que vemos en una pantalla, que es su soporte espectacular. Constituyen, por tanto, un mismo lenguaje, pero hablan diferentes dialectos.[3]” Sin caer en el otro extremo, en la ideología de que habría una “fusión” novísima de los medios audiovisuales, creemos que esta afirmación da cuenta de una tendencia real que es parte de lo que queremos debatir.[4]

Aún así partimos de señalar una distinción entre los dos medios audiovisuales por excelencia: el Cine y la TV. El Cine siempre estuvo considerado como un “Arte”, es decir como vehículo de expresión sensible, característica que se “aceptó” al menos luego de superar el estigma de su nacimiento “popular” como “divertimento de feria” (y este “status” lo conserva aun convertido en industria, aunque como veremos se pone en duda). La TV siempre se la analizó partiendo de que es una tecnología de transmisión y recepción, un “medio de comunicación”, punto de partida también ligado a su nacimiento, donde la posibilidad técnica de la transmisión se extendió antes de que estuviera claro “qué difundir”, y aunque con el tiempo adquirió un “lenguaje característico” inicialmente se la consideró “parasitaria” del cine y la prensa. En este sentido a la TV hubo quienes le negaron en sus inicios, y erróneamente para nosotros, la posibilidad de tener alguna relevancia en el plano estético. Tomando en cuenta hoy a Internet en esta línea de razonamiento, creemos que sería un error pensarla solo como “nuevo medio de comunicación”. Justamente ambos medios, al ser fenómenos de masas, se demuestran capaces de instituir gustos y tendencias, de crear necesidades, esquemas de reacción y modalidades de apreciación, que resultan inevitablemente en cambios culturales, incluso en el campo estético[5] . En el desarrollo del taller entonces, ahí cuando hablemos de “medios audiovisuales” estaremos incluyendo los tres, señalando aquello que consideramos características comunes o que puede englobarlos; caso contrario hablaremos del Cine, la TV, o Internet, especificando. 

Por otra parte Internet ocupa un lugar particular en la actualidad, y por lo tanto en el debate de nuestro taller. Aún es una “nueva tecnología” donde sus instituciones están aun en formación (a diferencia del cine y la tv que se encuentran altamente regimentadas), lo que lleva a pujas entre grandes empresas y estados por su control y regimentación. Nos separamos completamente de las ideologías celebratorias que plantean que es un medio democrático, horizontal y plural, puesto que es un medio en manos de nuevos gigantes de la comunicación y “la cultura”; pero demostraremos cómo dos problemas son fundamentales en este momento de institucionalización: el surgimiento de un sentido común de masas que ataca la idea de propiedad intelectual; y la crisis capitalista que hace surgir nuevas intensiones [6] del uso de esta nueva tecnología en el activismo del Norte de África, Europa y EEUU, teñido de los limites estratégicos del movimiento general, pero que recupera en gran medida muchas preocupaciones del activismo audiovisual del siglo XX.

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El abordaje no va a ser “enciclopedista” sino que vamos a tomar casos puntuales, que permitan sugerir caminos de investigación y desarrollos posteriores, en cuanto a los ejemplos históricos tomaremos aquellos que nos parecen interesantes para nuestro análisis. Presentamos aquí un resumen esquemático y breve de cada encuentro:

>ENCUENTRO 1 / Jueves 22 de Noviembre. 20:30hs. / “EL MONSTRUO DE IMÁGENES”

  • Una introducción al abismal poder del dinero y la imagen en la industria cultural del Cine y la TV norteamericana y su influencia en el mundo.
  • Un ensayo para el debate sobre el lugar actual de internet, como tecnología y forma cultural.
  • ¿Se puede enfrentar este monstruo de imágenes? Ejemplos de expropiación, cooperativización, control obrero de la industria del cine, y la comunicación durante el siglo XX. Problemas y debates.

>ENCUENTRO 2 / Martes 27 de Noviembre. 20:30hs. / “LA IMAGEN CONVULSIVA”

  • Los cineastas de los años ´70 pensaban en “tomar por asalto” la industria del cine y los medios ¿Cuáles son los planteos ahora?.
  • Una introducción al Cine y los medios audiovisuales en la crisis capitalista actual. Experiencias de la “Primavera Árabe” (Egipto), Europa (Grecia, España); y EEUU. Rebeldes, indignados, ocuppis.
  • Nuevas prácticas audiovisuales y multimedia. ¿Qué hay de nuevo, en que se emparentan al pasado?.
  • ¿Qué estrategia para una revolución real, y una revolución formal en el medio audiovisual?

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>ENCUENTRO 1 / Jueves 22 de Noviembre. 20:30hs. / “EL MONSTRUO DE IMÁGENES”

En este encuentro partimos de nuestra “experiencia cotidiana audiovisual”, para constatar cómo la hegemonía del “lenguaje de imágenes” es decisiva en la cultura de masas contemporánea a niveles que sorprenderían incluso a aquellos que analizaron el fenómeno de manera lúcida desde la mitad del siglo XX. La TV con su flujo continuo en cada hogar (con contenido nacional e internacional), la expansión de internet (video online streaming y on-demand, descargas, redes sociales), la publicidad callejera, las nuevas comunicaciones celulares, sumado al entretenimiento del Cine o la utilización audiovisuales en los espectáculos, etc. // Tomando como base las definiciones sobre la cultura de masas y la industria cultural que desarrolló Ariane Diaz en su texto “cultura y capitalismo, un mal caldo de cultivo” nos adentramos en un análisis del lugar que Adorno y Horkheimer le dieron a lo “específicamente audiovisual” en “Dialéctica del iluminismo” (Cine específicamente y TV como naciente) cuando definen la lógica de “la industria cultural” // De igual modo tomamos las definiciones de Umberto Eco en sus “apuntes sobre la TV”, y sus definiciones acerca del surgimiento de una “civilización de imágenes” como hecho ineludible, rasgo que para él es característico de las sociedades totalitarias o paternalistas; y su preocupación acerca del impacto que esto tiene sobre la “reflexión crítica” y el desplazamiento de la letra escrita. // Sobre esa base le daremos contenido concreto al análisis conceptual de la industria cultural y la cultura de masas, analizando la industria del Cine y la TV norteamericanas para ver el nivel de conciencia que el departamento de estado, los banqueros y productores de Hollywood tienen desde el inicio del siglo XX hasta nuestros días de la importancia, no solo económica, sino cultural, ideológica de los medios audiovisuales, inicialmente el Cine, pero luego la TV y ahora internet. Con citas y ejemplos, datos específicos, y tomando análisis de libros y estudios concretos. // La expansión del americanismo, el problema de la hegemonía norteamericana y la difusión del “American way of life” por medio del Cine y la TV, como avanzada de la expansión imperialista. // (AOL/Time Warner Inc. / General Electric y Vivendi / News Corporation / Viacom / Walt Disney) // Veremos como el nivel del poder y el dinero de la industria cultural lleva a un crítico norteamericano a plantearse que solo una acción “al nivel de la Revolución Rusa” podría frenar su capacidad de imponerse a nivel mundial //

En el análisis de internet, expondremos un ensayo para el debate: tomaremos puntualmente algunos conceptos de Raymond Williams quien estudió de manera profunda las relaciones entre “tecnología y cultura”, para ensayar “el lugar que tiene internet” en este momento. ¿Cuál es la relación entre la democracia y el control de este nuevo medio? ¿Qué tensiones recorren el uso de esta nueva tecnología en el activismo del Norte de Africa, Europa y EEUU?

Por último, expondremos algunas de las alternativas que se plantearon al desarrollo de la industria cultural actual, cuando a lo largo del Siglo XX y al calor de los procesos revolucionarios más profundos la relación entre cine y capitalismo fue puesta en cuestión. // Una introducción a la experiencia en dos procesos revolucionarios profundos: La Revolución Rusa, y la Revolución Española. Y dos planteos teóricos y programáticos: El de los estados generales del Cine en el Mayo Francés, y el programa radical para la Nacionalización de la industria del cine desarrollado por la Asociación de trabajadores de Cine, TV y técnicos en Inglaterra durante 1971.

Tras más de 100 años de desarrollo primordialmente capitalista del Cine (y luego la TV), no hay que olvidar que en “el primer Cine” del período entreguerras mundiales tuvo dos grandes polos concentrados: el norteamericano y el soviético, que queda trunco como posible experiencia innovadora sofocado por la burocratización de la URSS (abortando así posibles desarrollos alternativos de la nueva tecnología, que habían sido imaginados por sus primeros referentes, y que aun así marca históricamente el lenguaje audiovisual) // ¿Cómo fueron los decretos de nacionalización de la industria del cine y la fotografía, y la creación de la primer escuela de Cine en el mundo en la URSS? Desde la toma del poder en octubre de 1917 hasta el decreto pasaron casi dos años de pujas entre los intereses privados y públicos sobre el Cine // La organización de los barcos de agitación, los cine-tren y las películas de alcance internacional //

Otro proceso revolucionario que conmocionó la industria del cine fue la Guerra Civil Española. Fue colectivizada la industria, la producción y la exhibición. Pero eso llevó a discusiones muy interesantes sobre “qué proyectar”, qué hacer con films norteamericanos, qué tipo de películas producir y subvencionar, qué tipo de organización debían tener los realizadores, actores y productores, quién y cómo controlaba los Cines. El documental Celuloide Colectivo cuenta esta historia a través de sus protagonistas. //

En los años ´60 y ´70 nuevos procesos de la lucha de clases recorrieron el mundo. En Francia, mayo de 1968, la profesión cinematográfica se sumó al Mayo Francés. Surgieron así los “Estados Generales del Cine Francés”, sus convocatorias proclamaban: “ya sea Ud. técnico, intérprete, crítico o espectador, si quiere la REVOLUCIÓN, por, para y en el CINE, venga a militar a los ESTADOS GENERALES DEL CINEMA”. El “proyecto 4″, es considerado el más radical y tildado como “utópico”, impulsado por Claude Chabrol y Marín Karmitz, presentaba un plan de reorganización total de “la industria”, la realización y el aprendizaje del medio auiovisual //

La Asociación de trabajadores de Cine, TV y técnicos afines analiza la situación de la industria del cine en Inglaterra en 1971. Ellos plantean que se encuentra en crisis producto del dominio capitalista del sector. Monopolios, tanto nacionales como extranjeros, desinvierten en el sector, cierran estudios, precarizan el trabajo, generan desempleo, todo esto porque para ellos la producción cinematográfica es un simple negocio. La Asociación cuestiona esta situación y elabora un programa para darle una salida. Este programa luego es votado en un congreso de varios gremios que lo apoyan. // ¿Cuál era su caracterización? ¿Qué entienden por “propiedad pública”? ¿Por qué se plantean el “control obrero”? ¿Por qué plantean expropiación sin pago? //

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 >ENCUENTRO 2 / Martes 27 de Noviembre. 20:30hs. / “LA IMAGEN CONVULSIVA”

En este encuentro abordaremos en concreto la “divulgación” de qué está pasando en concreto en los practicas audiovisuales en los procesos de: Egipto y la “primavera árabe”. Grecia y las imágenes de la crisis. Ocuppy Wall Street, Ocuppy Cinema. Indignados en España. Estudiantes de México y Chile // Con fragmentos audiovisuales proyectados. // Con la “divulgación” de estos ejemplos planteamos abrir el debate en la charla //

Los nuevos tiempos para el cine y los medios audiovisuales se están configurando en el marco de una crisis capitalista mundial que ya lleva cinco años, provocando nuevos realineamientos geopolíticos, nuevos fenómenos de la lucha de clases, movimientos juveniles, que han puesto fin al triunfalismo burgués que acompañó la ofensiva neoliberal. // Esta situación convulsiva se dá en un momento en que el desarrollo de las nuevas tecnologías ha transformado las formas de producción y difusión audiovisual. Teléfonos celulares, cámaras digitales de distintos formatos, páginas web, blogs, redes sociales, tablets, laptops, proyectores portátiles, etc. son herramientas que tienen un uso extendido y se combinan para promover distintas experiencias audiovisuales. // Internet es el canal nuevo ante la enorme institucionalización y regimentación de los dos grandes medios audiovisuales de masas: el Cine y la TV

¿Los distintos procesos de la lucha de clases, protagonizados por un nuevo movimiento juvenil y nuevos sectores de las clases trabajadoras, vienen influenciando y quizás transformado los medios audiovisuales? Las experiencias son variadas y particulares en cada país, pero a su vez mantienen muchos puntos en común. // No solo las transmisiones en vivo o las redes sociales se utilizan como “medio”, sino que las producciones de ficción y documental dan cuenta de la nueva realidad y resurgen formas de producción colectiva que cuestionan las estructuras dominantes. // Podremos ver que los medios de comunicación audiovisual son cuestionados por su accionar,//En Festivales importantes se dedican secciones a la “primavera árabe” y a la crisis griega. Además de estas características generales se dan fenómenos particulares en cada lugar que veremos con ejemplos.

Por último un ensayo para el debate: ¿Existe alguna relación entre las preocupaciones actuales de los nuevos “activistas audiovisuales” y las que tenían los realizadores audiovisuales que intervinieron en las Revoluciones del Siglo XX? ¿Qué puntos comunes y cuáles diferencias? Los cineastas de los años ´70 pensaban en “tomar por asalto” la industria del cine. ¿Cuál es la perspectiva que se plantea hoy? ¿Los medios alternativos son un fin en sí? Los debates actuales en el ámbito del cine y los medios están cruzados por los mismos debates y limites del movimiento en general // En la historia del cine encontramos muchas definiciones en diferentes épocas “cineastas revolucionarios”, “cineastas militantes”, “videoactivistas”, “cineastas de intervención”, “cineastas políticos”. ¿A qué se refiere cada una? ¿Cuál nos identifica? Sobre estos temas debatiremos en el taller.

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>NOTAS AL PIE:

(1) Raymond Williams, toma esta idea en su libro “La política del modernismo, contra los nuevos conformistas”. Mientras intenta volver sobre las afirmaciones y posiciones de la izquierda a principios del siglo XX respecto del audiovisual, lo hace tras la afirmación de que, guste o no, lo que hubo es décadas y décadas de un “desarrollo primordialmente capitalista del Cine” y entonces hay que discutir primero sobre eso, pero recordando que aunque “en cierto sentido, entonces, el camino a Hollywood estaba escrito”, “aún es importante recordar que la única otra forma organizativa capaz de hacer uso semejante de las oportunidades del primer cine fue la corporación estatal comparablemente concentrada del ‘socialismo realmente existente’” / Nota nuestra: Para nosotros el camino de Hollywood no estaba escrito, y fue la estalinización (o sea la reacción y contrarrevolución) la que imposibilitó el desarrollo alternativo de la “forma cultural” del Cine.

(2) Perry Anderson postuló su famosa tesis, respecto de las características de lo que le llamó “el marxismo occidental”: un marxismo que se desplazó en el eje de sus debates hacia los problemas culturales, artísticos, del lenguaje; diferenciándose del marxismo clásico de principios de siglo XX, de Lenin, Trotsky, Rosa Luxemburgo e incluso Gramsci que se posicionaban desde lo que (nosotros) hoy llamamos “marxismo estratégico”, preocupado por los problemas teóricos y prácticos de la revolución, la economía, la lucha de clases, el partido revolucionario. Nos preguntamos también si ¿Es posible el ejercicio de volver sobre problemas culturales, del cine, la comunicación, pero desde el punto de vista de un “marxismo revolucionario” que es lo que nosotros vemos necesario desarrollar hoy? Opinamos que como mínimo el ejercicio es un gran desafío puesto que los debates sobre las nuevas tecnologías de la comunicación, donde el audiovisual es hegemónico, la cultura multimedia, etc. están en boga entre las nuevas generaciones de jóvenes activistas.

(3) La cita completa de Román Gubern dice: “Por consiguiente, antes hablábamos de cine y ahora hay que hablar genéricamente, ante la mescolanza de productos y canales de difusión, de audiovisual, como la provincia central y hegemónica de la cultura de masas contemporánea. En rigor, habría que hablar de audiovisual incluso cuando se evoca al viejo cine mudo, porque se exhibía habitualmente con acompañamiento musical de un pianista o de una orquesta en la sala. De modo que la Galaxia Lumiere, que nació a finales del siglo XIX como derivación del invento de la instantánea fotográfica puesta al servicio del principio de la Linterna Mágica, se ha convertido cien años después en una densa constelación electrónica, fecundada por la Galaxia Marconi, en la que figuran la televisión, el vídeo y la imagen sintética producida por ordenador. ¿Tienen mucho en común? Todas ellas son imágenes móviles que vemos en una pantalla, que es su soporte espectacular. Constituyen, por tanto, un mismo lenguaje, pero hablan diferentes dialectos.” (El eros electrónico)

(4) En realidad hay que pensar que si existe un freno a “la mezcla” de todos los medios pensada en sentido positivo (expansión de las posibilidades de producción y difusión, formas realmente democráticas de la comunicación, renovación del lenguaje audiovisual, etc.) es la propia industria cultural y sus intereses capitalistas lo que la frena, buscando todos los pasos (y retrasos) para que tal fenómeno, en caso de darse, se haga en favor de sus intereses económicos y políticos. Es la industria cultural la que mas osifica las instituciones especificas actuales de cada medio.

(5) Esta idea de la fuerza de cambio cultural y estético de un nuevo medio de comunicación y tecnología como la TV está muy bien desarrollada en el influyente libro “Apocalípticos e integrados” de Humberto Eco, capitulo de “apuntes sobre la TV”, en debate sobre las diferentes concepciones de análisis del fenómeno televisivo en expansión, tras un simposio donde el autor había participado y según él “todos hablaban de cosas distintas”.

(6) Raymond Williams, fue quien investigó de manera profunda la relación entre “tecnología y cultura”. En su libro “Televisión, tecnología y forma cultural” desarrolla el concepto de “intensión” como el propósito para el cual puede haber sido creada una tecnología por las clases dominantes (o apropiarse de un nuevo invento para un determinado propósito económico y político), pero desarrolla la idea del surgimiento de “nuevas intensiones de uso” por otras clases o capas sociales, que en un proceso de lucha moldean la “forma cultural” del nuevo medio. Si bien su análisis es más bien relacionado a una idea de “grupos de presión” en una sociedad realmente democrática. Su perspectiva inicial con cierta base “marxista académica” es inspiradora para pensar esto relacionado a la lucha de clases y la revolución social. Sus conceptos serán tomados de manera crítica en el primer encuentro.

Un virtual campo de batalla

SOPA, PIPA, Megaupload y la pelea por la regulación de internet.

En las últimas semanas dos leyes de EEUU desataron un debate global sobre sus alcances y objetivos, las leyes SOPA (sigla en ingles de “Ley de Detención de Piratería Online”) y PIPA (Ley de Protección de IPs.) que tienen el objetivo de regular el uso de internet a partir de la “defensa de la propiedad intelectual” contra “la piratería”. Entre otras cosas su aplicación permitiría bloquear desde EEUU el acceso a dominios enteros en cualquier parte del mundo, sin poder de apelación. Su tratamiento por el parlamento y senado norteamericano finalmente “quedó en suspenso” en medio de la oposición popular y el debate desatado entre grandes corporaciones (las discográficas y cinematográficas apoyaban, mientras empresas como facebook, google, twitter o pay pal se oponían o proponían “reformas”). Pero al mismo tiempo que se posponían estas leyes el FBI dió un golpe argumentando las mismas razones (defensa de la propiedad intelectual) con el cierre de la muy rentable “megaupload” (propietaria del sitio de carga y descarga directa de archivos más popular del mundo). Esta “retirada a los tiros” generó un efecto dominó inmediato, y muchas empresas cancelaron sistemas de suscripción y eliminaron archivos de forma masiva. Esta resolución llevó a muchos analistas a hacer una pregunta ¿Si EEUU puede hacer lo que hizo con megaupload, para que hacen falta votar la SOPA y la PIPA? la respuesta es simple: en realidad no se está discutiendo solamente el problema (verdadero) de la “propiedad intelectual” y la rentabilidad empresarial, sino la necesidad de los gobiernos imperialistas de regular, controlar y censurar la red, movimientos preparatorios para un futuro cercano donde el imperialismo no ve precisamente una “ampliación de la democracia mundial”.

La “ley SINDE” en el Estado Español, ley “HADOPI” en Francia, la “Digital Economy Act” en Inglaterra, “IPRED” en Suecia, leyes similares en Irlanda, son la previa de “SOPA y PIPA”, incluyendo un tratado internacional en curso conocido como “ACTA”. Todas se basan en la defensa de la propiedad intelectual, pero plantean un ataque a las libertades individuales, de expresión y de asociación colectiva, que nada tienen para envidiarle al conocido libro “1984” de George Orwell. Todas prevén la desconexión de usuarios que compartan y descarguen material con copyright, la desconexión de sitios y penas de cárcel a los usuarios, y en todas se propone incrementar el monitoreo por parte de las compañías de internet del uso, los gustos y las tendencias de los cibernautas e incluso la denuncia obligada de “actitudes ilegales”. En muchos de estos países las leyes ya están vigentes, pero no pueden aplicarse en toda su magnitud porque no se trata de una relación de fuerzas ya establecida, sino de instrumentos legales que les permitan a los Estados actuar para intentar cambiar lo que podríamos llamar “un cambio cultural de masas” que (con todos sus límites) “tomó internet” tendiendo a desarrollar sus potenciales mas progresivos, tanto a nivel social como incluso en la lucha de clases.

Desde el punto de vista social dos tendencias se contradicen, por un lado “millones de piratas” de todas las edades consideran un derecho adquirido “compartir”, “subir”, “descargar”, y “socializar” contenidos, creyendo honestamente en sus fines democráticos, de cooperación, intentando superar barreras culturales. Enfrentado a esto las grandes empresas (como las Discográficas y del Cine) se muestran frenando esta tendencia tan solo por defender sus ganancias, incluso las empresas que explotan las redes sociales como facebook o twitter (y que apelan a estos “valores”) en realidad están tomando todo tipo de medidas para restringirlos o “dirigirlos” para fines comerciales. Un medio que potencialmente puede interrelacionar, busca ser llevado hacia la unidireccionalidad y la regulación. Como con ningún otro medio de comunicación nuevo antes de internet, aquí el capitalismo se demuestra reacción en toda la línea.

Desde el punto de vista de la lucha de clases (aunque las leyes son anteriores) la “primavera árabe” que comenzó en Tunez, con su centro de revolución en Egipto; el surgimiento de “los indignados” y el movimiento “ocuppi” en EEUU mostraron el uso de las redes sociales e internet para la movilización, en las primeras respuestas de masas a la crisis capitalista internacional y en medio de la decadencia del imperialismo norteamericano. Tienen razón los gobiernos en alarmarse e impulsar leyes como SOPA y PIPA para fortalecer la censura y el control, ya que en estos movimientos hay tendencias al desarrollo de ideologías potencialmente anticapitalistas (y porque no un terreno para el resurgir del marxismo) que toman la web como medio de expresión.

Algunas cosas pueden afirmarse. Estas acciones de regulación, restricción y censura socaban más la credibilidad de EEUU a los ojos del mundo (y de su propia juventud) y puede promover que surjan vías alternativas para el intercambio. Por otro lado son un golpe a las ideologías apologéticas de internet como una “nube” descentralizada y democrática. También hay que estar seguros que Egipto es una muestra de lo que los Estados decidirán hacer si se ven atacados, recordemos “el apagón” de internet en medio de la revolución ante la amenaza del pueblo. Asistimos a los comienzos, internet es un virtual campo de batalla, pero como decía Marx, entre “dos derechos” lo que termina decidiendo siempre es “la fuerza”.

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Las revoluciones reales, Twitter, Facebook y un mensaje para todos los muros

La rebelión en Túnez está en curso, la caída de Ben Alí repercute en todo el Norte de África y le mete miedo a la misma burguesía de Francia, de la cual son “patio trasero” (como nosotros de EEUU). Pegadas a las noticias de la revolución que difunden todos los medios, vuelven nuevamente las alusiones al “rol de Internet”, en especial “las redes sociales” como Facebook y Twitter, también youtube, en la “preparación” “el desarrollo” del levantamiento.

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La mayoría de los artículos sobre la caída de Ben Alí hacen mención a esto, pero sobre todo en Europa la idea despertó el entusiasmo y el debate en diversos blogs y sitios, y el tema es recurrente en el nuevo activismo en todo el mundo… algunos títulos respecto de Túnez son ilustrativos: “La revolución estalló en los ordenadores”, “El poder de las redes sociales en una revolución”, “Podría ser Túnez la revolución Twitter?”“Túnez, La Primera Revolución Wikileaks”, “revolución en las redes sociales” y así siguen (estan elegidos al azar entre muchos). Aún así uno de los artículos mas interesantes tiene un muy buen titulo que apunta en otro sentido: “Not Twitter, Not WikiLeaks: A Human Revolution” (“Ni Twitter, ni WikiLeaks: una Revolución Humana”), que contiene varios links del debate mas interesante (en inglés, pero pueden usar el traductor de google que safa).

Las ultimas noticias (17-01) anuncian la formación de un “gobierno de coalición” entre una mayoría de los partidarios de Ben Ali y los partidos de la oposición (que estuvieron a la rastra de los acontecimientos). En los últimos dos días bandas armadas, escuadrones de la muerte recorrieron las calles sembrando terror y asesinando manifestantes, según informan varios medios de prensa. Se indica también que en los barrios la población legítimamente empezó a organizarse en “comités de defensa populares” para controlar el paso de vehículos y establecer algún tipo de autodefensa territorial. Las noticias dicen que “las bandas” serian partidarios de Ben Alí, su “guardia” que “quiere provocar el caos”, una pelea interna en “el poder” tunecino enclenque… lo que si está claro es que esa continuidad de la represión le sirve al conjunto del régimen tunecino que quedó colgado del aire, y tiene que disciplinar. En las calles está la juventud, los trabajadores, el pueblo de Túnez enfurecido y victorioso, contagiando Argelia?, Egipto?, Francia…? Mientras todos los mecanismos de desvíos y engaños comienzan a ponerse en marcha.

Con esos desafíos por delante abocarse a la discusión sobre Internet y “las redes sociales” en Túnez puede parecer secundario; de solo pensar lo que están enfrentando se cae de maduro que deberían estar armados con mucho mas que telefonía celular y redes para estar online. Pero al mismo tiempo creo que es un buen punto para intervenir con algunas reflexiones en una discusión que será recurrente y habra que seguir. “Las redes” vinieron para quedarse y son un mecanismo incomparable a los medios de comunicación con que se contaba en los 70s, a la salida de la segunda guerra mundial, en 1917 y ni hablar de 1871; pero el problema es poner las cosas en su justa medida, incluso para “honrarlas”.

Para quien no estuvo directamente interiorizado en el tema, los hechos de la “batalla comunicacional” que se libró y se traen a colación para destacar el rol de Internet son más o menos los siguientes (sacado de diversos sitios, pero aquí hay un resumen base):

  • En las famosas revelaciones de Wikileaks, se filtraron detalles de la vida fastuosa y extravagante del Presidente tunecino Ben Alì y su familia, y el alto nivel de corrupción en el país. El sitio Wikileaks fue censurado por el gobierno. Un dato: su yerno, Sajer el Materi, tenía un tigre en una jaula que come cuatro pollos al día, más de lo que muchas familias pueden permitirse en un mes…
  • Luego de esto la red de ‘ciberactivistas’ Anonymous lanzó un “ataque” en diciembre, #OpTunisia, contra sitios del gobierno de Túnez hasta dejarlos fuera de funcionamiento. El gobierno alegó que en muchos casos ellos mismos los habían bajado para frenar el ataque (¿?)… Un dato: hoy 17/01 salio la noticia de que un grupo de hackers hizo “renunciar” al canciller de Túnez. En realidad subieron una falsa renuncia a la web del ministro de Relaciones Exteriores y el gobierno tuvo que salir a desmentirla.
  • Cuando la revuelta comenzó, el gobierno tunecino comenzó a bloquear páginas de activistas y con el avance de las protestas profundizó la censura. Se denunció por parte del Comité de protección de los periodistas, que habían detectado la inyección de un script cuando se accedía a paginas populares para conocer los nombres de usuarios y contraseñas de bloggers, periodistas, políticos activistas, etc. Todos estos datos robados fueron utilizados para eliminar grupos en Facebook, imágenes y comentarios contrarios al régimen. La cosa no paro ahí, el siguiente paso fue detener y encarcelar a bloggers y activistas. Un dato: en Túnez, Facebook tiene un papel preponderante, con cerca de 3 millones y medios de internautas, 1,4 millones tiene cuenta en Facebook.
  • Por ultimo y quizás principal: los bloggers de los países árabes, los periodistas y activistas relataron y apoyaron en todo momento la revuelta, dando información e intentando organizarla desde Twitter y Facebook. Un dato: ese es un hecho contundente.
  • En lo que respecta a los medios masivos de comunicación internacionales estos cumplieron el rol esperado, ocultaron la situación en Túnez antes y durante, fueron cómplices del apoyo imperialista al régimen y se hicieron eco de “las noticias” cuando la revolución ya estaba twiteada. Ahora en Tunez había “dictadura”. Fueron mas rápidos para levantar el “periodismo ciudadano” en Iran, cuando las agencias de noticias tenían el interés político de hacerse eco de las revueltas.

Los hechos antes enumerados son citados para pensar el potencial y el rol real que Internet tuvo en el levantamiento, pero hasta ahí llega la cosa ya que hubo “mensajes” más contundentes que alimentaron la caldera popular y demuestran que “la red” es sólo un vehículo sobre el cual se expanden las experiencias concretas en la lucha de clases, las valentías personales y hasta las acciones políticas desesperadas.

Ninguna denuncia Wikileaks hacía falta para que los tunecinos llamaran despectivamente “la familia” al clan de Ben Alí, a quienes venían “documentando” desde hace 23 años. Si “los cables” trajeron nuevas noticias no eran más duras que las que sufrían en carne propia. “Según un estudio oficial realizado por el ministerio del empleo tunecino en colaboración con el Banco Mundial, si la tasa de desempleo global era de 14% en 2008, la de los jóvenes de 18 a 29 años era casi 3 veces superior a la de los adultos” (Le Monde, 7/1/11). En ese sentido no hay que sorprenderse de que el desempleo entre los jóvenes sea “la chispa que ha provocado esta revuelta” (citado aquì).

Mohamed Bouazizi, el joven de 26 años, informático, a quien la policía ni siquiera dejaba vender verduras en la calle para sobrevivir y que se inmolo frente al municipio de la ciudad de Sidi Bouzid, dando inicio a la revuelta escribió en el muro de su página Facebook:

“Me voy, mamá, te pido perdón y sin ningún reproche, estoy perdido en un camino que no controlo, perdóname si te desobedecí, échale la culpa a estos tiempos, no a mí…”

Bouazizi llevó adelante una acción desesperada, terrible, su mensaje fue político, pero con un aplastante pesar marcando que ya “no hay futuro” ni “presente”. Su accionar hace recordar un lema impactante de las movilizaciones en Argelia del 2001 cuando los jóvenes bereberes se levantaron y una de las consignas más difundidas eran “no podéis matarnos porque ya estamos muertos”.

La furia desatada por la inmolación de Bouazizi, a quien el mismo verdugo Ben Ali fue a ver al hospital en un acto repugnante, desató las manifestaciones y el gobierno desató la muerte. Días después otro joven se suicidó lanzándose contra unos cables de alta tensión al tiempo que gritaba contra el paro y la carestía de la vida.

¿Cual es el mensaje que las redes e Internet en todo caso expandieron de manera cifrada?: “tenemos la voluntad de entregar todo, hasta la vida”, “no le tememos a la muerte”, por eso Ben Ali tuvo que huir y ninguna de sus maniobras pudo salvarlo, ni tampoco la represión que se cobro al menos 77 asesinados. Esa voluntad en la juventud marca con todas sus contradicciones un giro revolucionario.

En una situación así, cuando el proceso es tan profundo, el movimiento se apropia de los medios de comunicación que tenga a la mano y si no existe los crea, nunca es al revés. En Oaxaca, Mexico, en el ámbito de una ciudad la clave fueron las radios tomadas y hasta la toma y puesta en funcionamiento bajo control de los manifestantes del canal de TV. Facebook, Twitter y youtube fueron apropiados por los tunecinos para los fines inmediatos de la lucha. El sitio http://www.nawaat.org/ se convirtiò en un puntal de información porque su estructura esta armada a partir de la confluencia de distintas redes sociales. Y se demostró que el monopolio informativo y comunicacional en manos del poder más férreo puede resultar inútil ante la lucha de clases. El gobierno fracasó ante la censura, por el simple hecho de que no puede controlar la irrupción violenta de millones en el gobierno de sus propios destinos.

Un último planteo al final, quizás el que me parece mas importante, el problema no son los medios (de interconexión y comunicación) en la lucha de clases sino los objetivos, y esos objetivos determinan también medios de lucha para nada virtuales. Una rebelión puede ser revolución si en el proceso de lucha la juventud, los trabajadores, las masas construyen sus propios organismos democráticos de tomas de decisiones y se arman para repeler las agresiones del poder burgués, propinándoles alguna derrota a las fuerzas represivas. Entonces todas las nuevas herramientas comunicacionales y de ciber militancia pueden trabajar para ese nuevo poder que nace. Eso no está pasando en Túnez, pero creo que es el mensaje a twittear y escribir en todos “los muros”.

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Documental social y nuevas tecnologias

A lo largo de la historia del cine documental, los cambios tecnológicos produjeron transformaciones importantes tanto en la realización, como en la distribución y en la recepción del público. Especialmente el documental social y político, y aquel particularmente ligado a las luchas populares, necesitaron apropiarse de las innovaciones tecnológicas que permitieron ampliar su producción y difusión.

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En los años `50, la aparición de cámaras livianas con un sonido sincrónico portátil, brindaron la posibilidad de profundizar el registro directo. Con el nombre de cinema verité o cine directo, se buscó seguir la acción allí en donde se sucedía. La cámara se convirtió en observador activo y aportó a una investigación y búsqueda libre para la construcción del relato documental. Esta tecnología liviana despertó nuevas búsquedas formales tanto en el cine de ficción como en el cine documental, y fue también la que permitió una enorme producción de documental social y político a nivel mundial, en las décadas del `60 y `70.

Las décadas que siguen encuentran nuevos cambios tecnológicos, con la masificación de la televisión y luego la aparición de las cámaras de video más accesibles. La producción de documental en video multiplicó la cantidad de realizadores, se sumaron nuevas temáticas, y a su vez, comenzó un nuevo camino de distribución por medio de las videocaseteras, que permitieron tanto la organización de proyecciones independientes con pocos recursos, como también la difusión para proyecciones hogareñas.

A comienzos del 2000 las nuevas cámaras digitales de video y fotografía, junto a  la posibilidad de armar islas de edición digital, ampliaron la producción documental. Un ejemplo en nuestro país, fue el surgimiento de nuevos grupos y documentalistas, que al calor de las movilizaciones que se sucedieron a partir de diciembre del 2001, se propusieron plasmar en imágenes esa nueva realidad.

Pasada menos de una década, actualmente, se está desarrollando una importante “explosión” tecnológica para el registro directo en video digital, desde nuevos modelos de cámaras, celulares que pueden registrar imagen y sonido con una calidad antes impensada, cámaras de fotografía digital que filman en alta definición, y nuevas posibilidades de edición en computadoras de uso corriente. Este rápido desarrollo promueve el trabajo de más documentalistas, y a su vez, impulsa a un registro directo masivo de uso particular como no había pasado con los anteriores cambios tecnológicos. Nuevos actores sociales se disponen a contar sus vidas y sus historias, aun de manera fragmentada y breve, aprendiendo y transformando el lenguaje audiovisual.

Sumado a esto, la última renovación en el campo de los recursos y la difusión audiovisual es el uso del video por Internet. Esta modalidad ya alcanza a millones de usuarios a nivel mundial en constante expansión. Canales gratuitos de alojamiento de videos como youtube, dailymotion, megavideo, entre otros, junto a la posibilidad de transmisión en vivo (livestream, ustream, etc.) están transformando los “usos y costumbres” de la producción y difusión audiovisual digital. Como en otros momentos, el conjunto del cine asumirá los cambios tecnológicos, recreando el lenguaje audiovisual, generando grandes cambios culturales, en las costumbres de hacer y ver films. Pensemos en esto: “Cuando se inventaron las películas a fines del siglo XIX, la mayoría de los films duraban menos de un minuto, debido a las limitaciones de la tecnología. Poco más de cien años después, cuando se introdujeron los videos de la red, también se hacían cortos, pero por motivos sociales tanto como técnicos.” Una afirmación interesante de un artículo de The New York Times, que luego desarrolla cómo se rompe la barrera de “ver videos cortos en la web” y cada vez se ven más largos, hasta films enteros; al mismo tiempo que las descargas de video y música decaen para ser remplazadas por la transmisión de video y música online (streaming).

Esta renovación tecnológica está influyendo en toda la producción cinematográfica, y en forma particular en la producción de cine documental social y político. La búsqueda de material de archivo “bajado” de la web es cada vez más común. Ejemplos como el film “Iraqui Short Films”, un documental sobre la guerra de Irak realizado íntegramente con material bajado de Internet, premiado y reconocido a nivel mundial, muestran la extensión del uso de este recurso. En este caso, se utilizaron registros propios de soldados en Irak tomados con celulares o pequeñas cámaras, este “registro directo particular”, difundido por Internet, fue la base del “archivo” para este documental.

En otro aspecto, la difusión por medio de páginas web, blogs, o páginas de descarga directa viene ampliando la posibilidad de difusión de material documental. Un ejemplo propio fue la difusión del documental “Ellos se atrevieron, la Revolución Rusa de 1917”, que contó en funciones de estreno más de 3000 espectadores y una venta de 2000 dvd´s, pero la mayor cantidad de público son las 40.000 vistas vía youtube, las descargas directas y links en blogs y páginas, con espectadores de todo el mundo (en una distribución motorizada por los espectadores).

La posibilidad de “interactividad”, de saber la repercusión que tienen las imágenes documentales, de construir un ida y vuelta con los protagonistas, la relativamente libre difusión de la producción audiovisual en un medio poco legislado aún, ofrece muchas posibilidades a explorar por el conjunto de los realizadores audiovisuales y especialmente para los documentales “de intervención”, para las realizaciones que apuestan a contribuir con la transformación social.

En los últimos tiempos, la crisis del capitalismo mundial comienza a repercutir de diferentes maneras. El golpe de estado en Honduras y la emergencia de la resistencia popular, importantes ejemplos de lucha como la de los trabajadores de la multinacional Kraft en Argentina contra los despidos y en defensa de su organización sindical, nuevos métodos de lucha como las tomas de fábrica en Francia o revueltas juveniles como en Grecia, todos estos nuevos emergentes sociales se apropian de las nuevas tecnologías de registro audiovisual, y utilizan Internet para su difusión; a su vez los documentalistas registramos estos sucesos con nuevas herramientas y nuevas formas.

Sumado a las proyecciones en salas, y en espacios alternativos, a las ediciones independientes de dvd´s, y a la búsqueda de acceso a los medios masivos; la utilización de Internet como medio de difusión audiovisual aporta a reforzar el rol y el sentido de un tipo de documental que se propone intervenir en la realidad social.

Hace más de treinta años los integrantes del colectivo Cine de la Base explotaban al máximo la tecnología que tenían a su alcance con el fin de llegar cada vez más a difundir sus ideas entre los trabajadores. Filmaban y montaban celuloide con carácter “urgente” y bajo condiciones de clandestinidad, ponían un pesado proyector en el auto y salían a los barrios para proyectar rápidamente sus imágenes. Con la aparición del video, Nerio Barberis, uno de sus miembros reflexionaba: “En un momento estábamos trabajando en un noticiero sindical. Decí que no existía la tecnología del video en ese momento, porque lo que hubiéramos podido hacer con el video…“.  Imaginemos entonces lo que podemos hacer con la tecnología a nuestro alcance, los que reivindicamos la historia del Cine de la Base y todos los documentalistas comprometidos con las luchas populares no podemos dejar de renovar permanentemente nuestros medios.

Si bien esta renovación tecnológica amplía las posibilidades de los realizadores independientes, la difusión masiva de la imagen audiovisual está en manos de grandes monopolios capitalistas que inundan día a día todas las pantallas (cine, TV, Internet, etc.) en función de defender los intereses de su clase. Mientras no descansamos en producir y difundir nuestras imágenes, no podemos dejar de apuntar al principal objetivo: lograr la verdadera democratización de la producción y difusión de la imagen audiovisual. Como hace tres años demostró la lucha del pueblo de Oaxaca, en México, con la toma de las radios y el canal de televisión, es necesario continuar ese camino hasta expropiar a estos monopolios de la comunicación y ponerlos a funcionar bajo el control de los realizadores, los trabajadores audiovisuales y el público trabajador y popular. 

Una nueva experiencia: www.tvpts.tv 

A partir del 24 de marzo de 2009 comenzó a transmitir tvpts.tv, un canal de TV por internet impulsado por el PTS (Partido de Trabajadores Socialistas) y miembros del grupo Contraimagen; que reúne documentalistas, realizadores y periodistas para producir diferentes programas y contenidos. La idea surge a finales del 2008, en los comienzos de una crisis económica mundial que anuncia tiempos convulsivos por venir. Con este panorama, el objetivo es utilizar lo ultimo de la tecnología para difundir ideas revolucionarias, mostrando lo que los grandes medios ocultan y transmitiendo una posición desde la izquierda.

Desde el mes de marzo se están produciendo contenidos para ocho programas, coberturas diarias e informes especiales. La producción abarca programas de actualidad, debates en vivo, programas especiales sobre la mujer, históricos, sobre cine documental, política internacional, y un amplio seguimiento de las luchas de los trabajadores. Al calor de los hechos más destacados de la realidad se impulsaron dos Blogs temáticos especiales concentrados en la producción y difusión audiovisual, estos fueron: “En Honduras no pasaran” y “Dígale no a Kraft-Terrabusi”, que atrajeron la atención de los protagonistas que se sumaron a participar en ellos enviando videos, imágenes y miles de mensajes.

Para quienes impulsamos esta iniciativa el trabajo consiste en un continuo aprendizaje y experimentación en un terreno donde no existen experiencias previas, pues el cambio tecnológico y cultural se está operando. En las diferentes producciones encontramos la diversidad que expresan los realizadores: mirada documental con registro directo, animaciones, informes especiales apoyados en el montaje, historias de personajes, informes periodísticos, programas televisivos.

Las nuevas tecnologías traen consigo nuevos códigos y es necesario incorporarlos y hasta inventarlos, y a su vez presentan a cada paso nuevos problemas a resolver. La “interacción” permite también una relación con el público, con el chat online, comentarios sobre los videos y la posibilidad de reenviarlos, se construye también un medio colectivo, en donde está permitido “apropiarse” de la producción si el objetivo es difundirla y ampliarla.

Los integrantes del grupo Contraimagen venimos realizando trabajos documentales desde 1997, a través de distintos formatos y estilos intentamos aportar a la crítica revolucionaria de este sistema. Mientras seguimos produciendo películas que puedan recorrer salas, muestras y circuitos alternativos, sumamos también esta nueva pantalla para multiplicar por miles los ojos que puedan abrirse a la realidad. Trabajar con nuevos medios, aportar a las luchas, difundir las ideas revolucionarias, es también una forma de fortalecer la pelea para que los medios de producción y difusión audiovisual estén en manos de los trabajadores.

Los tiempos cambian, los formatos se transforman, pero una vez más es la lucha de clases la que despertará la imaginación y convocará a más y más documentalistas a apropiarse de nuevas tecnologías para aportar con creatividad no sólo a mostrar las infinitas historias que merecen ser contadas, sino también a buscar transformar el mundo.

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