Accidente sin conejos

Como debe ser evidente por esta exposición, las percepciones agudas están nubladas. Había salido a practicar con su bicicleta cuando fue embestida. Vencida, se convirtió en una clara personalidad artística, impotente para imponer algún tipo de ideología o religión. Ese año había bajado notablemente la producción industrial de alimentos, pero ella compró aros para tus orejas. En el instante de la caída pensó que la esfera de la libertad no se da de una vez y para siempre. El brutal rasguño no le permitió olvidar un roce tan fino de piel, oculto entre otra gente. Buscando datos leyó que una de las funciones vitales de la piel es la de cubrir todo el cuerpo. Hay una película de terror donde la piel de una mujer es arrancada en un segundo para luego comerla. No vió llegar el vehículo. El golpe inicial no parecía nada mas que un empujón veloz, pero la inercia parece ser lo peor. No hay mapa de toalla. El caminar con piernas, o el moverse sobre ruedas, hacen lo mismo, pero la rueda es el sublime surrealista de las piernas, que ahora dolían un poco. Ella habló del tiempo. Un instante después del choque, el conductor bajó del auto para darle veinte pesos por gastos, y fugarse. ¿Cómo podría explicarlo? quiero acariciarte. Caída sobre la tierra. Entre el pasto cortito. Al costado de la calle. Donde ahora dolía el cuerpo y levantarse no fue difícil, pero una rueda había quedado hecha un ocho. La cinta de moebius tan trillada e infinita estaba ahora ante sus ojos.  No habían pasado ni veinte segundos y el choque la había materializado ante ella, físicamente, visualmente. ¿Habrá alguna posibilidad de asumir el liderazgo de la propia vida?. Hacía muy poco tiempo que había logrado entender que el objetivo es disfrutar de no tener objetivo, y saberlo. Y eso había hecho mas duro el peso de su estrategia. Al parecer no hubo un lente que registrara el  minusculo episodio criminal. Por esa razón quedó borrado de todas las mentes, y de cualquier importancia histórica. En el trayecto infinitesimal entre ser separada de la bicicleta y llegar al suelo, se afirmó la idea de que la racionalidad parcial del sistema, dominada por la irracionalidad general, traería nuevamente la sangre. Por suerte no hubo sangre en los rasguños, solo tierra, y ningún conejo se sentó junto a ella.

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