“He abortado en los cuerpos de otras mujeres”
Liliana 1980-1986 / 17 y 24 años / Desde el 09 de agosto está en el Palais de Glace la muestra “11 semanas, 23 horas, 59 minutos – Aborto clandestino en Argentina”. Por medio de fotos y la palabra escrita, se cuenta la historia de un momento de la vida de mujeres que abortaron, hombres que acompañaron, profesionales que están a favor del derecho al aborto.
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Guadalupe Gomez Verdi, Lisa Franz y Lea Meurice autoras de este trabajo se plantean la búsqueda de comprender porque en Argentina, en el siglo XXI, el aborto sigue siendo ilegal. Se mezclan tres miradas distintas, con diferentes realidades: Argentina, Alemania y Francia.
Lo primero que se ve es la violencia. La violencia del silencio, de la obligación, de la imposición. La violencia de la clandestinidad. La mayoría son retratos de las mujeres, de sus espacios, de su sonrisa, de sus miradas.
Las autoras dicen: “Nos es difícil entender que en países como Argentina, la mujer no haya conquistado libertades que la coloque en el terreno de la igualdad y autonomía, cuando en Francia y Alemania la emancipación de la mujer se inicio hace cuatro décadas y el aborto es legal”. Si bien, las diferencias entre la situación de las mujeres son notables en los países donde el derecho al aborto existe, la emancipación de las mujeres, está lejos aún en los países del primer mundo, más en tiempo de crisis.
Las fotos y las historias son muy diversas, y capaz sin quererlo demuestra que cada historia es única, pero a la vez, son una sola, el relato de la clandestinidad, el relato de la violencia hacia todas las mujeres por no poder decidir libremente sobre nuestro cuerpos.
Hay mujeres que tomaron la decisión acompañadas, haciéndose un aborto en sus casas pese a que son conscientes de que lo hacen en clandestinidad. Otras, como Camila que lo vivieron con miedo y preocupación «Mi preocupación siempre con eso pasaba por el lado de que yo era consciente de que no había lugar que te cuidara a vos. Todo era ilegal que no quería exponerme a una situación en la que pudiera hasta morirme». Otras como Sonia, que el aborto, por más clandestino que sea, fue una liberación: «Yo tenía que sacarme esa violencia que me estaba metiendo dentro. El haberme quedado preñada era más violento todavía, era una violencia más fuerte».
El recorrerla fue una confirmación más de que, si el derecho al aborto se conquista en Argentina va a ser por esos cientos de mujeres que sufren día a día las consecuencias del aborto, que tienen hermanas, novias, amigas,parientes, conocidas, que se realizaron un aborto y están cansadas de la clandestinidad. Que va a ser posible en las calles. Estas fotos que hacen visible estas historias, denunciando el pasar de estas mujeres.
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